Alejandro Giménez, arquitecto: “La luz artificial blanca en casa no te lleva al descanso, te lleva a abrir la boca y a que te hagas una consulta en el dentista”
Decoración
Más allá de embellecer un hogar o ahorrar energía, no debemos olvidar que la luz natural influye directamente en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo
Alejandro Giménez, arquitecto
A menudo la damos por sentada, pero si algo nos ha enseñado el apagón nacional del pasado 28 de abril es a valorar la luz natural. Es lo primero que muchos consideran antes de elegir una vivienda y, más allá de embellecer un hogar o ahorrar energía, no debemos olvidar que la luz natural influye directamente en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo. Por eso, se ha convertido en un elemento clave para el arquitecto malagueño Alejandro Giménez. Su estilo está profundamente marcado por la arquitectura de la Costa Mediterránea y los pueblos blancos de Andalucía, aunque sus estancias en México y Japón han dejado huella en sus ideas, colores y espacios que conforman sus diseños.
“Lo más importante en el Mediterráneo es la luz que tiene, y eso es lo que lo hace especial y atrae a la gente del norte a vivir aquí”, cuenta a La Vanguardia. El experto explica que, desde su estudio, siempre intentan jugar a incorporar esa luz de distintas formas, reflejándola en texturas o pasándola por un cristal para crear otro color. Hablamos con él para descubrir algunos consejos clave y sacar el máximo partido a nuestros hogares.
Ampliar las ventanas siempre es una buena idea
¿Qué estrategias podríamos aplicar en una vivienda pequeña para que se sienta más espaciosa y luminosa?
Si puedes ampliar las ventanas, siempre es una buena idea. Lo ideal es que lleguen hasta el techo y que sean lo más grandes posible. Hoy en día se tiende a evitar los pasillos y a apostar por espacios abiertos, como salones integrados con la cocina. La idea es unificar ambientes para que la luz natural que entra por las ventanas se reparta por todo el espacio. Intentamos no crear compartimentos pequeños, porque cada división resta luz, y además suelen requerir pasillos que también oscurecen. Se trata, en definitiva, de diseñar espacios los más diáfanos y luminosos posibles.
Lo ideal es que las ventanas lleguen hasta el techo y que sean lo más grandes posible
¿En qué estancias del hogar crees que podemos prescindir de luz natural y en cuáles consideras que es imprescindible?
Para mí, el único espacio que no puede tener luz quizás sería un baño. El resto de espacios deberían tener luz. Yo siempre digo que si no tienes luz natural, los espacios no son habitables. Evidentemente, te puedes acostumbrar a cualquier cosa, pero lo que dignifica un espacio es la luz. Por lo tanto, el dormitorio debe tener luz.
Según Alejandro Giménez todos los espacios de una casa deberían tener luz
¿Cómo deben ser nuestras paredes para maximizar el efecto de la luz?
Siempre que puedo intento quitar el gotelé porque no me gusta. Prefiero dar otras texturas en las paredes, porque lo bonito de cuando la luz incide en ellas es cuando empieza a crear una textura. Esa es la belleza de la imperfección. No me gustan las paredes completamente lisas, como si fueran de cristal. Me gusta la imperfección porque es lo que le da carácter a las cosas y hacen que algo sea único.
Me gusta la imperfección porque es lo que le da carácter a las cosas y hacen que algo sea único
¿Qué colores crees que ayudan a crear ambientes más relajados en una casa?
Lo importante es que se utilicen colores claros. Nosotros casi siempre utilizamos el blanco, porque es lo que más refleja y alegra una casa. También optamos por tonos suaves, como cremas, blanco roto o amarillos, muy claros y cremosos. Colores que transmiten calma. Por ejemplo, en México se utilizan colores mucho más intensos por su cultura, su fruta, su forma de vestir… todo tiene una gran fuerza cromática. Pero aquí no es así. Nosotros trabajamos con arquitectura mediterránea, y nos inspiramos en los blancos luminosos de los pueblos andaluces.
Alejandro Giménez utiliza materiales lo más naturales posible, como el lino o el algodón, evitando los sintéticos
¿Qué consejos darías para que el dormitorio sea un espacio de descanso a nivel estético y estructural?
Me gusta utilizar materiales lo más naturales posible, como el lino o el algodón, evitando los sintéticos. Creo que estos materiales contribuyen al descanso porque establecen una conexión profunda con nosotros. De algún modo, el cuerpo los reconoce y eso hace que uno se sienta bien en ese espacio. Es una manera de reconectar con la naturaleza. Muchas veces entras en un lugar y piensas: “me siento bien aquí”, y si lo analizas, probablemente sea por los materiales, la luz o el equilibrio del conjunto. Todo influye en el bienestar que se experimenta dentro de un espacio.
