Milena González, experta en crianza: ''La preocupación en los niños existe. No es una emoción, sino un estado mental anticipatorio. Tu hijo te necesita para transitar esos pensamientos, acompáñalo con amor''

Una profunda reflexión

Milena González, psicóloga

Milena González, psicóloga

Instagram/@unamamapsicologa_ | Pexels

¿Alguna vez te has sentido perdido en la crianza de tu hijo o has pensado que no eres un buen padre o una buena madre? Milena González, psicóloga especializada en crianza y educación infantil, abordó esta cuestión en una de sus últimas publicaciones en redes sociales.

A lo largo de su carrera como divulgadora, la experta ha recalcado que la crianza es un desafío que a menudo supera a padres y tutores, ya que implica momentos de tensión, sinsabores y altibajos emocionales. Sin embargo, animó a quienes tienen hijos a evitar el autocastigo y a actuar desde la empatía y amor hacia ellos.

Milena González, psicóloga

Milena González, psicóloga

Hace unas horas, la terapeuta compartió una infografía en su cuenta oficial de Instagram para señalar que es inevitable que los niños tengan preocupaciones: ''La preocupación en los niños y niñas existe. No es una emoción, sino un estado mental anticipatorio. Tu hijo te necesita para transitar esos pensamientos; acompáñalo con amor. Tú siempre serás su lugar más seguro''.

Tal como explicó la especialista, estas preocupaciones surgen cuando la mente de los niños percibe que no hay salida o que les está ocurriendo algo realmente importante. Pueden deberse a un cambio significativo, a una discusión en el colegio, a una situación familiar inesperada o a que está creciendo y necesita más refugio que antes.

Según González, estas preocupaciones no aparecen para asustar a padres ni a hijos, sino para avisarles de que el niño o adolescente necesita seguridad, acompañamiento y un espacio donde descansar. En el post, enumeró algunos indicadores de que el infante está preocupado: manos sudorosas o temblor, respiración agitada, dolor de estómago o cabeza, nervios aparentemente sin razón, dificultad para concentrarse e irritabilidad o tristeza repentina.

''Puedes ayudar mucho a tu hijo dejando de ignorar sus preocupaciones y dejando de decirle que se calme o que no pasa nada. No intentes llenarlo de frases positivas, habla con él de lo que le preocupa, valida lo que siente, agradece que te lo cuenta, piensa junto a él varias soluciones posibles o cuéntale una historia tuya en la que hayas superado una preocupación'', escribió la experta en el post.

Fomentar la comunicación

Recientemente, la psicóloga Isabel Rojas Estapé compartió una publicación en Instagram en la que reconoció que ser padre no es fácil, especialmente cuando se trata de un adolescente. Esta tarea requiere paciencia y energía y puede generar sensación de frustración, pero recalcó que los tutores deberían ver las conversaciones difíciles y los momentos incómodos como oportunidades para fortalecer el vínculo con sus hijos.

Según el estudio Parental Communication and Life Satisfaction in Adolescence (Cava, Buelga & Musitu, 2014), que analizó a 1.795 adolescentes de entre 11 y 18 años en nuestro país, una mejor comunicación con los padres se asocia con una mayor satisfacción en los jóvenes. Este informe demuestra que mantener un diálogo honesto y asertivo con los hijos es esencial para que no se sientan solos y confíen en sus familiares.

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