El Rin Romántico, un tranquilo viaje fluvial entre viñedos, aldeas y viejos castillos

Viva 'Enjoy'

El Viva 'Enjoy' navega por aguas del Rin Romántico

Cuando a principios del siglo XIX los primeros turistas recalaron en el Rin, atraídos por los versos de poetas románticos como Friedrich Schlegel o Clemens Brentano -y más tarde de otras grandes figuras como Lord Byron o Victor Hugo- el paisaje agreste y salvaje impactó de lleno en sus retinas. Viajeros procedentes del Viejo Continente, de Norteamérica y de las islas Británicas descubrieron un río que se deslizaba entre cañones y montes escarpados salpicados de viñedos encaramados a sus laderas, aldeas y viejos castillos.

Los cruceros se prodigaban por el Mittelrhein, especialmente entre Maguncia y Colonia, el tramo más popular; eran por lo general barcos de vapor dotados de grandes ventanales que permitían a estos nuevos turistas fluviales admirar el paisaje. El paso del tiempo no ha hecho mella en este entorno que, dos siglos después, conserva intacta su belleza.

Los cruceros por el Rin se remontan al siglo XIX

Los cruceros por el Rin se remontan al siglo XIX

J.GEMMRICH gruppe-vier.de

Las viejas embarcaciones han dado paso a modernos buques que continúan navegando en aguas del Rin a su paso por el land de Renania-Palatinado rodeados de leyendas románticas sobre duendes, sirenas y encantamientos. Uno de los últimos en estrenarse es el Enjoy, un barco de solo 95 camarotes de Viva Cruises cuyo viaje, desde Frankfurt a Colonia, atraviesa uno de los tramos más hermosos del río.

 Zarpó por primera vez a principios de año rompiendo con algunos de los estereotipos de crucero fluvial. Con un concepto moderno y abierto -la luz se cuela por cada uno de sus rincones-, un espíritu joven, una oferta de actividades enfocada al bienestar y all-inclusive, el Viva Enjoy ha irrumpido como una bocanada de aire fresco.

El nuevo 'Enjoy' tiene un concepto moderno y abierto

El nuevo 'Enjoy' tiene un concepto moderno y abierto

Viva Cruises

Inicio del viaje: Frankfurt

El viaje empieza en Frankfurt, la capital financiera de Alemania, una bulliciosa urbe a orillas del Meno, afluente del Rin, en la que nació Goethe, el genio del romanticismo germano que retrató a través de su obra la forma de vida y la cultura del gran río. En Maguncia, el Enjoy se adentra en aguas del “Padre Rin”.

Durante cinco días (cuatro noches), en un itinerario circular, el buque se desliza entre bellísimos paisajes. Como antaño, a través de sus amplios ventanales o desde la cubierta, ciudades y pueblos de casitas de madera, viejas fortalezas y viñedos avanzan a los ojos del pasajero con lentitud, la suficiente como para saborearlos.

El Rin Romántico, patrimonio de la humanidad

Es, sin embargo, el valle superior del Medio Rin, el tramo desde Rüdesheim y Bingen hasta Coblenza -alrededor de 65 kilómetros que transcurren entre meandros y acantilados escarpados- el más espectacular. Conocido como el Rin Romántico, fue declarado en 2002 por la Unesco patrimonio de la humanidad como paisaje cultural. Aquí, el viajero asiste a una función excitante: Lorch, Bacharach, Kaub, Oberwesel, Sankt Goar o Boppard son algunas de las localidades, todas ellas con palacios, castillos o construcciones históricas que se asoman al río. 

Plaza de los Jesuitas, en la histórica ciudad de Coblenza

Plaza de los Jesuitas, en la histórica ciudad de Coblenza

Getty Images

La travesía es plácida; atrás quedan los miedos de los navegantes a los cantos de Loreley, la bella sirena de río que, según la leyenda, los atraía hasta la roca que lleva su nombre, provocando naufragios. El risco, que se encuentra en Sankt Goar, continúa siendo una de las atracciones de la ruta fluvial.

