En Diego de León, barrio en la capital madrileña, un matrimonio de jubilados buscaba darle una nueva vida a una vivienda de 80 m2 que se había quedado completamente desfasada. Grandes muebles de madera, instalaciones antiguas y una distribución poco práctica eran lo que caracterizaba al piso.
La familia con un hijo vive a las afueras de la ciudad, cerca de Toledo. Su situación de vida había cambiado y necesitaban pasar más tiempo en Madrid, por lo que reformar la vivienda era cada vez más necesario. Además, su hijo también empezaba a pasar temporadas allí.
Contactaron con la interiorista Grethel Motorga para hacer que este piso que permanecía en el pasado volviera a pertenecer al mundo actual. Líneas sencillas, colores crema y buenos acabados son algunas de las premisas que la especialista siguió para dar rienda a la visión de los propietarios.
Grethel Motorgo, interiorista
Un piso desfasado
El antes
La distribución original era la clásica de recibidor, salón, habitación doble e individual. “El matrimonio necesitaba una habitación extra para cuando su hijo se quedara”, cuenta Grethel Motorga para Guyana Guardian.
Así, la decoración del inmueble era la típica de los pisos de los 70: grandes muebles empotrados con molduras hechos en madera, suelos también de madera, ventanas de aluminio... Los propietarios necesitaban un cambio absoluto de este hogar para que pudiera ser disfrutado en la actualidad. “Querían un piso que fuera muy fácil de limpiar”, asegura la especialista.
Antes del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
Antes del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
El salón contaba con un gran mueble que ocupaba dos de las paredes. El balcón también fue sacrificado para ganar metros cuadrados. “Lo que sí que restauramos fueron la mesa y las sillas. Es algo que me gusta hacer en todos los proyectos”, sigue contando Motorga.
Antes del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
Antes del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
Un piso para ser vivido
El después
“Todas las decisiones como el suelo cerámico, estores en vez de cortinas o los tonos beige fueron tomadas con el objetivo de que el piso fuera de lo más sencillo y práctico”, explica la interiorista.
La cocina está hecha completamente a medida y costó 28.000 euros
La cocina está acabada con Porcelanosa para garantizar su calidad y durabilidad. Los muebles de la cocina también son sencillos y se integran perfectamente con el resto del inmueble. “La anterior cocina tenía dos salidas, y eso no era práctico. Colocamos dos sillas para crear un espacio de desayuno”, cuenta Grethel Motorga.
Si hablamos de precios, la cocina, según la especialista, es siempre lo más caro. “Se hizo completamente a medida y costó 28.000 euros, solo la cocina (mobiliario, electrodomésticos y encimera). El solado, tabiquería o fontanería van aparte”, desvela.
Después del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
Una de estas dos salidas fue tapada para poder crear un armario que les sirviera como zona de lavandería. Además, utilizaron espacio del salón para crear otro baño, el cual acabaron, también, con Porcelanosa. “Cuando un baño no tiene ventana, intento siempre alicatarlo entero para que no haya riesgo de humedad y condensación”, sigue la interiorista.
Después del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
También hay otro baño, con los mismos acabados. “Con fontanería, cerámica y mobiliario, el precio de cada uno es de, aproximadamente, 7.000/8.000 euros”, desvela. Todos los muebles están suspendidos para que limpiar sea de lo más sencillo, así como su mantenimiento.
Después del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
En el dormitorio principal decidieron apostar por un elemento central: el cabecero. “También intento crear siempre algo a medida. Mantuvimos un guiño a los panelados del baño, pero en lugar de madera lo lacamos al horno, con el mismo color que las sillas del salón. Queríamos integrar toda la pared; en habitaciones pequeñas, si ves muchos elementos separados, queda caótico. Lo mejor es alargar el cabecero e integrar las mesitas para que todo parezca más uniforme”, recomienda la especialista.
Después del piso reformado por la interiorista Grethel Motorga
Así, una obra de este estilo ronda a los 1.200 euros por metro cuadrado, todo incluido, tal y como asegura Motorga. “El total de la reforma fueron, aproximadamente, 120.000 euros”, afirma. Aunque, la interiorista destaca que es vital comprender que entre el primer y el último presupuesto puede haber diferencias importantes. “Es cierto que varía: puedes partir de un azulejo de 50 €/m² y acabar eligiendo mármol de 300 €/m²”, concluye.
