Dicen que todos somos artistas, que tenemos un talento innato; lo único que tenemos que hacer es buscarlo. Otra teoría que existe es que solo algunos nacen con ese talento extraordinario que les hacen brillar por encima de los demás. Sea como sea, ambas teorías parecen estar de acuerdo en un punto: el talento hay que desarrollarlo a través del trabajo, la persistencia y con la ayuda de buenos maestros.
Si alguien muestra signos de tener talento, ya tiene medio camino hecho. Eso sí, sin el apoyo necesario, posiblemente no tenga la oportunidad de brillar.

Nazareth Castellanos explica cómo la epigenética podría haber modificado el cerebro de Diego Velázquez.
Sobre la eterna cuestión de si con talento se nace o se hace ha sido preguntada la neurocientífica Nazareth Castellanos, pero sobre alguien de sobra conocido precisamente por su talento: Diego Velázquez. La especialista se traslada al Museo del Prado de Madrid para hablar de cómo se ha ido creando el cerebro del pintor sevillano.
“Un artista de este talento... ¿Nace o se hace?”, se pregunta la neurocientífica en un vídeo compartido tanto en su perfil oficial como en el de la pinacoteca nacional. Castellanos señala primeramente la componente genética que existe sin duda en todos los artistas de la talla excepcional del sevillano. Sin embargo, advierte que hay otro factor que influye, incluso más: la epigenética.

Nazareth Castellanos explica cómo la epigenética podría haber modificado el cerebro de Diego Velázquez.
”Está por encima de la genética”, incide Castellanos. “Significa que según lo que hagamos en nuestro estilo de vida, según lo que hagamos en nuestra vida, podemos modificar la expresión de nuestros genes”.
La especialista continúa explicando en el vídeo que, a lo largo de su vida, fueron varias las cosas que fueron cambiando en el cerebro de Diego Velázquez, pero ella destacaría que “cuando está mirando algo, está pintando; está observando y está pintando”. La neurocientífica que se crea una “sincronización fantástica”.
Un proceso que une lo que el artista está viendo simultáneamente con lo que está trazando, algo que, como ella misma explica, no todo el mundo puede conseguir. “Hay un circuito entre los ojos y lo que hace la mano”, continúa Castellanos, que añade que todo esto “pasa por el corazón”.
Castellanos reconoce que le habría gustado estar en aquella época para observar al artista realizar su impresionante trabajo. “Velázquez tiene esa capacidad de mirar a la cara, descifrar una emoción y transmitirla en los retratos”, termina la neurocientífica.