Un gato con sobrepeso aprende a usar la cinta de correr, aunque sus premios le arruinan el esfuerzo: ”50 calorías quemadas; 100 calorías ganadas con la recompensa”

Muchos premios

Aunque el plan parecía funcionar, su dueña reconoció que las recompensas anulaban el esfuerzo del ejercicio, dejando al gato en el mismo punto de partida

Este bulldog no tolera las pausas en sus caricias y conquista a millones de personas con su reacción: “Es un entorno laboral muy hostil”

Lo que quema luego se lo come

Lo que quema luego se lo come

El exceso de comida en animales domésticos suele ser un reflejo de la vida tranquila que llevan en casa. Sin grandes desplazamientos ni juegos prolongados, acaban moviéndose menos y comiendo más de la cuenta. Muchos cuidadores intentan compensarlo con juguetes, paseos o pequeños ejercicios, pero mantener la constancia no siempre es sencillo.

Entre quienes buscan fórmulas caseras para que sus mascotas se activen, algunos recurren a métodos ingeniosos que combinan esfuerzo y recompensa. En ese grupo entra Milo, un gato atigrado que ha encontrado una manera muy peculiar de hacer ejercicio.

Vida demasiado tranquila

Un gato convierte la pereza en un espectáculo inesperadamente divertido

Sus dueños decidieron que debía perder peso, aunque sabían que no lo pondría fácil. Como al animal le vuelve loco la comida, pensaron que la única forma de conseguir que se moviera era ofreciéndole su mayor motivación: los premios.

Así nació la idea de colocarle sobre la cinta de correr, un plan que requería paciencia y un buen suministro de golosinas felinas. En una grabación difundida por su dueña se ve cómo el gato avanza con paso lento mientras sigue el movimiento de los premios, uno tras otro, hasta que se cansa y se detiene.

El método parecía efectivo, al menos durante unos segundos. Sin embargo, su dueña reconoció en tono de humor que el esfuerzo quizá estaba resultando inútil. En sus propias palabras, “todos los premios están anulando el ejercicio, pero vamos a seguir intentándolo”. La frase resume la contradicción de Milo: caminar para ganarse la comida que después borra el resultado del ejercicio.

La escena provocó cientos de reacciones entre los internautas, que se sintieron identificados con el gato y su pereza. Uno de ellos bromeó diciendo: “Calorías quemadas en la cinta: 50 kcal. Calorías ganadas con los premios: 100 kcal”. Otro añadió con ironía: “No está hecho para la velocidad, está hecho para resistir”. También hubo quien quiso imaginar su punto de vista: “Me gustaría escuchar la versión de Milo sobre esta historia”.

Síguenos en Instagram para enterarte de las novedades más peludas y disfrutar de contenido como este

Algunos compartieron experiencias parecidas. Una usuaria contó: “Hice lo mismo y mi gato mordió el cable de la cinta, supongo que era su forma de decirme que me fuera al cuerno”. Entre tanto, otras personas se pusieron de parte del animal. Una escribió: “En su defensa, su nombre es Milo el gordito, así que quizá intenta ganar premios mientras hace honor a su nombre”. Otra resumió el sentimiento general: “Para ser justa, yo aguanto lo mismo en la cinta de correr”.

Incluso hubo quien vio en el gato una inspiración. Una internauta comentó: “Eso es justo lo que necesito: alguien que me sostenga premios delante mientras camino en la cinta”.

Al final, Milo puede no haber perdido mucho peso, pero ha conseguido que muchos se rían y se reconozcan en su pequeña batalla contra el ejercicio.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...