El académico Carlos Monteiro, afiliado a la Universidad de Sao Paulo, emite una advertencia acerca de los riesgos asociados a los productos alimenticios ultraprocesados: “Están transformando las dietas en todo el mundo”
Comida basura
El investigador clasifica los alimentos en cuatro grupos según los tratamientos que reciben.
La psicóloga clínica de la Universidad de Yale, Rajita Sinha, detalla los motivos por los que los individuos consumen alimentos como respuesta al estrés: “Es un círculo vicioso y difícil de romper porque nos quedamos estancados”

Los expertos piden evitar el consumo de alimentos ultraprocesados
Martina Misenachs, a nutritionist with The Spanish Academy of Nutrition and Dietetics (AEND), pointed out in Men's Health the primary issue with the current diet: “Compramos muchísimos productos ultraprocesados —son muy accesibles, tienen un marketing brutal— cuando podríamos optar por alimentos frescos y básicos: frutas, verduras, legumbres, pescado. Lo interesante es que existe una creencia muy extendida de que comer saludable es más caro, y la realidad es que no tiene por qué serlo”.
En España, las cadenas de comida rápida están a la orden del día, con cada vez más franquicias estadounidenses instalándose en el país. Según un estudio de OpenInsights, con una muestra de 80.000 usuarios entre 18 y 65 años, la empresa más popular acumula una media de dos compras mensuales. Sin embargo, este es un problema que afecta en todos los rincones del mundo. Carlos Monteiro, profesor de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, realizó un extenso análisis para categorizar los alimentos en cuatro categorías distintas: no procesados, con ingredientes procesados, procesados y ultraprocesados.

“El creciente consumo de alimentos ultraprocesados está transformando las dietas en todo el mundo, desplazando a los alimentos y comidas frescos y mínimamente procesados. Este cambio en la alimentación de las personas está impulsado por poderosas corporaciones globales que generan enormes beneficios al dar prioridad a los productos ultraprocesados, con el apoyo de una amplia campaña de publicidad y presión política para frenar las políticas de salud pública eficaces que promueven una alimentación saludable”, contaba a BBC Mundo.
Monteiro presentó un exhaustivo estudio en The Lancet, alertando sobre el peligro que estos alimentos suponen para el bienestar físico y psíquico. Aparte de señalar la alteración de las rutinas, otros expertos instaron a los organismos a “den un paso al frente” para incorporar avisos sanitarios y gravámenes a ciertos artículos. Phillip Baker, catedrático de la Universidad de Sídney y uno de los colaboradores del texto junto al sudamericano, equiparó la labor pendiente con la que se realizó con todos los productos que contienen nicotina.

Se requieren respuestas urgentes
“Debería haber una fuerte respuesta de salud pública a nivel mundial, como los esfuerzos coordinados para desafiar a la industria tabacalera”, detallaba. No obstante, las determinaciones del artículo en The Lancet afirmaban que se requieren más investigaciones, más tiempo dedicado a examinar el impacto de los ultraprocesados en el organismo. William Li, un doctor e investigador de nutrición de la Universidad de Harvard, también expresó una opinión firme en contra, alertando que el consumo excesivo de ciertos alimentos podría reducir nuestra expectativa de vida hasta una década, sin importar nuestra condición física.
“Muchos estudios han demostrado que el consumo elevado puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas como cáncer, diabetes tipo 2, enfermedad celíaca y otras. Una investigación iniciada en 2009 desveló que, por cada aumento del 10% en el consumo de alimentos ultraprocesados, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares de los participantes se incrementaba en un 12%, y el riesgo de padecer enfermedades coronarias aumentaba en un 13%”, alertaba.

