La vejiga es fácil de pasar por alto… hasta que empieza a dar problemas. Este pequeño órgano con forma de globo, situado en el tracto urinario inferior, se encarga discretamente de almacenar y liberar la orina, ayudando al cuerpo a eliminar desechos y mantener el equilibrio de líquidos.
Pero, igual que el corazón o los pulmones, la vejiga también necesita cuidados. Si la descuidas, puedes sufrir molestias, infecciones urinarias y, en algunos casos, afecciones graves como la incontinencia (pérdida involuntaria de orina) o incluso cáncer.
La buena noticia es que muchos problemas de vejiga se pueden prevenir y están relacionados con hábitos cotidianos. Aquí tienes seis costumbres comunes que pueden sabotear su salud.
1. Aguantar demasiado las ganas de orinar
Retrasar la visita al baño hace que la orina se acumule y estire los músculos de la vejiga. Con el tiempo, esto puede debilitar su capacidad de contraerse y vaciarse por completo, provocando retención urinaria. Los estudios muestran que retener la orina da más tiempo a las bacterias para multiplicarse, lo que aumenta el riesgo de infecciones urinarias (ITU).
Los expertos recomiendan vaciar la vejiga cada tres o cuatro horas. En casos graves, la retención crónica puede incluso dañar los riñones.
Cuando vayas al baño, relájate: las mujeres, especialmente, deberían sentarse completamente sobre el inodoro, en lugar de quedarse en cuclillas, para que los músculos pélvicos se relajen. Tómate tu tiempo y prueba la “doble micción”: cuando termines, espera 10–20 segundos e intenta orinar de nuevo para asegurarte de que la vejiga queda vacía.
2. No beber suficiente agua
La deshidratación hace que la orina sea más concentrada, lo que irrita el revestimiento de la vejiga y aumenta el riesgo de infección. Procura beber entre seis y ocho vasos de agua al día (unos 1,5 a 2 litros), más si haces ejercicio o hace calor. Si padeces enfermedad renal o hepática, consulta primero con tu médico.
Es vital mantenernos hidratados
Beber poca agua también puede causar estreñimiento. Las heces duras presionan la vejiga y el suelo pélvico, dificultando el control urinario.
3. Demasiada cafeína y alcohol
La cafeína y el alcohol pueden irritar la vejiga y actuar como diuréticos suaves, aumentando la producción de orina. Un estudio encontró que las personas que consumían más de 450 mg de cafeína al día —aproximadamente cuatro tazas de café— tenían más probabilidades de sufrir incontinencia que aquellas que tomaban menos de 150 mg.
Otro estudio mostró que los hombres que bebían entre seis y diez copas de alcohol a la semana eran más propensos a desarrollar síntomas del tracto urinario inferior que los que no bebían.
El consumo excesivo de alcohol también podría aumentar el riesgo de cáncer de vejiga, aunque las pruebas no son concluyentes. Reducir el consumo puede aliviar los síntomas y disminuir los riesgos a largo plazo.
4. Fumar
Fumar es una de las principales causas del cáncer de vejiga, responsable de aproximadamente la mitad de los casos. Los fumadores tienen hasta cuatro veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad que los no fumadores, especialmente si empezaron jóvenes o fumaron durante años —incluyendo cigarros y pipas—.
Fumar
Los productos químicos del tabaco entran en el torrente sanguíneo, son filtrados por los riñones y almacenados en la orina. Cuando la orina permanece en la vejiga, estos carcinógenos, como las arilaminas, pueden dañar su revestimiento interno.
5. Mala higiene en el baño
Una higiene inadecuada puede introducir bacterias en el tracto urinario. Limpiarse de atrás hacia delante, usar jabones agresivos o no lavarse bien las manos puede alterar el microbioma natural del cuerpo y aumentar el riesgo de infección.
La actividad sexual también puede transferir bacterias del área anal o vaginal al tracto urinario. Tanto hombres como mujeres pueden reducir el riesgo de infección orinando justo después de mantener relaciones sexuales.
6. Mala alimentación y falta de ejercicio
Lo que comes y tu nivel de actividad física afectan a la salud de la vejiga más de lo que imaginas. El exceso de peso ejerce presión sobre la vejiga y aumenta la probabilidad de fugas de orina. Hacer ejercicio regularmente ayuda a mantener un peso saludable y a prevenir el estreñimiento, que de otro modo presionaría la vejiga.
Ciertos alimentos y bebidas —como los refrescos, las comidas picantes, los cítricos y los edulcorantes artificiales— pueden irritar la vejiga y empeorar los síntomas en personas propensas a estos problemas. Opta por una dieta rica en fibra, con cereales integrales, frutas y verduras, para cuidar tanto la salud digestiva como la vesical.
La salud de la vejiga depende de nuestras elecciones diarias. Mantenerse bien hidratado, evitar los irritantes, practicar una buena higiene y escuchar al cuerpo puede prevenir muchos problemas a largo plazo.
Si notas cambios persistentes, como micciones muy frecuentes, dificultad para vaciar la vejiga, dolor o escozor al orinar, orina turbia o con mal olor, o presencia de sangre, consulta con un profesional sanitario. Tu vejiga te lo agradecerá.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.



