El Radio City Music Hall de Nueva York ha acogido este domingo la 78 edición de los premios Tony. Una gala que celebra el arte del teatro estadounidense y que ha contado con discursos y momentos estelares sobre su escenario, con el musical Maybe Happy Ending como gran triunfador de una ceremonia – se llevó seis galardones– conducida por la actriz y cantante Cynthia Erivo.
La alfombra roja ha contado con el clásico despliegue de estilo y glamur protagonizado por invitados y nominados. El blanco en vestidos de gala que evocan al romanticismo de la moda nupcial se han postulado como favoritos de la velada, a el sucumbieron Julianne Hough y Mia Farrowy, y algunas estrellas, como Katie Holmes de Prada, apostaron por la confección a medida en trajes pensados para despuntar.
Katie Holmes ha lucido un diseño confeccionado a medida de Prada para deslumbrar en los Tony Awards
Sin embargo, esta antesala, que cierra el circuito de alfombras rojas de la temporada, ha desprendido una frescura y naturalidad poco común en Hollywood. El primero en evidenciar esta corriente ha sido el intérprete George Clooney, nominado a mejor actor por su interpretación en Good Night, and Good Luck, quien junto a una espectacular Amal Clooney – vestida de Tamara Ralph y con zapatos Roger Vivier– ha reaparecido con su característico cabello canoso después de habérselo teñido temporalmente por exigencias de guion.
Amal Clooney, en la imagen junto a su marido, contó con el expertise de Tamara Ralph para brillar en la alfombra roja. Stilettos de Roger Viver.
Un gesto de autenticidad y aceptación al que se ha sumado también la actriz y modelo Brooke Shileds. La estrella estadounidense que acaba de cumplir 60 años ha deslumbrado con un mini vestido rojo de Balmain y un clutch confeccionado con las cortinas que solían colgar en el Radio City Music Hall antes de una de sus renovaciones.
Brooke Shields, que acaba de cumplir 60 años, ha deslumbrado con un mini vestido rojo de Balmain
Estos premios evidencian, como ya se ha detectado en otras alfombras rojas, que la redefinición de la belleza natural y la autenticidad acaparan cada vez más protagonismo en la industria del cine y convertir, poco a poco, el sector en un ejemplo más saludable para la sociedad.
