Si te desplazas en motocicleta durante el invierno, asegúrate de empacar estos 10 “gadgets”: te sacarán de cualquier problema.
Consejos
Los conductores deberían tener especial cuidado al conducir y estar bien preparados cuando las condiciones meteorológicas son desfavorables.
Es importante abrigarse bien en moto cuando hace frío en invierno
A pesar de las bajas temperaturas y de las posibles adversidades meteorológicas, un gran número de motociclistas aprovechan la pausa de Navidad para embarcarse en una travesía invernal. En numerosas ocasiones, aparte de hallar tarifas más ventajosas o lugares con menos afluencia, el desafío de las condiciones climáticas desfavorables se transforma incluso en un aliciente que aporta un elemento de aventura a la expedición.
Sea como sea y más allá de las consabidas llamadas a la prudencia y a montar neumáticos en las mejores condiciones hay una serie de objetos que siempre debemos llevar en nuestras motos para evitarnos que la “aventura controlada” se acabe convirtiendo en “Desafío en Alaska”. Cosas muy simples, pero que cobran todo su valor cuando de verdad las necesitamos para que nos saquen de un apuro.
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Herramientas multifunción... Pero sin excesos
Hubo un tiempo en que esta lista hubiera comenzado incuestionablemente con “un buen kit de herramientas”, pero con las motos de hoy, y siendo realistas, poco se puede hacer en caso de avería, salvo aguardar pacientemente y a buen recaudo que vengan a recogérnosla. Por eso tampoco hay que pasarse porque pesan y ocupan espacio. Con una multiherramienta para apretar eventuales tornillos y tuercas es más que suficiente.
2. Equipamiento adecuado
Esto no implica usar un traje impermeable y capas térmicas, que se dan por sentados. Un error común entre los principiantes es estrenar casco, botas o pantalones durante el trayecto, lo que casi siempre resulta incómodo. El equipo personal requiere un período de adaptación para amoldarse a nuestra forma corporal y para comprender su rendimiento en condiciones adversas. Para viajar, es preferible utilizar equipo que ya se haya probado. ¡Jamás inicies un viaje con indumentaria técnica nueva!
3. Batería externa
No emprendas tu viaje sin una de las apreciadas “Power Bank” en tu equipaje o en tus alforjas. Su tamaño reducido, su precio asequible y la garantía de tener siempre energía para tu teléfono móvil las hacen indispensables. Las versiones de 10W de potencia y 10000 mA de capacidad son adecuadas, si bien es cierto que una mayor capacidad siempre es preferible. No es necesario recalcar lo mucho que esto puede sacarnos de un apuro. Y si tu motocicleta dispone de un puerto USB —la mayoría lo incluyen hoy en día—, no olvides conectarla para que se mantenga siempre lista para cargar.
4. Comida calórica y agua
Es gratificante arribar al punto de llegada y disfrutar de un cocido, pero viajar en moto con bajas temperaturas demanda una mayor cantidad de energía corporal. Nada menos que entre 300 y 600 calorías por hora, dependiendo del peso del individuo y la temperatura ambiente. Las barras energéticas o un puñado generoso de frutos secos contribuirán a sostener la “gasolina corporal”. Y, por supuesto, agua para asegurar la hidratación.
5. Bridas, ventosas y cinta adhesiva
Hay tres artículos que puedes adquirir en el mercado local por una pequeña suma de dinero y que te serán de gran utilidad en tu mochila, especialmente cuando necesites expandir la capacidad de carga de tu motocicleta, arreglar alguna de tus alforjas o bolsas de depósito, o asegurar ese enganche que se ha roto. ¡Con unas bridas de calidad, prácticamente cualquier reparación es posible!
6. Mapas de papel
Sí, reconozco que los mapas de papel son una reliquia y que hoy en día predominan Waze y Google Maps... Pero en caso de que tu dispositivo se quede sin energía —algo que te sucede por ignorar mi consejo sobre la “Power Bank”— o si te encuentras en una zona remota sin señal, el clásico mapa plegable de Michelin te sacará del apuro.
7. Linterna y botiquín
No es necesario exagerar y llevar consigo un equipo completo de paramédicos, pero un par de cremas —una antiinflamatoria y otra para quemaduras y abrasiones, por ejemplo— junto con algunos apósitos y analgésicos pueden ahorrarnos muchos problemas. Para quienes prefieren tener todo preparado, el mercado de accesorios ofrece botiquines ya diseñados específicamente para motocicletas, que son muy convenientes. Además, contar con una linterna es fundamental.
8. Parches térmicos
Son asequibles, caben fácilmente en el fondo de una mochila y son increíblemente útiles en condiciones de frío extremo si se colocan en áreas del cuerpo particularmente sensibles como el pecho, el cuello o la parte baja de la espalda. Algunos de estos generan calor a través de una reacción química que puede durar hasta 12 horas. Si bien no deben reemplazar el equipo técnico de invierno, son un excelente complemento.
9. Equipo para cargar y arrancar baterías
El frío y las baterías no se mezclan bien. Las temperaturas bajas disminuyen considerablemente su autonomía, lo que podría ser un inconveniente importante, especialmente al intentar arrancar el motor por la mañana. Existen dispositivos de arranque de emergencia por menos de 50 euros que garantizan que la motocicleta pueda ponerse en marcha incluso si ha pasado la noche a la intemperie, algo que, por cierto, no se recomienda en absoluto.
10. Kit reparapinchazos
Sin embargo, antes de adquirir un kit de reparación de pinchazos, es crucial verificar que sea compatible con su clase de neumático y aro. Existen diversas alternativas tanto para cauchos con cámara como para aros “tubeless” y “Mousses”. Si tiene incertidumbre, en su punto de venta le brindarán con gusto la información necesaria.