Solo es posible acceder mediante un tren cremallera y cuenta con vistas impresionantes: así se define el hospedaje art nouveau más representativo de los Alpes suizos.
Gran Hotel Belvedere
Durante la rehabilitación de la propiedad de principios del siglo XX, los arquitectos Arnaud Christin y Valéry Clavien han recuperado los elementos art nouveau y utilizado métodos de construcción clásicos de la zona alpina.

La arquitectura del Gran Hotel Belvedere data de principios de siglo XX
La denominación del Gran Hotel Belvedere no es casual: desde su ubicación se divisa una de las cumbres emblemáticas de los Alpes suizos, el Jungfrau (4.158 m), reconocido como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Un paraje, sin duda, de gran belleza visual. Esta destacada muestra de la primigenia hotelería suiza se ha renovado hace poco manteniendo restos y ornamentos Art Noveau, tales como la magnífica chimenea de la estancia principal. Asimismo, conserva elementos del estilo Heimatstil, que en su época buscó enaltecer las costumbres autóctonas de la sierra y el entorno campestre. Durante la remodelación se rescataron métodos tradicionales de edificación alpina, empleados en el mobiliario del hotel fabricado de forma personalizada.
Esta iniciativa ha sido ejecutada por los proyectistas helvéticos Arnaud Christin (perteneciente a Complete Works) y Valéry Clavien (de Crausaz Tremblay y Clavien & Associates). Construida en 1912, su parte exterior destaca por los adornos iniciales en forma de zigzag en tonos amarillos y marrones, rodeada de un entorno natural frecuentemente cubierto de nieve. Los salones primordiales aparecen revestidos de madera y cuentan con relieves esculpidos, creando atmósferas acogedoras y minuciosas. Los diseñadores han dispuesto en el pasillo-galería una sucesión equilibrada de objetos: asientos de madera, luminarias colgantes de estética Art Noveau del periodo recuperadas y conjuntos de alfombras en diversos colores. Un rincón con panorámicas, iluminado por el sol y protegido, ideal para quedar cautivado ante la majestuosidad de los picos alpinos. Dentro de los dormitorios de este establecimiento de 5 estrellas, se entiende la exclusividad mediante la nobleza de la madera o los tejidos de lana pura, buscando un vínculo fundamental con la cordillera. “Una escenografía minimalista y arraigada -señalan- donde el respeto por las tradiciones locales cobra protagonismo”.


Arnaud Christin, integrante de Complete Works, señala: “Ante todo, era esencial para nosotros respetar la lógica constructiva alpina de la época, especialmente en el diseño de todo el mobiliario, hecho a medida a partir de sencillos elementos de madera, como dictaba la tradición”. El reciente techo artesonado del vestíbulo constituye una réplica actual de las antiguas estructuras de madera del inmueble, situándose en una zona de descanso junto a la lumbre. El contraste lo ofrece el nuevo edificio del spa, que toma como referencia los onsen de Japón y cuenta con amplios ventanales desde su piscina climatizada de doble ambiente. Se ha edificado empleando bloques compactos de hormigón. “Aunque fue construido completamente desde cero, se integra con el entorno, como una reliquia brutalista que la naturaleza ha recuperado gradualmente”, tal como lo concibe el arquitecto Valéry Clavien.



El Gran Hotel Belvedere —actualmente propiedad de Beaumier— se sitúa en Wengen (cantón de Berna), una villa a 1.274 m de altitud sin circulación de coches. Únicamente es accesible mediante un tren cremallera que comenzó su actividad en 1893. En su trazado serpenteante brinda vistas del valle que se elevan poco a poco hasta una visión de pájaro. Un preludio magnífico para adentrarse en el establecimiento y en la quietud alpina.