Durante años, la idea de que comer carbohidratos por la noche engorda se ha repetido hasta convertirse en un mantra nutricional. Pero según el nutricionista Roberto Oliver, esta creencia es, sencillamente, un mito. En palabras del propio experto: “Lo que engorda es el exceso de calorías, no la hora”.
Comer carbohidratos es beneficioso
Oliver desmonta el temor que muchas personas tienen a los hidratos de carbono tras el atardecer. Lejos de demonizarlos, apunta que incluso pueden jugar un papel positivo en ciertos contextos: “A menos que tengas un problema de resistencia a la insulina, el hidrato de carbono, después del entrenamiento de tarde, por la noche, te puede ayudar a descansar incluso mejor”, asegura.
Lo apoya también el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía, que en su informe Desmontando mitos deja claro que “el aumento de peso no está determinado por la hora a la que se consumen los carbohidratos, sino por el balance energético total”. En otras palabras, lo importante es si se consumen más calorías de las que se gastan, no cuándo se consumen.
Lejos de ser un enemigo nocturno, el hidrato puede ser un aliado. Oliver insiste en que “hay estudios que hablan de que una pequeña cantidad de hidrato de carbono por la noche puede favorecer el descanso. Y un buen descanso favorece la pérdida de grasa”. Un argumento que da un giro inesperado a la típica dieta restrictiva de noche.
El Colegio de Dietistas-Nutricionistas añade otro dato clave: el metabolismo no se apaga mientras dormimos. Nuestro cuerpo sigue necesitando energía para funciones vitales como la respiración, la reparación celular o la digestión. Por eso, cenar carbohidratos (siempre que sean de calidad y en cantidades razonables) no se traduce automáticamente en aumento de peso.
Además, los carbohidratos complejos favorecen la síntesis de serotonina y melatonina, dos hormonas estrechamente vinculadas con el sueño. Esto explica por qué muchas personas que cenan adecuadamente duermen mejor y, a largo plazo, se sienten con más energía.
Ni la pasta de noche engorda ni un plato de arroz a las nueve debe ser motivo de culpa. Como recuerda Oliver: “Entrena fuerte, ajusta tus calorías y no tengas miedo al hidrato en la cena”. Una afirmación que invita a reconciliarse con la comida, independientemente de la hora a la que se consuma. De todos modos, ante cualquier duda, es recomendable consultar a un profesional siempre es el mejor punto de partida.


