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Karlos Arguiñano, cocinero, 77 años: “El menú ideal para emprender un viaje de como mínimo  1.000 kilómetros es una rica sopa de ajo y unos huevos fritos con pimientos y patatas”

VIP sobre ruedas 

El también presentador explica que no podría volver a montar un equipo de motos de competición porque “con el trabajo en televisión, la bodega de txakolí, la escuela de cocina, la pelota, el restaurante y la familia, tengo más que suficiente”

Karlos Arguiñano, presenta el programa “Cocina Abierta” en Antena 3

Karlos Arguiñano, presenta el programa “Cocina Abierta” en Antena 3

Cedida

Encontrar un hueco en la agenda “a punto de estallar” de Karlos Arguiñano es un auténtico reto. La vida del cocinero más popular de España es un no parar, especialmente en el ámbito  profesional: sigue presentando su programa televisivo Cocina Abierta en Antena 3, lleva el hotel-restaurante familiar en Zarautz, escribe libros y dirige varias empresas.

A nivel personal, Arguiñano tiene muy diversas aficiones. Una de las más conocidas es la que profesa por el mundo del motor, aunque admite que actualmente le dedica menos tiempo del que querría porque el día tiene 24 horas y no le da más de sí.  De todos modos, no deja de sorprender como el de Beasaín -si bien instalado desde hace años en la preciosa Zarautz- logra exprimirlo al máximo para llegar a todo y a todos.

Sentimental y cercano,  Arguiñano es un hombre de familia. Su viaje de novios con su amada Luisi sigue siendo el que recuerda con más cariño, a pesar de que ha disfrutado en innumerables aventuras por carretera y mar. No importa a dónde vaya, porque Karlos siempre acaba volviendo a su cocina, con la que consigue deleitar a todos los paladares.

Karlos Arguiñano (izquierda) es un aficionado a las motos
Karlos Arguiñano (izquierda) es un aficionado a las motosCedida

En alguna ocasión has declarado que eras usuario habitual de scooter para moverte por tu ciudad. ¿Aún lo usas regularmente?

Llegué al mundo de las motos de adulto y antes sí que iba más en scooter, pero ya no la utilizo tanto. Mi pueblo es bastante pequeño y ahora, para hacer un poco de ejercicio, procuro ir andando a todos los sitios.

¿Tu enorme popularidad te permite todavía disfrutar de un paseo en moto o en coche? 

Sí, claro, no veo por qué no. Si fuera en moto, al llevar casco, no se me reconocería; y en coche, aunque me reconozcan, puedo seguir conduciendo y listo. Cuando voy andando a los sitios, sí que me resulta un poco más difícil, la verdad. Pero lo llevo bien.

Antes iba más en scooter, pero ahora, para hacer un poco de ejercicio, procuro ir andando a todos los sitios”

Carlos Arguiñano

Carlos Arguiñano

Cocinero

En el País Vasco hay mucha afición al motor. Tú mismo llegaste a tener un equipo en el Mundial de velocidad. ¿Cómo recuerdas esa experiencia? 

Me acerqué al mundo de las motos gracias a mi amigo Ginés Girado, que me trasladó su pasión. Montamos el equipoAGR Team (Arguiñano Ginés Racing), que compitió en las categorías de Moto2 y Moto3 del Mundial. La experiencia fue muy gratificante. 

¿Y volverías a montar un equipo de motociclismo, si te cruzaras con alguna joven promesa?

Ahora mismo, no. Disfrutamos mucho, pero esa época ya pasó. Tengo 77 años y estoy muchas actividades a la vez; con el trabajo en televisión, la bodega de txakolí, la escuela de cocina, la pelota, el restaurante y la familia, tengo más que suficiente. No dispongo de tiempo para nada más.

Karlos Arguiñano tuvo un equipo de motos que participó en el campeonato Mundial de Velocidad
Karlos Arguiñano tuvo un equipo de motos que participó en el campeonato Mundial de VelocidadCedida

¿Ninguno de tus hijos ha heredado esta afición por el motor?

Mi hijo Joseba es un surfista de primer nivel y sigue la actualidad del mundo del motor, pero no va más allá de eso. 

Sabemos que has hecho importantes travesías náuticas. ¿En esta línea hay algún viaje en moto o en coche que recuerdes especialmente? 

Sin duda, tengo un recuerdo especial del viaje de novios. Fuimos mi mujer Luisi y yo a Andalucía en un Fiat 1100, un coche que era conocido popularmente como “Millecento”. Para nosotros ese viaje fue como descubrir el mundo. Todo era nuevo y lo vivimos a tope.

Aunque soy una persona nerviosa, al volante soy bastante tranquilo; los que viajan conmigo dicen que van muy relajados”

Karlos Arguiñano

Karlos Arguiñano

Cocinero

¿Cómo te defines como conductor? ¿Eres de los que le sale el genio al volante o el Karlos conductor es igual de amable que el Karlos cocinero? 

Aunque en realidad soy una persona nerviosa, al volante soy bastante tranquilo. No me corresponde a mí comentarlo, pero los que viajan conmigo dicen que van muy relajados.

Siempre he pensado que la meticulosidad natural que tenéis los cocineros os sirve también a la hora de planificar un viaje. 

Pues en mi caso no tengo demasiado tiempo ni conocimientos para planificar un buen viaje. Los últimos los he hecho en familia y, como somos muchos -Arguiñano tiene 7 hijos y 14 nietos-, elegimos un destino y dejamos que sean los profesionales del sector quienes nos ofrezcan un buen plan.

Arguiñano se fue de viaje de novios con Luisi a Andalucía en un Fiat 1100
Arguiñano se fue de viaje de novios con Luisi a Andalucía en un Fiat 1100Wikimedia

¿Qué ingrediente no falta nunca en tu cocina y qué no falta nunca en la guantera de tu coche? 

En mi cocina nunca faltan los ajos, los huevos y el aceite. Y en mi guantera, una navaja. Nunca se sabe si en cualquier momento vas a tener que comprarte una barra de pan y un salchichón para prepararte un bocadillo. 

¿Y qué no soportas en la carretera y qué no soportas en la cocina?

En la carretera no aguanto el exceso de tráfico y los atascos. No me gustan nada. Y en la cocina no soporto el desorden y la suciedad.

Recomiéndanos un menú en la línea Arguiñano -sano, rico y con fundamento- para antes de poneros al volante para un viaje largo. 

Una rica sopa de ajo y unos huevos fritos con pimientos y patatas. Con este menú, puedes emprender un viaje como mínimo de 1.000 kilómetros. O como se decía en mis tiempos, un viaje hasta la “Co(n)chinchina”, un término utilizado para referirse a un lugar muy lejano e impreciso. Por cierto, me he enterado qué ese nombre también hace referencia a una raza de gallina grande y tranquila.