Imagina a una joven que, tras una discusión, consulta en redes y encuentra solo mensajes de ruptura. Este es el escenario que describe Cecilia Martín. “Los mensajes que van en relación a unirte al otro son siempre muy negativos. No sé si porque los reels se hacen más virales cuando damos mensajes muy catastróficos”.
Martín, psicóloga experta en parejas, reflexiona sobre cómo las redes sociales y ciertos discursos de “gurús de pareja” están moldeando una generación que teme implicarse de verdad. La especialista, una de las últimas invitadas de Carlos Roca en su podcast, Roca Project, no se sorprende.
Cecilia Martín, psicóloga experta en pareja,.
“No veo contenido que diga: ‘Si tienes una crisis con tu pareja, háblale, escúchale, no te precipites”. No. Es: ‘Si ves esto, es la primera señal. No tienes que aguantar más. Te está dando migajas, eso no es auténtico’”.
Martín insiste en que todo el contenido que ahora mismo tienen los jóvenes en redes sociales sobre los asuntos de corte sentimental está enfocado de manera negativa. “De verdad, todo es tan negativo”, lamenta. “Sinceramente, alguien tiene que hacer contenido que vayan enfocados a que la gente recupere la ilusión por enamorarse, por no ser autosuficiente”.
Cecilia Martín y Carlos Roca, charan sobre las diferencias entre generaciones a la hora de abordar el tema del amor.
La experta en relaciones insiste en que la clave para superar estos miedos está en aprender a no depender del otro, pero de una manera sana. “Depender porque el vínculo te hace crecer y te ayuda personalmente”, explica, matizando la palabra y diferenciándose de la “dependencia emocional” más estricta.
Cecilia Martín explica que las personas “somos dependientes del otro”, pero siempre compartiendo. “Cuando queremos y amamos a alguien, nos hacemos dependientes de una manera sana, y esa dependencia nos ayuda muchas veces a superar metas, objetivos”. La psicóloga añade que, cuando una persona se enamora, se atreve a enfrentarse a retos que antes no. “Tener una base sólida de amor te da una estabilidad que antes no tenías para superar tus miedos, afrontar problemas”, asegura.
Martín: “Que haya, por favor, mensajes más positivos en redes”
La inmediatez de las redes sociales ha acostumbrado a muchos jóvenes a recibir estímulos y gratificación instantánea. El compromiso, en cambio, exige tiempo, esfuerzo y tolerancia a la incertidumbre. Todo ello, sin contar con otros problemas más graves que esta inmediatez puede favorecer, como los celos.
Así lo mostró un pequeño estudio cualitativo reciente de 2024, enfocado en relaciones románticas en Turquía. En esta investigación, con entrevistas en profundidad a 16 personas, tanto hombres como mujeres mayores de 18 años usuarios de redes sociales. Los investigadores hallaron que, aunque las redes facilitan la comunicación y permiten compartir momentos, también favorecen problemas como los celos, el control digital, la vigilancia de la pareja; y tienden a generar dudas sobre la seriedad o autenticidad del vínculo.
Esta diferencia entre el ritmo acelerado digital y la construcción real de una relación puede causar frustración, llevando a evitar vínculos más complejos.
“El amor de hoy en día es muy poco tolerante a la frustración”, lamenta Martín. “A la mínima se rompen las relaciones”. La experta habla de cómo se ha cambiado incluso el contexto en cómo nace una relación.
El tema del miedo al compromiso en las nuevas generaciones se ha convertido en un fenómeno muy comentado en los últimos tiempos, sobre todo en relaciones que nacen a golpe de mensaje directo. Como Martín, hay muchos expertos que han aportado su opinión con respecto al tema. Algunos, igual que la psicóloga, señalan que el contenido de los vídeos está lleno de mensajes negativos que no alienta a un compromiso.
“El amor de hoy en día es muy poco tolerante a la frustración”, lamenta Martín.
Otros ponen la atención en el contenido que los usuarios comparten en las propias plataformas, mostrando sus vidas “perfectas”, sus relaciones “idílicas” y el mensaje erróneo de que siempre se puede aspirar a algo más y mejor. Una idea que pone de manifiesto que muchas personas no se entreguen o exploren un vínculo más profundo
“Estamos acelerando el proceso porque nos enamoramos inicialmente de una ‘idealización’. Luego ya es cuando conocemos a la persona realmente, sus luces y sus sombras”, continúa explicando la experta. “Al principio vemos lo positivo. Lo negativo, tu cerebro lo omite”.
“Tener una base sólida de amor te da una estabilidad que antes no tenías para superar tus miedos, afrontar problemas”, asegura Martín.
En redes sociales se pueden mostrar versiones filtradas, editadas y controladas de uno mismo, pero las relaciones profundas requieren transparencia, exposición emocional y aceptación de imperfecciones. Para quienes han crecido en entornos donde se puede “borrar” o dejar de ver aquello que incomoda, enfrentarse a conflictos reales o a la intimidad emocional puede resultar intimidante. Según Martín, es precisamente entonces cuando el cerebro decide si “seguir” o “parar” el enamoramiento.
Por último, la constante comparación social —favorecida por algoritmos que amplifican modelos idealizados— puede hacer que las personas sientan que sus propias relaciones no alcanzan esos estándares irreales. Esto genera inseguridad y miedo a fracasar, alimentando la idea de que es mejor evitar comprometerse que arriesgarse a una decepción. Cuidar este aspecto emocional implica aprender a distinguir entre lo que es real y lo que es apariencia, y recordar que el compromiso auténtico se construye con presencia, honestidad y voluntad, no con filtros ni algoritmos.
