Rosa Martínez (43 años) estudia para ser profesora de autoescuela: “Cuando mis hijos se hicieron mayores decidí volver a trabajar, pero en algo distinto”
Entrevista
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Rosa Martínez estudia un grado superior de Formación Profesional para obtener el título que le permitirá ser profesora de autoescuela
A pesar de ser una profesión bien valorada y con ingresos competitivos, España sufre un déficit de profesores de autoescuela. Según datos de la Confederación Nacional de Autoescuelas de España (CNAE), faltan unos 3.000 profesionales para cubrir la demanda, lo que ha impulsado la creación de nuevas vías de acceso a esta profesión. Una de ellas es el reciente grado superior de FP Técnico Superior en Formación para la Movilidad Segura y Sostenible, implantado en 2022, que Rosa Martínez (43 años) cursa actualmente en Aranda de Duero (Burgos).
¿Qué le motivó a elegir esta nueva formación y qué fue lo que la llevó a decidirse por la profesión de profesora de autoescuela?
Llevaba tiempo trabajando como administrativa, pero después fui mamá y, como mi primer embarazo fue un poco complicado, tuve que cogerme una baja antes de lo esperado. Luego vino otro embarazo y ya me quedé al cuidado de mis hijos y de la casa. Cuando empezaron a hacerse mayores -ahora tienen 15 y 10 años-, decidí que era el momento de reincorporarme al mercado laboral, pero quería hacer algo distinto a lo que había hecho antes. Este ciclo me pareció interesante por ser de nueva creación y con buenas perspectivas de empleo.

¿Qué fue lo que más le atrajo de este ciclo en particular?
Primero, que es una formación nueva, lo que significa que todavía no hay demasiada competencia en el mercado laboral. Además, el contenido del grado me llamó mucho la atención porque combina seguridad, movilidad sostenible y enseñanza, temas que me parecen esenciales y muy actuales. Quería algo que me permitiera aprender cosas nuevas y, al mismo tiempo, aportar valor.
¿Cómo lleva los estudios? ¿Son como esperaba?
Al principio me costó un poco, sobre todo porque llevaba muchos años sin estudiar y tuve que recuperar el hábito. Organizar mi tiempo entre las clases, los niños, el estudio y la casa fue todo un desafío. Llegué a pensar que no podría con todo y pasé muchas noches sin dormir. Pero, cuando terminé el primer trimestre del primer año, me di cuenta de que sí era capaz. Ese momento me dio mucha confianza para seguir adelante.
Formar a alguien desde cero en el manejo de un vehículo y ver su progreso en las clases, debe ser un gran orgullo para un profesor de autoescuela"
¿Cómo está estructurada esta formación?
El ciclo dura dos cursos. El primer año va de septiembre a junio, mientras que el segundo es más corto: de septiembre a febrero. A partir de febrero comienzan las prácticas en empresa, donde tienes que desarrollar un proyecto que luego defiendes en mayo. Si todo va bien, obtienes el título y ya solo queda esperar a que te contraten.
¿Qué salidas profesionales tiene este ciclo?
La principal salida es ser profesora de autoescuela o formadora vial, pero también hay otras opciones, como ser técnico de movilidad sostenible, educador vial para colectivos mayores, o trabajar en cursos de seguridad vial para niños. Una de las facetas más importantes es trabajar con personas mayores que tienen deterioro cognitivo u otros problemas, ayudándoles a recordar la importancia de cumplir con las normas de seguridad. También se puede gestionar planes de movilidad o formar en conducción segura y sostenible, ya que muchos conductores aprueban el examen pero no están preparados para afrontar la realidad del tráfico.

