El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Las relaciones personales son las más complicadas de gestionar en este sentido, en especial cuando una de las dos partes no actúa igual que la otra. Un apunte que ha destacado la psicóloga y divulgadora Sílvia Congost, quien comparte habitualmente sus conocimientos a través de las redes sociales. Mediante un vídeo publicado en TikTok e Instagram, la experta reflexionaba sobre aquello que define los vínculos más saludables e, incluso, beneficioso.
“Las relaciones sanas son relaciones que son fáciles y que fluyen desde esa facilidad. Y a veces también les digo a mis pacientes, sabes que la relación es sana porque no tienes que pensar en la relación. Es decir, fíjate que cuando estás mal, que todos hemos pasado por este tipo de relaciones tóxicas... Es un infierno eso. Claro, todo el día estás obsesionado en cómo hacerlo para no tener esos problemas, para que no se enfade, para que aquello funcione”, exponía.
“En cambio, cuando estás bien, claro que piensas en la otra persona y quieres hacerla feliz porque te nace, pero no vives con angustia”, añadía. Otra divulgadora conocida en materia de relaciones sentimentales es Mónica Branni, quien también ejerce como sexóloga. En una de sus últimas intervenciones a través de TikTok, Branni compartió una serie de imágenes en las que exponía el posible desequilibrio de implicaciones en la pareja.
Igualar la balanza
“Cuando una persona ‘tira del carro’ en la relación se produce un fenómeno llamado ‘effort mismatch’, que puede romper incluso parejas con proyectos de vida largos y en las que hay mucho amor. Una persona siente que está poniendo mucho más esfuerzo emocional, sexual o de crecimiento que la otra. Una de las dos personas inicia todas las conversaciones importantes, propone soluciones y actividades para mejorar la relación, se interesa por la salud emocional y sexual de ambas partes… la otra responde con aparente inercia”, comentaba.
“Tu relación no es tóxica. El nivel de implicación y esfuerzo no está equilibrado. Tenéis estilos diferentes por historia personal o por gestión emocional distinta. El desequilibrio de esfuerzos en la pareja puede generar resentimiento, desconexión emocional y sexual, sensación de soledad dentro de la relación, roles de terapeuta-paciente. Amar no es suficiente sin sensación de equipo”, insistía.