Vivir en una ciudad grande como Barcelona no es solo el deseo de muchos jóvenes, sino que también es un destino muy atractivo a nivel internacional. Así le pasó a Joël da Silva, un irlandés de 24 años, que en 2022 eligió la capital catalana como destino de su Erasmus durante un año. En ese tiempo se enamoró del lugar y tuvo claro que esa no sería su última vez allí.
Tras graduarse, da Silva regresó para instalarse definitivamente en la ciudad y actualmente trabaja como gestor de campañas de Luxury Escapes, una agencia de viajes de lujo. “Durante los tres meses que estuve buscando trabajo hice un total de unas 50 entrevistas para diferentes empresas”, explica para Guyana Guardian, donde además relata cómo fue enfrentarse a una realidad totalmente distinta de la burbuja estudiantil: adaptarse, integrarse, buscar vivienda y superar los retos que le han acompañado desde que se independizó lejos de su país.
Joël da Silva visitando el MNAC.
Irlanda del Norte
De Newtownards a Barcelona
¿Cómo era tu vida en Irlanda del Norte antes de mudarte y qué te llevó a dar el paso de instalarte en Barcelona para trabajar?
En Irlanda vivía bien, pero mi madre cuando era joven pasó más de la mitad de su vida viviendo en España y Francia, donde además conoció a mi padre. Crecí escuchando sus anécdotas, así que desde muy joven tuve ganas de vivir en el extranjero.
Además, mi madre estudió francés y español y siempre me animó a aprender idiomas, así que estudié Business con español en la universidad. Me gusta la independencia y descubrir lugares nuevos. Por eso, cuando hice mi Erasmus en Barcelona, ya sabía que quería volver y vivir aquí.
Durante tu Erasmus, Barcelona podía parecer casi idílica; ¿cómo cambió tu percepción de la ciudad al trabajar aquí?
Sabía que vivir en Barcelona sería muy diferente a ser estudiante Erasmus, pero aun así no me imaginaba lo difícil que sería encontrar trabajo aquí. La ciudad me encantaba, pero al llegar tuve que enfrentarme a la realidad: ya no tenía becas y necesitaba un empleo para pagar mis gastos. Recuerdo que fue una época muy estresante, pero me abrió los ojos; ahora ya no era solo fiesta y una vida de estudiante donde vives en una burbuja, sino que ahora competía por un puesto, tenía que pagar facturas mientras trataba de integrarme de verdad. Tras conseguir mi actual trabajo, todo se volvió más fácil y pude disfrutar más de la ciudad.
Competía por un puesto, tenía que pagar facturas mientras trataba de integrarme de verdad
¿Cómo fue el proceso de encontrar trabajo?
En 2024 terminé unas prácticas sin remuneración durante tres meses para ganar más experiencia y luego estuve desde marzo hasta junio buscando un puesto de trabajo. En total hice unas 50 entrevistas -contando las entrevistas presenciales y las videollamadas-, y terminé enviando más de 200 solicitudes. Fueron meses de mucho esfuerzo, pero al final valió la pena y ahora mismo soy Campaign Manager en una agencia y estoy muy contento.
¿Qué te aporta Barcelona que no encuentras en Irlanda del Norte?
Barcelona me ofrece sobre todo un buen clima y un estilo de vida mucho más social; incluso en diciembre ves a gente tomando algo fuera, algo impensable en Irlanda del Norte por la lluvia. Además, vivir lejos de casa me da la oportunidad de conocer gente nueva, adaptarme, ponerme retos... Siento que todo eso ha sido fundamental para mi crecimiento personal. Me ha ayudado a ser mucho más seguro de mí mismo, a ser más abierto y a descubrirme mejor. Obviamente, mudarse al extranjero conlleva muchos retos y no todo es muy bonito, pero creo que es una experiencia que te aporta muchísimo, y este es mi caso.
¿Hablas español o algo de catalán? ¿Hasta qué punto sientes que puedes manejarte solo con el inglés en Barcelona?
Ahora mismo hablo muy poco catalán, pero me encantaría aprender más. En cuanto al español, tengo un nivel de conversación bastante bueno, aunque no es suficiente para obtener un empleo completamente en ese idioma. De hecho, mientras buscaba trabajo, me di cuenta de que no estaba del todo preparado, así que por este motivo empecé a centrarme en puestos donde principalmente tuviera que usar el inglés.
En mi día a día hablo castellano con mi equipo de fútbol, en el gimnasio y, sobre todo, con mi barbero. Siempre intento hacer un esfuerzo por hablarlo, aunque a veces, cuando notan que no soy nativo, me responden directamente en inglés. Al final, lo entiendo y no me ofende.
