Àngels Martínez Arias, otorrinolaringóloga: “Es muy importante subir al avión con la nariz lo más limpia posible, sin mocos ni congestión”
Entrevista
Los cambios de altitud o presión durante los desplazamientos pueden causar sensación de taponamiento e incluso dolor de oídos
Mamen García, actriz en 'La que se avecina', 78 años: “Odio todo lo que implica ir en avión; una vez me hicieron quitar los zapatos, y les dije: 'No puedo ir descalza porque soy alérgica al suelo'”

Àngels Martínez Arias, otorrinolaringóloga en el Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell, explica las causas más comunes del taponamiento de oídos durante los viajes y cómo prevenirlo
El verano es sinónimo de vacaciones y de escapadas, sobre todo a zonas de playa y de montaña, pero también de reencuentros con la familia y amigos que a lo largo del año no se ven tanto. Son meses en los que aumentan considerablemente los desplazamientos en coche, avión, tren o barco, y con ellos algunas molestias típicas que pueden aparecer en el viaje.
Una de las más comunes es la sensación de oído taponado, una molestia que puede surgir durante el trayecto y que, aunque no siempre grave, resulta muy incómoda y a veces dolorosa. Para entender mejor por qué ocurre esta sensación, conversamos con Àngels Martínez Arias, especialista de Otorrinolaringología de la sección de Otología del Hospital Universitari Parc Taulí de Sabadell.

¿Es frecuente que los viajeros consulten por molestias o dolor en los oídos?
Sí, es un problema habitual en consulta, sobre todo en esta época del año, cuando aumenta la tendencia a viajar. En desplazamientos en coche, tren y avión o en actividades subacuáticas en ocasiones se produce un fenómeno en el que el oído sufre cambios por las variaciones de presión atmosférica.
¿Qué ocurre exactamente en el oído durante estos cambios de presión?
En el oído medio, debe haber la misma presión que en el exterior. En situaciones en las que hay un desequilibrio de esas presiones, en variaciones de altura o inmersiones, el oído sufre unos cambios que conllevan a sensación de taponamiento y/o dolor.
Masticar chicle, tragar saliva o bostezar ayuda a compensar la presión durante el viaje”
¿En qué situaciones concretas se da este fenómeno?
Ocurre tanto en los ascensos como en los descensos del avión, porque en ambos casos la presión atmosférica exterior varía bruscamente y deja de coincidir con la del oído medio. También sucede al practicar submarinismo, donde la presión exterior aumenta por el entorno acuático, y al circular en coche o en tren por zonas de montaña, especialmente al atravesar puertos o túneles, debido a los cambios de altitud o a la presión contenida en estos espacios. En todas estas situaciones, esa diferencia de presión puede provocar dolor o taponamiento si no se compensa correctamente.
Hasta el momento no hemos hablado de barcos ¿Se produce lo mismo?
En los barcos no hay cambios tan bruscos de presión atmosférica, por lo que este tipo de molestias en los oídos son menos habituales. A diferencia de lo que ocurre en los aviones, donde la altitud varía rápidamente, en el mar la presión del entorno se puede mantener más estable. Lo que sí es más frecuente a bordo son los mareos por movimiento o cinetosis, especialmente en personas sensibles al movimiento o cuando el mar está agitado.

¿Cómo se puede prevenir la sensación de oído taponado durante el viaje?
Lo más importante es mantener la nariz despejada y sin congestión, ya que eso facilita que la trompa de Eustaquio se abra y se iguale la presión entre el oído medio y el exterior. Por eso decimos que es tan importante subir al avión con la nariz lo más limpia posible, sin mocos ni congestión. Durante el trayecto, pueden ayudar gestos como tragar saliva, masticar chicle, bostezar con frecuencia o realizar la maniobra de Valsalva. Esta maniobra consiste en taparse la nariz, cerrar la boca y hacer gesto si se intentara inflar un globo, de forma que aumenta la presión intratorácica y abdominal. Esto favorece la entrada de aire al oído medio y alivia la molestia.
¿Qué sucede si no se consigue equilibrar la presión en el oído?
Cuando la variación de presión no se compensa bien, el oído medio queda sometido a un desequilibrio que puede resultar muy molesto. En algunos casos, si la diferencia de presión es fuerte y/o se mantiene en el tiempo, puede aparecer lo que se conoce como barotrauma. Es una inflamación o lesión del oído medio provocada por ese desajuste. No es algo habitual, pero puede causar un dolor intenso e incluso afectar a la audición de forma temporal. Si ocurre, conviene consultar con un especialista.
Si viajas con congestión nasal, el riesgo de sufrir dolor o barotrauma en el oído es mucho mayor”
¿Hay personas más propensas a tener estas molestias?
Sí, las personas con congestión nasal, rinitis o problemas otológicos suelen tener más dificultad para abrir la trompa de Eustaquio y compensar la presión. En cambio, otras simplemente tragando saliva lo consiguen sin problemas.
¿Y si viajamos con un bebé, cómo podemos ayudarle a evitar esas molestias?
En los bebés, una buena estrategia es ofrecerles el chupete o el biberón durante el despegue y el aterrizaje. Succionar y tragar de forma repetida les ayuda a equilibrar la presión y evitar molestias.
¿Qué consejos da a los profesionales que viajan con frecuencia y están expuestos a este problema?
Les recomendamos limpiar las fosas nasales con suero fisiológico y usar sprays vasoconstrictores. Es importante que los apliquen tanto unos días antes de viajar, pero también después del vuelo para descongestionar la mucosa y facilitar que la trompa de Eustaquio funcione bien.
¿Hay situaciones en las que sería mejor no volar por riesgo de dolor de oído?
Sí, especialmente si se tiene un catarro fuerte o la nariz completamente congestionada. En esas condiciones, la trompa de Eustaquio no puede abrirse con normalidad y tiene secreciones y se vuelve mucho más difícil equilibrar la presión en el oído medio. Esto no solo incrementa la incomodidad durante el vuelo, sino que también aumenta el riesgo de sufrir un barotrauma. Si es posible, lo ideal sería aplazar el viaje unos días, o al menos consultar con un profesional que pueda valorar el caso y, si hace falta, recomendar algún tratamiento o medicación.