Los pasajeros que deseen conocerla de cerca pueden desembarcar en esta localidad y recorrerla tras los pasos de Fanz Liszt, compositor de Die Loreley, una pieza inspirada en el poema de Heinrich Heine. Esta es una de las diversas salidas que organiza el Viva Enjoy

Pero hay más, desde city tours por ciudades históricas como Coblenza, en la confluencia del Rin y el Mosela -la ciudad sobresale por la gran fortaleza de Ehrenbreitstein o la estatua ecuestre de Guillermo I, símbolo de la unificación de Alemania- o Colonia, la excitante urbe, con un destacado pasado romano y una de las catedrales góticas más espectaculares del mundo. O, un paseo por Rüdesheim, localidad pintoresca donde las haya, rodeada de viñedos y con un casco antiguo salpicado de tabernas y restaurantes.

Los viñedos se extienden sobre Bacharach, en pleno Rin Romántico

Los viñedos se extienden sobre Bacharach, en pleno Rin Romántico

Getty Images/iStockphoto

Y es que, superado Rüdesheim, donde finaliza el Rin Romántico, el viaje prosigue rumbo a Colonia. El tramo cuenta con otros lugares de interés como la colina de Drachenfels; el puente de Remagen, punto clave en la ofensiva final contra el Tercer Reich, o Bonn, la antigua capital de la República Federal de Alemania.

Un crucero ‘wellness’

Durante el viaje, se respira tranquilidad. A bordo, el ritmo lo imprime cada uno de sus 190 pasajeros, porque son muchas y diversas las propuestas con las que pasar el tiempo, pero, sobre todo, son sanas, como cabría esperar de un crucero wellness.

Spa del Viva 'Enjoy'

Spa del Viva 'Enjoy'

Viva Cruises

Una forma saludable de estrenar el día es sumándose a las sesiones de yoga dirigidas o decantándose por el qigong, una técnica milenaria china que combina movimiento, meditación y regulación de la respiración, idónea para mejorar el flujo energético vital. Ejercicio físico por libre en el gimnasio del barco, un masaje en el pequeño spa -todos los pasajeros tienen uno de gratuito durante el viaje-, o una inmersión en la piscina aseguran mantenerse en forma a bordo con la ayuda de menús saludables, para aquellos que así lo requieran.

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Las charlas y los talleres centrados en el poder del agua o la aromaterapia complementan la oferta con el hilo conductor del bienestar; un hilo que no se rompe al atracar en puerto. Además, los baños termales -se contempla la posibilidad de visitar el balneario de Kristall Therme de Bad Hönningen-, las marchas nórdicas con instructor, las rutas de senderismo -como la que alcanza la abadía de Hildegard, en Bingen, y los paseos en bicicleta también están contemplados.

La gastronomía

La gastronomía es otro de los pilares del nuevo buque de Viva. A diferencia de otros cruceros, huye del concepto de restaurante-bufet. En el Enjoy, el pasajero se sienta en la mesa para pasarlo bien; compartir el momento con amigos y disfrutar de los sabores de la buena cocina a través de platos que llevan la firma personal del chef.

La cocina del 'Enjoy' tiene en cuenta la gastronomía típica de la zona

La cocina del 'Enjoy' tiene en cuenta la gastronomía típica de la zona

Viva Cruises

Sus tres restaurantes están especializados en distintas cocinas: italiana, mediterránea y asiática, e internacional, sin descuidar la gastronomía regional. La carta se renueva a diario con platos típicos de la zona regados con vinos elaborados con variedades autóctonas de bodegas de la región. Y es que, sus caldos, reconocidos a nivel internacional, tienen en los rieslings -blancos aromáticos- y los spätburgunder -los pinot noir, tintos afrutados- sus grandes bazas.

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