Utilizar materiales naturales en casa como el lino o el algodón ayuda al descanso
¿Y cómo podríamos darle un toque más moderno a un baño que ha quedado un poco antiguo sin necesidad de hacer una gran reforma?
Hay pinturas específicas para azulejos que funcionan muy bien. Son ideales para cubrir cenefas o esos azulejos antiguos que ya no te gustan. A veces, con solo una capa de pintura blanca, el cambio es radical: el espacio se transforma por completo. Es una intervención económica y con resultados muy efectivos. Te deshaces de las cenefas, de las florecitas… de todo lo que ya no encaja con tu estilo, y generas una base más neutra y actual. Además, una vez pintados, los azulejos siguen siendo funcionales: puedes fregar y usar el baño con total normalidad.
Pero cuando hablamos del valor que tiene una casa, siempre se debe intentar buscar la atemporalidad
Como en la moda, el interiorismo también se rige por ciclos. ¿Hay alguna corriente estética o tendencia del pasado que consideres que no debería recuperarse?
No quiero seguir las modas. Si un día llevas una camiseta o un vestido que está de moda, no pasa nada, dentro de dos años te compras otro. Pero cuando hablamos del valor que tiene una casa, siempre se debe intentar buscar la atemporalidad, que no esté condicionada por las tendencias. Buscamos algo que sea tan elegante y tan bonito, que no pase de moda, que sea útil, que esté bien pensado, y que no dependa de lo que está en tendencia. No puedes cambiar de casa como cambias de camiseta. Puedes mudarte de ciudad cada tres años, por ejemplo, pero una casa es otra cosa. Por eso yo intento irme a la esencia de las cosas, para no quedar atrapado en una moda pasajera. Si tienes algo de calidad, ¿por qué debería pasar de moda? Una luz bonita y tejidos como el lino nunca caducan.
Las luces LED blancas, frías en casa, no invitan al descanso ni a sentirse bien
Antes, los hogares se llenaban de muebles más opulentos y ahora predominan los espacios más sobrios y minimalistas. ¿Crees que, en esa búsqueda de simplicidad, estamos perdiendo la calidez y la esencia acogedora del hogar?
Esa moda del minimalismo, de vivir en espacios vacíos, como si estuviéramos en una consulta de dentista moderna, me parece un horror, un lugar totalmente inhóspito. El exceso de luz, cuando es demasiada, también puede ser un problema. No hablo tanto de la luz natural, sino de la luz artificial. La calidad de la luz es fundamental. Las luces LED blancas, frías en casa, no invitan al descanso ni a sentirse bien, te lleva a abrir la boca y a que te hagas una consulta en el dentista.
Depende de dónde vivas, no siempre puedes tener la luz natural…
Claro, no es lo mismo un piso en una ciudad que, por ejemplo, si diseñamos un chalet para alguien con recursos en Marbella. Ahí puedes jugar con toda la luz del mundo. Pero eso no significa que los arquitectos solo trabajemos con presupuestos grandes. También he hecho apartamentos pequeños y he intentado sacarles el máximo partido. Hay gente con casas preciosas, acogedoras, que no son ricos, pero tienen sensibilidad: saben elegir colores, materiales naturales, colocar bien las cosas. En cambio, también hay gente con mucho más dinero que vive en una especie de consulta de dentista. Así que sí, el dinero ayuda, pero la sensibilidad es muchísimo más importante.
Es un error priorizar la estética sin tener en cuenta el clima
¿Cuáles son los errores más comunes que crees que la gente comete normalmente a la hora de hacer reformas en su casa?
Muchas de las personas que vienen de países como Bélgica, Holanda o Inglaterra buscan luz, porque allí no la tienen. Pero también hay que tener cuidado con cómo se gestiona esa luz. Por ejemplo, si haces una gran ventana orientada al sur sin ningún tipo de protección, acabas creando una caja de cristal que se convierte en un horno.
Ese es uno de los problemas de cierta arquitectura minimalista y moderna: se prioriza la estética sin tener en cuenta el clima. Luego, para corregir ese exceso de calor, se recurre al aire acondicionado, con el impacto energético que eso conlleva. Es decir, se genera un problema que después hay que resolver artificialmente.
Por eso es tan importante mirar a la tradición, entender cómo se construía antes, cómo se adaptaban las casas al entorno y al clima. Solo cuando entendamos eso podremos avanzar. No se trata de abrir ventanales por abrirlos, sino de diseñar en función del lugar. Muchas de estas modas vienen importadas de otras partes de Europa, donde las condiciones son distintas. Aquí, sin ese análisis previo, terminamos teniendo que acondicionar la casa todos los días.