¿Se ha planteado alguna de estas otras salidas profesionales?
Sí, me interesa mucho todo lo relacionado con la movilidad sostenible y la seguridad vial. Aunque mi objetivo principal es ser profesora de autoescuela, me atraen otras opciones como ser formadora en conducción segura. Creo que hay muchas oportunidades para trabajar en este campo y contribuir a mejorar la forma en que la gente se comporta en la carretera.
¿Qué es lo que más le atrae de la profesión de profesora de autoescuela?
Me parece que es una profesión muy dinámica, nada que ver con esas que te mantienen en tu zona de confort. Cada día es diferente. Formar a alguien que no sabe nada sobre el manejo de un vehículo y ver cómo, en 20, 30 o 40 clases, logras que se desenvuelva con seguridad, creo que debe ser un verdadero orgullo para un profesor.
Un profesor de autoescuela tiene que ser empático, versátil y estar dispuesto a enseñar en lo que sea necesario para que el alumno aprenda"
¿Qué habilidades cree que son fundamentales para ser una buena profesora de autoescuela?
Ser empático, versátil y tener paciencia es esencial. Entender que cada persona es diferente y que no hay una única manera de enseñar. Hay que ponerse en el lugar del alumno y siempre estar dispuesto a ayudar en lo que sea necesario para que aprenda.
¿Hay algún profesor que le haya servido de inspiración o al que considere un modelo a seguir?
El profesor que tuve cuando me saqué el permiso me encantaba. Su forma de dar las clases era muy diferente a la de otros en aquellos tiempos, cuando las voces eran lo habitual. Él enseñaba de manera muy sosegada, siempre con tranquilidad. Si cometías un error, se paraba un momento, te explicaba en qué habías fallado y luego lo repetíamos. Me transmitía mucha paz y me gustó mucho su manera de enseñar. De hecho, estuve un tiempo considerando la idea de ser profesora de autoescuela, pero por circunstancias de la vida cambié de rumbo.

¿Ha tenido alguna experiencia enseñando a conducir o controlando el vehículo mientras otros aprenden?
No, solo en el módulo que se llama Didáctica de la enseñanza práctica de la conducción, donde estuve practicando con el doble mando. Como soy bastante nerviosa y me gusta tener el control de todo, al principio me costó un poco confiar en otra persona para que tomara el mando del vehículo, especialmente cuando no tiene aún mucha precisión al conducir. Estar allí al lado, sabiendo que si cometía algún error tendría que intervenir, me hizo sentir algo insegura al principio. Pero, aunque al principio fue complicado, con el tiempo me fui acostumbrando y la verdad es que al final me gustó.
Cuando un alumno tiene dificultades para avanzar o se bloquea, ¿cómo cree que gestionaría esa situación?
He oído de profesores que ya están trabajando que hay alumnos muy hábiles, que en cuestión de 25 clases o incluso antes, ya han asimilado todos los conceptos y son capaces de hacer todas las maniobras. Pero luego hay otros que necesitan 50 o 60 clases, y se enfrentan a un bloqueo mental que les impide avanzar. En esos casos, creo que lo más importante es aplicar mucha paciencia y ayudarles a entender que es solo un bloqueo, para que no les venza. A menudo esto sucede con personas de mediana edad, tanto hombres como mujeres, que llegan pensando que no van a poder, pero tienen dos manos, dos pies… ¡claro que pueden!
De los profesores de hoy, dependerán los conductores del mañana, por eso es tan importante inculcar valores de seguridad y responsabilidad"
¿De qué manera cree que su labor como profesora de autoescuela va a influir en la formación de los futuros conductores?
Espero dejarles huella. De los profesores de hoy, dependerán los conductores del mañana. Al final, no se trata solo de enseñar a conducir, sino también de inculcar valores de seguridad, responsabilidad y respeto en la carretera. Nuestra labor con los alumnos no solo consiste en prepararlos para pasar un examen, sino en asegurarnos de que salgan a la carretera sabiendo cómo actuar con seguridad, sin poner en riesgo su vida ni la de los demás. Esa es la verdadera importancia de nuestra profesión.
Por lo que me dice, me figuro que rechaza de lleno que los padres o tutores enseñen a conducir a los jóvenes…
Lo que dice la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sobre esa posibilidad es arriesgado. Los profesores de autoescuela tienen formación especializada y el coche debe contar con doble mando para garantizar la seguridad. Aunque los padres pueden tener buenas intenciones, no tienen la experiencia ni los recursos necesarios para intervenir en situaciones de riesgo.