“A pesar del anuncio de Royal Ascot, la Princesa de Gales no asistirá hoy. Se entiende que está 'decepcionada' por no poder ir, pero 'tiene que encontrar el equilibrio adecuado' en su regreso a sus funciones a tiempo completo”, destapaba Matt Wilkinson, corresponsal real del tabloide británico The Sun, a mediados del mes de junio. Una ausencia del evento hípico, la de Kate Middleton, que provocó una ola de reacciones en Reino Unido y el resto de Europa.
“La princesa tiene todo el derecho, incluso el deber, de cuidar su salud. Pero como figura institucional, necesita un relato coherente que no deje espacio al rumor. La Casa Real británica no puede permitirse ambigüedades prolongadas. Reformular no es retroceder, es prever. Comunicar con antelación, contextualizar ausencias y ser estratégica en su exposición pública puede ayudar a consolidar su papel como mujer moderna sin debilitar su rol institucional”, exponía María José Gómez Verdú.

Kate Middleton junto al príncipe Guillermo
Las palabras del experto en protocolo dejaban una pregunta en el aire: ¿cuándo volvería la princesa a la esfera pública? Una duda que se ha resuelto este miércoles, en el Jardín del Bienestar de la Real Sociedad de la Salud del Hospital de Colchester. Middleton ha aparecido en el recinto sin ser anunciada su presencia, con la intención de donar 50 plantas de Catherine's Rose, un tipo de rosa homónima con la que mostrar su apoyo a la Royal Marsden Cancer Charity.
Minutos después, durante su visita al departamento oncológico del hospital, la royal ha hablado sin filtros sobre la enfermedad que ha sufrido: “Asumes una actitud valiente y estoica durante el tratamiento, los tratamientos realizados, y luego piensas: 'Puedo seguir adelante, volver a la normalidad', pero en realidad, la fase posterior es realmente difícil. Ya no estás necesariamente bajo el equipo clínico, pero no puedes desenvolverte con normalidad en casa como antes”.

La princesa de Gales con el abrigo rojo de Alexander McQueen
Altos y bajos
“Creo que es muy valioso contar con alguien que te ayude a superar eso, que te muestre y te guíe durante esa fase posterior al tratamiento. Pero es un cambio de vida para cualquiera, desde el primer diagnóstico hasta el postratamiento y situaciones similares. Es una experiencia transformadora, tanto para el paciente como para sus familias. Y, de hecho, a veces pasa desapercibido; uno no necesariamente aprecia, sobre todo cuando es la primera vez, el gran impacto que tendrá”, recalcaba.
“Uno pasa por momentos difíciles. Y tener un lugar como este para tener una red de apoyo, ya sea a través de la creatividad, el canto o la jardinería, o lo que sea, es muy valioso, y es fantástico que esta comunidad lo tenga. Sería fantástico que muchas comunidades tuvieran este tipo de apoyo”, concluía.