Meterse en la cárcel por decisión propia es, cuanto menos, una rareza. Normalmente, todo el mundo hace lo posible por evitar acabar entre rejas, pero hay quienes desafían esta lógica con entradas sorprendentes. Aunque las historias de fugas son frecuentes, pocas veces se oye hablar de alguien—o algo—que se cuele voluntariamente en prisión. Y cuando el protagonista no es un humano, sino un pato, la situación se vuelve aún más surrealista.
El turno de noche en la cárcel del Condado de Polk, en el estado de Georgia, transcurría sin sobresaltos hasta que los agentes se toparon con un intruso poco convencional. Bernice, un pato de plumaje blanco, había logrado colarse dentro del vallado perimetral sin que nadie entendiera cómo ni por qué.
Lo que en principio parecía una simple anécdota se convirtió en una operación de rescate que, debido a la agresividad del animal, involucró a varios oficiales y a los empleados del departamento de Control de Animales.
Bernice se coló sin que nadie se diera cuenta
Todo comenzó cuando cámaras de seguridad detectaron movimiento en el área cercada, y cuando los agentes llegaron al punto exacto, se encontraron con el ave intentando atravesar la valla. “Bernice intentó atravesar el vallado cuando pretendía escapar de sus perseguidores”, detalló la Oficina del Sheriff en su comunicado. Su plan de huida, sin embargo, no salió como esperaba: la alambrada con púas no solo impidió su escapatoria, sino que además complicó su captura.
La persecución no fue sencilla. A pesar de tener una pata herida, Bernice no estaba dispuesta a rendirse sin dar batalla. Los agentes, con el apoyo del equipo de Control de Animales, se vieron obligados a actuar con rapidez para evitar que sufriera más daño.
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Finalmente, lograron acorralarla y proceder a su detención. Como era de esperar, el interrogatorio no arrojó muchas respuestas: “No nos pudo decir de dónde venía ni cómo llegó aquí, pero notamos que tenía una pata lastimada. Pudimos pedir refuerzos y, tras una persecución por el cercado, pudimos detenerlo”, añadieron las autoridades.
El destino de Bernice, afortunadamente, no fue una celda, sino un traslado a un hogar más adecuado. Una vez capturada, fue entregada a la granja de Derek Tilley, donde podrá recuperarse de sus heridas en un entorno más tranquilo. El caso de Bernice se cerró sin cargos y con un final afortunado. Su breve aventura en la cárcel del condado de Polk quedó registrada como uno de los incidentes más inusuales en la historia de la institución.