Francesco de Santis, nutricionista italiano, sentaba recientemente las bases de una alimentación equilibrada: “La constituyen las frutas, las verduras, los cereales integrales, las legumbres, los frutos secos y las semillas, a los que se añaden proteínas de calidad, como el pescado y las legumbres, y las llamadas 'grasas buenas', en particular el aceite de oliva virgen extra y el pescado azul. Limitar los azúcares simples y los alimentos ultraprocesados es igualmente importante”.
Una de las mejores opciones para comer más sano en casa puede ser el envasado al vacío: cocinar una receta en grandes cantidades, dividirla en raciones, guardar las restantes y congelarlas, o conservarlas en el frigorífico. Una técnica que se utiliza en restaurantes de todo el mundo, entre ellos el de Fernando Canales. Dueño del Etxanobe en Bilbao, por el cual tiene una estrella Michelin, apuntaba en Instagram las claves de este sistema. Según sus palabras, que esté al vacío no la convierte en un elemento salvador de forma automática.
">
“Al comprar comida envasada o al vacío tendemos a pensar que como está envasada, ya nos podemos olvidar de ella y dura más tiempo, incluso fuera de la nevera. Pero depende de cada producto. Con un fiambre, por ejemplo, si lo dejamos a temperatura ambiente se estropea mucho antes y es un riesgo para la salud. Al final, lo que hace el vacío es proteger al alimento cuando hay frío, así que sin él, la comida se pone mala mucho antes”, comentaba, en unas imágenes que suman 2.500 ‘me gusta’ en la plataforma de Meta.
Esto también puede provocar problemas si se va a pasar tiempo fuera del hogar, sin acceso a un frigorífico. En este sentido, Canales recomienda no mantener el producto en cuestión envasado al vacío. El cocinero explicaba que retirar el envase impedirá que el alimento se transforme en una “bomba para estropear productos”. Y es que este sistema acaba dejando en los consumidores una falsa sensación de seguridad, especialmente si no se siguen las directrices de frío. Cristina Lora, experta en seguridad y tecnología alimentaria, estudió la cuestión en el podcast de Hábito Zero.
Filetes de salmón envasado al vacío
Planificación mental
“Muchas veces digo, venga, mañana me toca salmón. Y lo que hago es que una hora antes me acuerdo. Y lo saco del frigorífico y a lo mejor lo dejo en la ventana porque le da el sol y sé que rápido se va a descongelar o lo dejo encima de la mesa y eso es un error porque al final cuanto más tiempo le des a las bacterias y más a gustito estén porque va subiendo lentamente la temperatura, eso hace que se desarrolle”, expresaba durante la entrevista en cuestión.
“Lo que tenemos que hacer es planificación. Yo sé que mañana me toca salmón, esta noche antes de dormir lo descongelo. ¿Dónde? En la zona de abajo del frigorífico, que es la zona más fría, son dos grados. Entonces, ahí es donde se tienen que descongelar los alimentos. Es la balda justo encima del cajón de las frutas y las verduras, ¿vale? Eso sería un error”, insistía.


