La compañía británica Vertical Aerospace ha avanzado en la competencia por el transporte aéreo urbano al revelar el Valo, su primer taxi aéreo eléctrico de producción. La aeronave, un EVTOL (vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical), hizo un aterrizaje simbólico en Londres con la intención de proporcionar transporte aéreo “para las masas”, a pesar de que las incertidumbres sobre la viabilidad del mercado persisten en la industria.
El taxi volador que promete cambiar el tráfico
El Valo representa el avance del modelo VX4. La configuración actual exhibe un habitáculo de alta gama para cuatro ocupantes, si bien la empresa ya está desarrollando configuraciones para albergar hasta seis individuos, incluyendo su equipaje. El concepto integra una forma aerodinámica actualizada, acumuladores de energía ubicados en la parte inferior y mecanismos de protección duplicados diseñados para satisfacer las normativas más rigurosas del sector.
Vertical Aerospace afirma que su más reciente diseño es capaz de lograr una velocidad de 240 km/h y recorrer trayectos de hasta 160 kilómetros sin generar emisiones durante su funcionamiento. Esta capacidad facilitaría la conexión entre áreas urbanas congestionadas y aeropuertos en cuestión de minutos, un concepto que su creador, Stephen Fitzpatrick, comenzó a perseguir al hartarse de pasar horas en tráfico durante sus desplazamientos por el campeonato de Fórmula 1.
Para la empresa, la clave está en recuperar tiempo. “La movilidad es hoy más lenta que hace décadas”, explica el ingeniero jefe David King. “La infraestructura urbana no ha seguido el ritmo de la tecnología. La solución es utilizar la tercera dimensión: la movilidad aérea”.
El Valo también quiere distinguirse por su facilidad de uso. Su piloto de pruebas, Simon Davies, afirma que es uno de los aparatos más sencillos que ha volado: controles intuitivos, un sistema de vuelo automatizado y una curva de aprendizaje que, según dice, se mide en minutos, no en horas, frente a los helicópteros tradicionales.
The company has already amassed approximately 1.500 pre-orders from carriers globally, including American Airlines. Through this, it aims to transition from a prototype developer to a certified aerospace manufacturer, with intentions to secure regulatory approval in the United Kingdom and the European Union by 2028.
No obstante, el fervor por los EVTOL no es compartido por todos. Ciertos analistas conservan sus dudas acerca de la posibilidad de que se conviertan en un artículo de consumo generalizado. Richard Aboulafia, de AeroDynamic Advisory, señala que la viabilidad económica sigue siendo el obstáculo primordial: el vuelo vertical permanece costoso, y el valor proyectado de un EVTOL —que oscila entre 4 y 5 millones de dólares— haría complicado que su utilización fuera equiparable a la de un servicio de transporte urbano.
A pesar de que Vertical Aerospace afirma que un viaje entre Canary Wharf y Heathrow podría costar lo mismo que un Uber, Aboulafia cree que las cifras no son realistas. En su opinión, el sector está experimentando un “exceso de entusiasmo” y prevé una posible burbuja por la financiación escasa, la complejidad de los modelos de negocio y la intensa competencia.
Mientras tanto, Vertical Aerospace prosigue con la fabricación de los siete primeros ejemplares certificados del Valo en el Reino Unido. Su triunfo dependerá no solo de la destreza técnica de la aeronave, sino también de la acogida de un mercado que aún debe definirse. Con la promesa de rapidez, nulas emisiones y un viaje aéreo discreto, los EVTOL podrían representar un cambio radical en la movilidad urbana… siempre que logren persuadir tanto a viajeros como a financistas.