Ya se ha ganado el Oscar, y en una carrera que cumple 30 años, ha demostrado que es tan eficiente convocando a las masas en grandes superproducciones como en papeles que requieren un talento que desborde por los poros. Como ella misma lo cuenta en esta entrevista, encontrar un rol que le aterre, señal de que tiene que probar algo más, es algo que le apasiona. Por eso, Angelina Jolie no dudó cuando el director chileno Pablo Larrain le ofreció encarnar a María Callas, la cantante de ópera de origen griego que alcanzó una popularidad que podría rivalizar a la propia en su momento de mayor esplendor.
Tras una ausencia de las pantallas de tres años, desde que apareció en las fracasadas Eternals de Marvel y en Aquellos que desean mi muerte de Taylor Sheridan, la hija de Jon Voight ha regresado para meterse de cabeza en la carrera por los premios, obteniendo hasta ahora una nominación al Globo de Oro, con muchas posibilidades de conseguir una tercera candidatura al premio de la Academia. Y aunque se pueda pensar que en estos tres años sólo se dedicó a estudiar canto lírico y a ocuparse de su vasta familia, Jolie también presentó en el Festival de Toronto su sexta película como directora, Without Blood, que a pesar de estar protagonizada por Salma Hayek y Demian Bichir, no ha podido encontrar distribución.
Angelina Jolie no dudó cuando el director chileno Pablo Larrain le ofreció encarnar a María Callas

Angelina Jolie como Maria Callas junto a Haluk Bilginer, que interpreta a Aristóteles Onassis, en la película 'Maria'
¿Cuál era su conexión con la ópera antes de sumarse al elenco de 'María Callas'?
A diferencia de Pablo Larrain, que se crió en una familia que amaba la ópera, yo no tuve esa misma suerte. En mi casa, como en la de muchos estadounidenses, de vez en cuando la escuchábamos. Era algo que nos conmovía. A veces era parte de una banda sonora de una película. En otras ocasiones la escuchábamos de casualidad. De niña me llevaron en varias ocasiones a ver ópera. No la entendía, pero me impactaba emocionalmente. Me daba cuenta que era algo diferente y muy poderoso. No se cómo podría describirlo, pero mi cuerpo se sentía distinto, mi mente viajaba a otros sitios. Creo que para poder apreciarla correctamente tenía que crecer y tener experiencias de vida más profundas. Es que la ópera tiene algo especial. Quizás sea cierto nivel de dolor o de alegría, o la forma en que expresa emociones de una manera tan poderosa. Ciertamente el sonido es impresionante. Uno puede pensar que el sonido nunca está a la altura del dolor hasta que escucha una ópera, porque todo allí tiene que ser a lo grande. Hay cosas que te pasan en la vida que te ayudan a entender la ópera, porque de pronto tu comprensión de la vida es distinta. En cualquier caso, para mi sumarme a María Callas fue una verdadera educación. Tuve que tomar muchísimas clases y estoy muy agradecida de haberme podido sumergir en ese mundo. Yo creo que toda la gente tendría que hacerlo. Ahora les pregunto a todos los que conozco y que cantan si han intentado entonar ópera. Y les pido que me canten un aria. Les explico que si no han hecho la prueba, hay una parte de ellos que no han podido sacar.
Uno puede pensar que el sonido nunca está a la altura del dolor hasta que escucha una ópera”
¿Y cómo fue para usted cuando tuvo que ponerse a cantar como la Callas? ¿Cuál fue la clave?
La clave para mí fue Pablo. Es que yo creo que otro director a lo mejor no se lo hubiese tomado con tanta seriedad. O no hubiese sabido tanto de ópera como él. Me habría llevado hasta cierto nivel y se hubiese dado por satisfecho. Imagino que otro habría dicho que nadie iba a esperar que yo cantara como ella. Pero por el respeto que él le tiene a la Callas, y por su comprensión de la ópera, desde un principio tuve en claro que no iba a haber lugar para la mediocridad. Yo sabía que íbamos a hacer lo que hiciese falta, porque esa es la única forma en que se puede hacer una película sobre ópera. El hecho que él creyera que yo era capaz de hacerlo fue lo que me permitió intentarlo, porque hubo momentos en que yo no estuve segura de que lo pudiera lograr. Pero él me ayudó mucho, fue muy serio con mi entrenamiento. Entrevistó a muchos profesores hasta dar con la persona indicada para que me preparara. Y luego me hizo tomar clases de pronunciación en italiano, de ópera, de canto, de respiración. El entendía perfectamente cuál era el camino para mi transformación.