En cuanto a vivir aquí usando solo el inglés, diría que es totalmente posible, ya que Barcelona es una ciudad muy internacional; tengo amigos que llevan años viviendo aquí sin hablar el idioma. Aun así, definitivamente te adaptas mejor y es todo más fácil cuando hablas el idioma que forma parte del otro país. Por eso, siempre que tengo la oportunidad de practicarlo lo hago encantado.
El fútbol es una actividad social ideal para conocer gente.
¿Te costó encontrar alojamiento en Barcelona?
Ahora mismo comparto piso con mi amigo Jack, al que conocí durante el Erasmus. La verdad es que fue muy difícil encontrar piso al principio porque ninguno de los dos tenía contrato de trabajo y casi ningún propietario quería aceptarnos. Y en las agencias nos pedían tarifas altísimas.
Encontrar vivienda fue difícil, es mucho más fácil encontrar una habitación que un piso. Tras ver muchas opciones, finalmente encontramos un piso en la zona del Raval a través de la aplicación Badi. En la visita nos preguntaron si queríamos reservarlo y en ese momento no tuvimos ninguna opción más que aceptarlo. Pagamos unos 700 euros cada uno al mes; sabemos que muy caro por la zona, pero en ese momento es lo único que encontramos.
He escuchado que los locales saben administrar muy bien su dinero y es algo que me encantaría poder aprender
¿Sientes que Barcelona es una ciudad ‘cara’?
Sí, definitivamente, sobre todo si comparas los precios con los salarios. Teniendo en cuenta el salario mínimo y el coste de vida actualmente, es una ciudad muy cara. Durante estos años que llevo aquí he escuchado que los locales saben administrar muy bien su dinero y es algo que personalmente me encantaría poder aprender.
¿Sientes que has conseguido integrarte en la vida local o tu círculo social está más vinculado a la comunidad de extranjeros?
Aunque conozco a varios locales, mi círculo de amigos más cercano es internacional, ya que nos encontramos en la misma situación y es mucho más fácil establecer una conexión. En general, es difícil hacer amigos locales cuando te mudas, no solo en Barcelona. Por eso, vivir en el extranjero siempre tiene esa parte complicada.
Joel y su mejor amigo Jack.
¿Hay algún barrio de Barcelona al que le tengas un cariño especial o que recomiendes por algo en particular?
Me gusta mucho el barrio del Born; sus calles son bonitas y tiene un ambiente único; por la noche es mi zona favorita para salir. Los barrios de Poblenou y Gràcia me gustan mucho también porque son muy tranquilos, y, si pudiese, me mudaría a una de estas zonas o a alguna zona cerca de la playa o las montañas.
Cuando se oficializó el Brexit, ¿cómo se vivió en Irlanda del Norte? ¿Viste a mucha gente plantearse pedir el pasaporte irlandés?
Recuerdo que en mi casa se vivió de forma intensa. Mi madre lloró el día de los resultados porque estaba muy preocupada por nuestro futuro. Por suerte, nosotros podíamos tramitar el pasaporte irlandés y así lo hicimos. Sin embargo, los ingleses, los escoceses y los galeses lo tienen más complicado: hay mucha burocracia de por medio, visados e incluso un tiempo limitado para quedarse.
Siento que, en su momento, se vendió la idea del Brexit al público como la solución de los problemas que el país estaba enfrentando. Los resultados fueron muy ajustados y muchos jóvenes ni siquiera votaron, y eso influyó mucho. Por eso es muy importante que la gente vote, aunque no esté interesada en la política, porque probablemente esa actitud contribuyó a que el Brexit sucediera. Creo que, en mi opinión, al menos un 80% de la gente joven desearía que el Brexit no hubiera ocurrido y, si volvieran a convocar las elecciones, estoy seguro de que los resultados serían en contra del Brexit.
Joël juntamente con su madre y hermanos.
Mi madre lloró con los resultados del Brexit; por suerte, pudimos tramitar el pasaporte irlandés
¿Qué aspectos son diferentes en Barcelona respecto a Irlanda del Norte?
En Barcelona hay mucha cultura del terraceo, aquí se socializa todos los días de la semana; siempre hay alguien en la calle, en la playa, etc. La vida social es más constante que en Irlanda y se hace al aire libre. Allí normalmente la gente se enfoca más en trabajar entre semana y se socializa los viernes y los sábados.
También me impactó lo tarde que pasa todo en España: cenas, actividades, incluso en mi equipo de fútbol llegamos a jugar partidos entre semana a las 11 de la noche, algo impensable en Irlanda. Aun así, estos choques culturales forman parte de la belleza de vivir aquí.
¿Visitas mucho a tu familia? ¿Qué es lo que echas de menos?
Voy a casa un par de veces al año: en verano y en Navidad. Son épocas que espero con mucha ilusión para ver a mi familia y a mis amigos que conozco desde los 12. Adoro Barcelona, y aunque sea una persona muy independiente, a veces echo de menos tener a mi círculo cercano. Supongo que esto es parte del desafío de vivir en el extranjero.
