El cambio de hora aumenta el riesgo de accidente de tráfico: médicos especialistas en sueño y oftalmología explican los peligros y cómo combatirlos
Conducir con seguridad
Estamos en una época del año en la que hay más horas de oscuridad al día, lo que favorece la aparición de somnolencia al volante y problemas de visión mesópica (con poca luminosidad)

Los especialistas explican cómo conducir de forma segura, teniendo en cuenta los efectos del cambio de hora en el organismo

Durante la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre los relojes se retrasarán una hora (a las tres serán las dos). Entraremos en el horario de invierno, lo que implica que amanecerá -y anochecerá- antes. El debate sobre la eliminación del cambio horario, que se realiza dos veces al año (el último fin de semana de marzo se adelantan una hora las agujas del reloj), está sobre la mesa desde hace tiempo en Europa, y ahora lo ha reavivado el presidente español, Pedro Sánchez, quien defiende que se adopte de forma permanente el de invierno. Esta propuesta también cuenta con el apoyo de la Sociedad Española de Sueño (SES), ya que considera que “promueve un ritmo biológico más estable que el del verano”.
Desde la citada organización nacional explican que, aunque la modificación sea de solo una hora, es suficiente para alterar el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibrar al reloj interno de las personas, que tarda varios días en reajustarse. Durante este tiempo, algunas de ellas aseguran sufrir irritabilidad, bajo rendimiento laboral, falta de concentración e insomnio. Y esto último resulta muy peligroso para la seguridad vial.
La somnolencia interviene, ya sea de forma directa o indirecta, entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico
Según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la somnolencia interviene, ya sea de forma directa o indirecta, entre el 15 y el 30% de los accidentes que se registran en nuestras carreteras; y se ha identificado en numerosas salidas de vía, choques traseros y distracciones. Tan importante es esta cuestión que hasta el propio director de la DGT, Pere Navarro, ha llegado a definir la somnolencia al volante como “un problema de salud pública”.

Según indica el doctor Carlos Egea, portavoz de SES, más del 36% de las personas duermen menos de lo indicado, que en términos generales sería de entre 7 y 9 horas, dependiendo de la edad. Este experto defiende que se debe concienciar a la población de que descansar bien y las horas necesarias es de vital importancia: “Deberíamos enseñar en los colegios que no dormir mata, no solo porque tiene relación con la esperanza de vida, sino porque también es una de las causas de los accidentes de tráfico”. Este mensaje ya lo emitió Tráfico en su campaña de sensibilización ”El sueño mata al volante”, en 2023. La propia DGT asegura que conducir habiendo dormido menos de seis horas puede ser tan peligroso como tomar alcohol.
Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) explican que para un buen descanso es importante llevar una vida saludable, realizando ejercicio de forma regular y evitando las comidas copiosas, el alcohol, el tabaco o drogas. Asimismo, conviene reducir el estrés y evitar aquellos elementos que pueden provocar sobresobreexcitación antes de ir a dormir, como puede ser el uso de móviles u ordenadores. Por otra parte, es importante adecuar el entorno en el que dormimos para que sea confortable, silencioso y oscuro.
Para que un sueño sea de buena calidad, debe ser regular, acorde con nuestro ritmo circadiano; y continuo, sin fragmentación y cumpliendo con todas sus fases
“Pero además de la duración, para que un sueño sea de buena calidad, también debe ser regular, acorde con nuestro ritmo circadiano o reloj biológico; y continuo, es decir, sin fragmentación y cumpliendo con todas sus fases (sueño ligero, sueño profundo y sueño REM). Por lo tanto, cuando nuestro sueño no tiene una duración adecuada, cuando los horarios de sueño varían en exceso, o nos despertamos frecuentemente, ya no estamos descansando adecuadamente”, señala la Dra. Celia García Malo, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.

Un conductor mal dormido tiene más probabilidades de sufrir un accidente: sus reflejos se ralentizan, baja su nivel de concentración, maniobra de forma imprecisa y no percibe bien el riesgo. De hecho, algunas personas siguen al volante a pesar de haber notado que se estaban durmiendo en marcha. Según el estudio Conducción nocturna: riesgo, accidentalidad y percepción de los conductores españoles (2013 – 2023), elaborado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Fesvial, “más del 5% de los automovilistas reconocen haber sufrido accidentes de tráfico de diversa consideración a causa del sueño, el 20% afirma que estuvieron a punto de tenerlos y el 39% dio alguna cabezada en alguna ocasión mientras conducía por la noche”.
“El cuerpo necesita unos tres días para adaptarse (al cambio de hora), por lo que en ese tiempo puede haber más riesgo de accidente por somnolencia”
En general, hay una falta de concienciación sobre el peligro que supone manejar vehículos sin haber dormido lo suficiente o con síntomas de sueño. Y esto puede acusarse cuando se produce el cambio de hora, ya que afecta a los ritmos biológicos. De todos modos, este impacto es mayor cuando se pasa al horario de verano, ya que se duerme una hora menos: “El cuerpo necesita unos tres días para adaptarse, por lo que en ese tiempo puede haber más riesgo de accidente por somnolencia”, afirma el doctor Egea. Un estudio realizado por la Universidad de Colorado detectó un aumento del 6% en accidentes fatales de automóvil en la semana siguiente al cambio de hora de primavera.
Conducir con oscuridad, un factor de riesgo
Si bien el horario de invierno no afecta tanto al sueño, hay un factor que sí incide. Nos referimos a la oscuridad que, junto con la temperatura ambiente, afecta a la sensación de sueño. Según explica el portavoz de SES, el frío y la oscuridad favorecen la aparición de la somnolencia; “Solo hay que pensar que cuando hace calor y hay luz nos cuesta más conciliar el sueño”, comenta el doctor Egea.

