Desde los primeros momentos de nuestra vida, establecemos vínculos emocionales profundos con las personas que nos rodean, los cuales moldean nuestra confianza, nuestra personalidad y nuestra forma de relacionarnos con los demás.
De manera inevitable, el apego influye en nuestro bienestar emocional y en nuestra capacidad para establecer relaciones saludables y duraderas, por lo que comprender cómo se desarrolla desde la infancia nos ayuda a entender mejor nuestras emociones y comportamientos diarios.
Un hombre reflexionando
En su última newsletter, la psicóloga y terapeuta de parejas Silvia Llop se puso personal y explicó que está de vacaciones con unos amigos y sus hijos, a quienes ha cogido mucho cariño, aunque solo los haya visto en contadas ocasiones: ''Esto me ha hecho pensar en la capacidad que tenemos para vincularnos con otros seres humanos de forma muy rápida. Cuando alguien pasa tiempo contigo, te da atención, cariño y/o te dice cosas bonitas, te enganchas. Es algo natural. Les pasa a los niños y nos pasa a los adultos''.
''Imagina que quedas durante una semana seguida con un chaval al que acabas de conocer y que cada día te gusta más. Alguien a quien diez días atrás ni siquiera conocías, se convierte en una parte importante de tu vida, en alguien a quien quieres ver nada más levantarte. ¿Cómo no apegarte? Te sientes más plena, te sientes vista, te sientes deseada y valorada'', planteó la experta.
Silvia Llop, psicóloga
Según su punto de vista profesional, el problema llega cuando la persona empieza a perder interés, ya que se activa tu sistema de apego original, el que aprendiste de pequeña: ''El sistema de apego se activa cuando ocurre algo que te hace sentir inseguridad o te abruma. Hay personas que tienden a ser más ansiosas y a sentir un enorme vacío cuando sienten distancia con una persona especial. Hay personas que tienden a ser más evitativas y necesitan salir corriendo para protegerse''.
Debemos revisarnos
A modo de conclusión, Silvia Llop explicó que estos comportamientos son naturales, ya que todos tenemos una tendencia influida por las experiencias y sufrimientos vividos durante la infancia y la adolescencia. Además, hay personas que presentan un apego desorganizado, que puede manifestarse en ambas direcciones.
Finalmente, la psicóloga expresó que es importante revisarse, hacer un ejercicio de introspección e incluso pedir ayuda profesional si una persona se da cuenta de que su sistema de apego interfiere con su bienestar, así como con su capacidad para construir relaciones saludables.
