El truco legal del CEO de Ryanair para evitar los atascos de tráfico en sus desplazamientos en coche por la ciudad
Curiosidades
Michael O’Leary fundó una empresa de taxis muy peculiar para moverse por Dublín
Ni Madrid, ni Barcelona: la rotonda más innecesaria de España está en este polígono y no es la única de dudosa utilidad

Michael O'Leary es conocido por impulsar ideas innovadoras y arriesgadas al frente de sus negocios
Dublín, con una población de poco más de 525.000 habitantes, es solo la 87ª ciudad de Europa en tamaño. Cualquiera diría que es un lugar relativamente cómodo para circular, lejos del caos habitual de las grandes metrópolis. Pero las cifras dicen lo contrario. Según el índice TomTom 2024, la capital irlandesa es la segunda ciudad más congestionada de Europa, solo por detrás de Londres, y la décima del mundo. De media, recorrer 10 kilómetros en coche en Dublín lleva 32 minutos y 45 segundos, lo que la convierte en una ratonera en hora punta.
Hasta que los coches voladores sean una opción real, los dublineses tienen que buscar otras formas de esquivar el tráfico. Algunos optan por la bicicleta, otros por el transporte público y, en casos más creativos, por soluciones a medida. Michael O’Leary, el polémico fundador y CEO de Ryanair, llevó esta idea al extremo, ya que en lugar de resignarse a los atascos montó su propia empresa de taxis para poder utilizar legalmente el carril bus y evitar perder tiempo en el atasco eterno que parece sumida la capital irlandesa.

Si la idea de crear una empresa de taxis ya es de por sí una extravagancia, aún lo es más cuando se descubre que la flota solo tenía un coche y que sus únicos pasajeros eran él y su mujer.
La capital irlandesa es la segunda ciudad de Europa con tráfico más congestionado, solo superada por Londres
Registrada inicialmente como O’Leary Cabs, en 2003, y más tarde como Tillingdale, la compañía cumplía con todos los requisitos legales, lo que le permitía circular por el carril bus sin infringir ninguna norma. Aunque su empresa de taxis no era la gran fuente de ingresos, O’Leary diversificó su negocio al incorporar una cría de caballos de carreras. Esta actividad resultó mucho más lucrativa, y en 2011, Tillingdale obtuvo beneficios de 41.000 euros, lo que elevaba sus ganancias acumuladas desde 2000 a casi 583.000 euros.

O’Leary, como siempre, defendía su modelo de negocio con ironía, asegurando que, si alguna vez tenía que recoger pasajeros, lo haría “mucho más barato” que los demás taxis de la ciudad: “Es un taxi negro, está registrado en Mullingar [el pueblo de O’Leary], tengo un conductor con licencia de Servicio Público que lo conduce para mí, y si quieren modificar la normativa que dice que se me permite recoger a la gente en Dublín, estaré encantado de hacerlo, y lo haré mucho más barato que los demás”.
El único coche de la flota de la empresa de taxis era un Mercedes-Benz S500L equipado con todas las comodidades
El coche en cuestión era un Mercedes-Benz S500L equipado con todas las comodidades imaginables. Cuando O’Leary puso fin a su excentricidad y decidió venderlo a finales de 2011, el vehículo, conocido popularmente como “el taxi más famoso de Irlanda”, contaba con 275.000 kilómetros en su odómetro. A pesar de su uso, el coche seguía siendo un lujo sobre ruedas, con asientos de cuero, sistemas de entretenimiento y un potente motor que lo convertían en una opción atractiva para cualquier comprador.
Este caso poco conocido del empresario irlandés refleja perfectamente su capacidad para pensar fuera de lo convencional, algo que ha sido clave en el éxito de Ryanair. O’Leary nunca ha tenido miedo de romper las normas si eso significaba obtener una ventaja, y es precisamente esa mentalidad la que le ha permitido llevar a la aerolínea a niveles de rentabilidad impensables para muchos competidores.