El verano es una estación que encanta a la mayoría, y muchos lo esperan con ganas desde los primeros días de primavera. En España, ya en mayo, empezamos a poner el foco en lo que viene: compramos los bañadores para aprovechar los primeros rayos de sol, empezamos a organizar las vacaciones y metemos en la cesta los primeros botes de crema solar. A medida que suben las temperaturas, es fácil dejarse llevar por todo lo que representa el verano: viajes, desconexión, terrazas, playa y buen tiempo.
Sin embargo, existe otro grupo de personas que odia el verano y no siente ninguna ilusión por su llegada. Es posible que hayas escuchado más de una vez a alguien decir que no soporta el calor, el bullicio o la presión por “disfrutar”. Si formas parte de este grupo o te cuesta entender por qué alguien podría mostrarse reacio al verano, descubre el motivo psicológico que se esconde detrás de esta afirmación.

Chanclas para la piscina o la playa. Verano.
Factores psicológicos
Presión social y expectativas irreales
Durante el verano, se impone un tipo de guion social que obliga a disfrutar, mostrarse activo y en forma. Esta presión constante puede generar ansiedad, inseguridad y sensación de no estar a la altura, especialmente para quienes prefieren no exponer su imagen o no encajan en esos estándares.
Ruptura de hábitos y desorden
Las vacaciones y los cambios de horario alteran la rutina diaria, y no todos se adaptan bien a esa falta de estructura. Para quienes necesitan previsibilidad, el verano significa caos, desorientación y estrés.
Condiciones personales y familiares
No siempre el verano es sinónimo de descanso. En algunos casos, las cargas laborales aumentan, o el hogar se llena de familiares, niños y actividades, generando más estrés que relajación. Además, el calor intenso no invita a realizar actividades al aire libre para todos.
Sensibilidad a los estímulos
El verano es una temporada con mucha luz, ruido y movimiento. Para personas introvertidas o sensibles, esta sobreestimulación puede ser agotadora y provocar rechazo hacia la estación más “expuesta” del año.
Malestar físico provocado por el calor
Las altas temperaturas afectan el sueño, provocan cansancio y mal humor. Esto puede traducirse en una sensación constante de incomodidad y fatiga, que agrava problemas de salud física y mental, haciendo que el verano sea una época difícil para muchos.

Familia disfrutando del verano en la playa.
Según los psicólogos
La psicóloga Marta Barranco habla en uno de sus vídeos de TikTok sobre un fenómeno que, aunque poco se dice, muchas personas viven en silencio: el odio hacia el verano.
En consulta, cuenta Barranco, una de sus pacientes le confesó: “Odio el verano porque todo el mundo hace planes, te preguntan cuándo te vas de vacaciones, qué vas a hacer… y yo no tengo absolutamente nada. Parece que si no tienes un planazo, eres rara o una fracasada”.
La raíz del malestar está en una idea muy extendida, pero falsa de que todo el mundo tiene una agenda llena de amigos, escapadas y fiestas. Cuando no es así, la sensación de exclusión se intensifica. “Mi plan máximo de verano es estar en casa”, le decía la paciente.
Para Barranco, el verano puede ser una de las épocas más complicadas del año. Y no tanto por lo que ocurre, sino por lo que se espera que ocurra: planes, compañía, disfrute. Las redes sociales lo magnifican todo, muestran una versión idealizada de la estación y contribuyen a que muchas personas se enfrenten a sus carencias emocionales y a una soledad que se dispara cuando todo alrededor parece ir a otro ritmo.
“Si sientes soledad en verano, hay mil cosas que te disparan esa sensación”, resume la experta. Y es que, más allá del calor, los mosquitos o el desorden, el verano confronta con una idea incómoda: la de que no siempre estamos donde quisiéramos estar.