Ahora estamos en una época del año en la que los días se acortan, por lo que se refiere a tiempo de luz natural. Y esto irá en aumento hasta el 21 de diciembre, cuando se produce el solsticio de invierno en 2025 (a partir de esa fecha las horas de luz volverán a alargarse progresivamente). Esto implica que en los próximos dos meses, durante más tiempo, haremos actividades en el exterior a oscuras; entre ellas, conducir. Con el cambio al horario de invierno este problema se notará por la tarde, ya que anochecerá antes. Así, se realizarán más trayectos por carretera sin luz natural; por ejemplo, muchos trabajadores, cuando terminen su jornada laboral, notarán el cambio de hora porque deberán regresar a casa una vez ha oscurecido.
Más allá de la somnolencia, la falta de visibilidad y los deslumbramientos son los mayores temores de los conductores que circulan por la noche
Y numerosos conductores admiten tener problemas para circular de noche. Más allá de la somnolencia, la falta de visibilidad y los deslumbramientos son los mayores temores que tienen cuando deben manejar un vehículo sin luz natural. Según un estudio del RACE, “la capacidad visual del conductor se reduce al 20% respecto a la conducción diurna, así como la habilidad para percibir distancias y campos de visión”. Si tenemos en cuenta que el 90% de las informaciones que recibimos cuando conducimos nos llegan por los ojos, resulta imprescindible tener una buena agudeza visual binocular para reducir el riesgo de accidente.
Los accidentes nocturnos, los más graves
Los datos de la DGT, correspondientes al año 2019, indican que durante el anochecer, la noche y el amanecer se produjeron casi 30.000 accidentes con víctimas (el 29% del total). Sin embargo, esos siniestros registraron casi el 40% de los fallecidos, lo que confirma la mayor gravedad de los percances nocturnos. Más allá de tomar precauciones de conducción -como reducir la velocidad, aumentar la distancia de seguridad o comprobar que los elementos de iluminación del vehículo funcionan a la perfección-, es imprescindible asegurarse de que no hay problemas de visión nocturna.

Según el estudio Yo no soy un lince. ¿Está la sociedad concienciada de la importancia de la visión en carretera? (2023) de Visión y Vida, el 52% de los conductores afirma padecer problemas serios en conducción nocturna y el 32,6% evita conducir de noche debido a las molestias que siente. En situaciones de poca luminosidad se pierde sensibilidad al contraste, por lo que puede resultar más difícil distinguir los diferentes elementos en la carretera. Asimismo, se producen más deslumbramientos, que provocan una especie de ceguera momentánea; cuando la recuperación de la visión en estas circunstancias es superior a lo normal, puede comprometer la seguridad vial.
“Es difícil mejorar las limitaciones de visión mesópica (con poca ilumninación), por lo que quien las sufre debe ser consciente de ello y evitar la conducción nocturna”
“Estas alteraciones pueden dificultar, de forma importante, la visión mesópica (con poca iluminación) y, por lo tanto, afectar o impedir la conducción nocturna”, afirma el doctor José Antonio Menéndez de Lucas, miembro de la Sociedad Española Oftalmológica, quien asegura que “Es difícil mejorar estas limitaciones, por lo que quien las sufre debe ser consciente de ello y evitar la conducción nocturna; de hecho, puede limitarse en ciertos casos y hacerse constar en el permiso de circulación mediante un código específico”.
Tal como explica el también Jefe de la Sección de Oftalmología del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Madrid, las personas que sufren problemas de visión mesóptica tienen una mayor fatiga visual cuando circulan de noche. Esto se manifiesta con enrojecimiento, picor de ojos, fluctuaciones visuales, somnolencia… “Cuando aparecen estos síntomas, el conductor debe ser consciente de que está comprometida su seguridad y la del resto de usuarios de la carretera, por lo que debe descansar o evitar conducir en estas condiciones”.

Además de estos problemas de visión nocturna, que afectan especialmente a los miopes, algunos conductores dicen ver molestos halos o destellos alrededor de las luces en la oscuridad. Según el doctor Menéndez esto es habitual en pacientes que han sido intervenidos de cataratas con lentes multifocales y suele mejorar mucho con el tiempo porque se produce una adaptación del cerebro, pero “también pueden aparecer estas disfotopsias, en una patología corneal o de la superficie ocular (glaucoma agudo, secuelas de cirugía refractiva…)”.
Ante la detección de un problema de visión es importante acudir al especialista. Según el representante de la Sociedad Española de Oftalmología, “la recomendación más importante para evitar estos ‘sustos al volante’ o complicaciones mayores es acudir periódicamente al oftalmólogo para revisar la función visual y no contentarse con realizar la revisión de la graduación en óptica o en el centro de reconocimiento para renovación del permiso de circulación”.



