Teresa Meneses, adiestradora canina, ha publicado un video enfatizando la importancia que tiene el vínculo entre los niños y sus perros, y advierte sobre la responsabilidad de los adultos en este aspecto. Según explica, “Los adultos deberían ser muy conscientes de la importancia que tiene un perro en la vida de su hijo”.
Contribuye al desarrollo emocional y social del niño
El vínculo entre perro y niño es más importante de lo que puede parecer
Teresa Meneses explica que los perros no son solo compañeros de juego, sino confidentes y apoyos emocionales fundamentales en el desarrollo infantil, y que en muchas ocasiones, los niños encuentran en su mascota un canal de comunicación que no tienen con sus padres. “Porque a veces un niño no es capaz de decirle a su padre o a su madre lo que le está ocurriendo y sí es capaz de verbalizárselo a su perro”, señala Meneses. Esta capacidad de los perros para escuchar y acompañar emocionalmente a los pequeños refuerza la conexión afectiva y la confianza del niño.
Meneses también comparte su experiencia personal para ilustrar la profundidad de esta relación. “Yo recuerdo siendo muy, muy niña hablarle a mis perros y contarles lo que me estaba sucediendo y ellos, con su mirada, que no la apartaban en ningún caso, me daban a entender que me entendían”, comenta. Esta interacción no verbal demuestra cómo los perros pueden percibir las emociones humanas y ofrecer consuelo sin necesidad de articular palabra.
Precisamente por eso, la adiestradora cree firmemente que los adultos deben reconocer el papel del perro en la vida del niño y acompañar esa relación de manera responsable. Los padres y tutores deben fomentar ese vínculo, asegurándose de que la mascota recibe cuidados adecuados y de que el niño también comprende cómo interactuar respetuosamente con su compañero canino.
Además, tal y como ha explicado en otros videos, Meneses resalta que esta conexión contribuye al desarrollo emocional y social del niño, ya que los perros enseñan empatía, paciencia y responsabilidad, al tiempo que proporcionan un apoyo silencioso continuo frente a las emociones que los pequeños no siempre saben expresar con los adultos.