¿Qué fue lo que más le sorprendió de la Callas en su investigación?
Hubo muchas cosas que aprendí que me llevaron a apasionarme por ella. Me sorprendió enterarme que no podía ver muy bien. Si te fijas en sus gafas, te darás cuenta que eran muy gruesas. Y eso creo que dice mucho sobre cuán duro trabajó en su vida. Porque cuando era muy joven y fue al conservatorio, no podía decir que no podía ver al compositor, o que tenía problemas para leer la partitura, ni tampoco podía decir que necesitaba sus gafas. No tenía otra alternativa que decir que sí y que podía hacer todo lo que le pidieran. Por eso tenía que memorizarse las partituras. Hay una entrevista en la que ella dice como al pasar que no podía ver al compositor. Probablemente tampoco lo podía hacer con el cantante de ópera que estaba del otro lado del escenario, ni ver sus expresiones. Pero tenía que convencer a la gente que ella estaba allí cantando sin ningún esfuerzo, y que podía ser tan buena como cualquier otra cantante. Era como un truco de magia que estaba obligada a hacer todo el tiempo. También tuvo que lidiar con muchas enfermedades y problemas corporales. En cierta forma estaba en una batalla constante con su propio cuerpo, pero tenía que mostrarse siempre como una persona perfecta, y eso era muy difícil para ella. Todo eso hizo que le respetara aún mucho más.

Maria Callas en 1959
¿Aprendió algo sobre usted como cantante?
Que no soy tan mala como pensaba. Pero la verdad es que es algo que nunca intenté en mi vida. Es que no es fácil. Mucha gente se ha topado con alguien en su vida que le ha dicho que no podía, o nunca ha tenido el apoyo de alguien que le diga que sí puede. Y eso hace que sean muchos los que nunca lo intentan. Así fue conmigo, nunca tuve el apoyo para probar. Pero para esta película tuve la suerte de contar con gente que me ayudó a encontrar mi voz. Fue algo muy emocional para mí, y también aterrador. Todo el proceso lo fue. A la vez, es maravilloso haber podido desarrollar una carrera como actriz y a esta altura de mi vida toparme con algo que me aterroriza como artista. Volver a encontrarme con algo que no sé si puedo lograr es un verdadero regalo para mi. Tuve que trabajar muy duro y rodearme de gente que se ganó mi confianza. Sabía que si yo fallaba, ellos se iban a dar cuenta. La verdad es que lo disfruté muchísimo. Me encantó cantar. En cierta forma me sentí transportada. El último día me arrodillé y ya no pude hablar de la emoción. Y aunque me de pena confesarlo, no he vuelto a cantar desde que terminamos de filmar.
En la película, ¿qué porcentaje es Callas cantando y cuánto es usted?
Varía dependiendo de las escenas. Obviamente en los momentos más intensos es la Callas, o al menos la mayor parte.
Me da mucha pena saber que en el final de su vida estaba sola, y así fue siempre para ella”
¿De qué manera su relación con la música de la Callas cambió después de interpretarle?
Se convirtió en algo muy personal. Tengo una conexión muy profunda con muchas de esas canciones. Todavía me emociono cuando las escucho. Es que recuerdo todo el proceso y no me he podido distanciar del todo del papel. Cada vez que canto el Ave María me acuerdo de mi madre. Cuando lo cantaba para la película siempre pensaba en ella. Y por eso todavía no puedo procesar la separación del personaje. Espero que llegue ese momento. Pero hasta que eso pase, sigo asociando a algunas de las canciones con los recuerdos con los que los vinculé en el momento de interpretarlas. A la vez, adoro a la Callas, por eso cuando escucho sus canciones, es como recordar a una amiga. Eso hace que me conmocione cuando la gente me dice que se emocionó con la película. Me da mucha pena saber que en el final de su vida estaba sola, y así fue siempre para ella. No tenía una madre, ni gente que le cuidara. Cuando dejó de estar en la cima de su carrera, los críticos fueron horribles con ella. Cuando se murió, estaba segura que nadie le iba a recordar con elogios. Fue algo muy triste. Por eso, cuando veo la película, siento que están tratando bien a una amiga que se lo merece. Y cuando le escucho cantar con su mejor voz, siento que es ella haciendo lo que nació para hacer. Sigo teniendo con ella una conexión muy personal. A lo mejor, con el tiempo, logro poner distancia...