Los dulces catalanes de toda la vida que plantan batalla al panettone en la mesa navideña

Gourmet

Los panettones y los pandoros han llegado para quedarse, pero turrones, catanias y chocolatinas siguen estando en todas la mesas

Además de turrones y polvorones, los panettones han llegado para quedarse en Navidad

Además de turrones y polvorones, los panettones han llegado para quedarse en Navidad

Andrei Zonenko/ istock

Si pensamos en la Navidad, más allá de las luces que parpadean y los regalos bajo el árbol, hay algo que aparece casi sin pedir permiso. El recuerdo dulce. Porque la verdad es que empezamos a salivar con los clásicos de siempre: turrones cremosos, polvorones que se deshacen al primer mordisco, catanias cubiertas de cacao y ese roscón de Reyes.

Pero algo ha cambiado. O quizá simplemente se ha sumado una nueva tentación. Desde el país vecino ha llegado un invitado que no piensa marcharse: el panettone. Ha llegado para quedarse y no lo ha hecho en silencio. Basta con pasear frente a las pastelerías para comprobarlo. Grandes casas y firmas de lujo lo exhiben con orgullo en sus vitrinas. Bulgari, Dolce & Gabbana… y maestros pasteleros que lo han convertido en una auténtica pieza de autor. Incluso hay premios. Este año, la pastelería Carrió se ha llevado el galardón al mejor panettone clásico, mientras que Cal Jan, en Torredembarra, ha brillado en la categoría de chocolate.

Turrones, catanias y chocolatinas regresan cada año por Navidad

Y es que el panettone de mantequilla y cítricos, el de toda la vida, convive ahora con versiones irresistibles: chocolate intenso, pistacho cremoso, naranja confitada bañada en cacao o rellenos que son. Difícil elegir solo uno

Los turrones se reinventan con nuevos sabores

Los turrones se reinventan con nuevos sabores

Torrons Vicens

Aquí es donde se percibe un pequeño duelo. Lo de siempre frente a lo nuevo. Las tradiciones que conocemos de memoria y esas tendencias que llegan con acento extranjero. Por eso, lo clásico se reinventa para no quedarse atrás y vuelven cada año por Navidad. Este año hemos visto turrones que saben a infancia, a meriendas felices: Nocilla, almendra frita, rosco de vino, leche merengada, o pastel de zanahoria. Creaciones firmadas por algunos de los grandes nombres de la gastronomía española como Ángel León, Quique Dacosta, Jordi Roca, Nandu Jubany o Albert Adrià. Auténticos lujos que se sirven en pequeñas porciones.

Una dulce tentación para la Navidad

Una dulce tentación para la Navidad

Catanias Cudié

También las catanias ofrecen ese crujiente y elegante equilibrio entre la almendra tostada y el chocolate que la envuelve, pero ahora juegan con sabores inesperados: praliné de chocolate blanco, sal del Himalaya, yogur, café… Y pasa lo de siempre. Empiezas con una y, cuando te das cuenta, la caja está medio vacía. Y luego están los polvorones. El gesto de retorcer el papel entre los dedos. El momento en que te llenas la boca y no puedes hablar. Y es que año tras año vuelven a estar ahí. No fallan nunca.

Bombones y chocolatinas para las niños que aparecen sin querer en todas las casas

Bombones y chocolatinas para las niños que aparecen sin querer en todas las casas

Simon Coll

Las chocolatinas navideñas merecen capítulo aparte. Cajas de bombones que aparecen cuando menos se espera, después del postre, junto al café o para alargar la sobremesa. Las hay con forma de moneda, de botella, incluso de paraguas. Estas últimas, claro, son las favoritas de los niños, que las esperan con la misma ilusión cada diciembre.

A pesar de las nuevas modas, tradiciones foráneas y propias han aprendido a convivir. Ya no se trata de sustituir, sino de sumar, no hay un ganador claro en esta batalla gastronómica, porque el panettone seduce, sí, pero el turrón emociona y, al final, lo importante es compartir.

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