“Un tranvía llamado deseo ha sido uno de mis sueños cumplidos. Honrar a Tennessee Williams y su manera de retratar la soledad y la ausencia de compasión. Es un clásico que sigue más vigente que nunca”, celebra Nathalie Poza (Madrid, 1972), en las carnes de Blanche DuBois en el montaje que ha adaptado y dirigido David Serrano. Después de hacer temporada en el Teatro Español de Madrid, toca una nueva función en el Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier (Murcia), el 3 de agosto, y luego parar hasta septiembre, que la obra vuelve a girar. Además, cada viernes, un nuevo capítulo de la serie Furia devuelve a Nathalie Poza a la plataforma HBO Max.
La actriz da vida a Adela, una de las cinco mujeres dispuestas a todo, ante situaciones límite, que lideran este drama sorpresivo, realista e intenso que firma y dirige Félix Sabroso. “Me atrajo el guion inteligentísimo de un creador único y fascinante que me escribió un personaje precioso, conectado con una de las cuestiones más vigentes que más nos duelen de nuestra sociedad actual: el problema de la vivienda, el edadismo, el abandono de nuestros mayores, la imposibilidad de salir adelante si no te has adaptado al sistema. Adela es una Blanche DuBois de Usera. Félix es un genio”, dice. La ficción se estrenó el pasado 11 de julio, en pleno verano, una estación que nos descubre cómo vive, en primera persona, la actriz Nathalie Poza.
¿Eres más de verano o de invierno?
Me gustan todas las estaciones, pero mi favorita es el otoño.
¿Lo mejor de la época estival?
Ese momento en que se deja atrás una etapa. Han sido meses profesionales y personales muy intensos.
Las cosas también pasan en la calma, no solo en la aventura trepidante”
¿Te mereces las vacaciones más que nunca?
Este año merezco dormir todo el verano [risas].
¿Un lugar al que sueñas con volver cada verano?
Al mar, siempre. Quizás porque este año no va a ocurrir…
¿Qué destino toca entonces?
Pues aún no lo sé.
Cuando viajas, ¿sueles repetir lugar o prefieres descubrir uno nuevo?
Destinos nuevos, en todo momento. Repetiría Islandia en invierno, por ejemplo. El último gran viaje que he hecho, el verano pasado, fue a Kenia de la mano de SAWA MARA. La Sabana es el paraíso en la tierra…
¿Prefieres la playa, la ciudad o la montaña?
Últimamente me llama más la montaña, quizás por la ausencia de árboles y pájaros en Madrid. Echo de menos los árboles y el silencio.
¿Te va más el relax o la aventura?
Ahora querría relax, pero ahí también pasan cosas, no solo en la aventura trepidante [risas].
Destino aparte, ¿qué es lo primero que metes en la maleta?
Un buen libro y cuadernos para escribir.
Cuando toca quedarse en Madrid, ¿qué planes amenizan tus días?
Si me quedo, mucho cine, lectura y conciertos. ¡No faltan!
Recuerdo los veranos en l’Hospitalet de l’Infant, en Tarragona, concretamente, las playas de La Almadraba y El Arenal”
¿Alguna comida favorita que disfrutes por estas fechas?
Estoy con gazpachos creativos. El último es de sandía, remolacha, aceite de oliva, limón y creatina para tener energía en el teatro.
¿Una canción que suene a verano?
Witchi Tai To de Jack Johnson, muy hawaiana. Love Vibration de Josh Rous. Alguna de Morcheeba… Hay muchas.
¿Un recuerdo feliz de infancia?
Los veranos en l’Hospitalet de l’Infant, en Tarragona y, concretamente, las playas de La Almadraba y El Arenal, donde recuerdo jugar de niña. Iba con mi familia, la española y la francesa. Alquilábamos una casa y veraneábamos todos juntos.
¿Cómo se presenta el comienzo de curso en septiembre?
De momento, seguimos con la gira de Un tranvía llamado deseo. El resto ya se verá…
¿Sueñas ya con tu viaje del próximo verano?
Sí y Japón es un sueño pendiente.


