Así es la ITV de una autocaravana: te inspeccionan hasta el toldo y la parabólica
Caravaning
Aunque comparten calendario con los turismos, las autocaravanas pasan una ITV más exhaustiva
Nueva caravana Bellini 620 TD Profi 2.5, un apartamento de lujo sobre ruedas que cuesta menos de lo que piensas

Las autocaravanas pasan la ITV con la misma frecuencia que los turismos. aunque su inspección incluye elementos específicos

Viajar en autocaravana es un estilo de vida. Más que una forma de moverse, es una manera distinta de entender el tiempo libre. Permite improvisar rutas, despertarse cada día en un lugar distinto y viajar sin más límites que los que marca la carretera. Pero esa sensación de libertad no está reñida con la seguridad. Como cualquier otro vehículo, la autocaravana debe pasar la ITV de forma periódica, y en su caso, la inspección pone el foco en algunos elementos que no aparecen en un turismo convencional.
Las autocaravanas están matriculadas como turismos destinados al transporte de personas, con un máximo de nueve plazas, y por tanto deben someterse al mismo calendario de revisiones que cualquier otro coche particular. La primera ITV se pasa a los cuatro años desde la matriculación. A partir de ahí, se hace cada dos años hasta cumplir los diez, y anualmente a partir del décimo año. Es decir, siguen el mismo ritmo de inspecciones que los turismos convencionales, pese a estar construidas sobre chasis de vehículos comerciales ligeros.

Desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) explican que todas las estaciones están habilitadas para revisar autocaravanas. Eso sí, el proceso tiene ciertas particularidades. Para empezar, se revisa la documentación técnica para comprobar que todo lo instalado en el vehículo (placas solares, muebles y otros accesorios) figura correctamente homologado.
La inspección es muy similar a la de un coche, pero se presta especial atención a los accesorios propios de una autocaravana
A continuación, se examina el estado exterior del vehículo. En palabras de Samuel Blanco, jefe de nave en una estación de ITV, “la inspección es muy similar a la de un turismo, pero hay que prestar más atención a ciertos añadidos que incluyen estos vehículos: placas solares, toldos, antena parabólica y, aunque menos frecuente, los soportes para portabicicletas, portamotos o portaanimales”.
Además, los inspectores revisan minuciosamente cualquier desperfecto que pueda afectar a la seguridad o al correcto funcionamiento de la autocaravana, explica Blanco en un vídeo publicado en el canal de YouTube de AECA-ITV.
El interior tampoco se libra. Los inspectores revisan el estado de los cinturones de seguridad en las plazas autorizadas para viajar y comprueban el anclaje y la seguridad del mobiliario. Tanto las mesas como los armarios y las camas deben estar correctamente fijados para no convertirse en un riesgo durante la marcha. Aunque la zona habitable no se inspecciona como tal, sí se controla que no haya elementos sueltos que puedan poner en peligro a los ocupantes.
La ITV no revisa el interior como una vivienda, pero sí comprueba que todo esté bien fijado para evitar riesgos durante la marcha
El resto de la inspección es como la de cualquier coche: luces, frenos, suspensión, emisiones, sistema de dirección y el estado general del motor. Se revisa desde el foso, como en cualquier ITV, y si todo está correcto, el vehículo recibe el visto bueno para seguir circulando hasta la próxima revisión.
Aunque para muchos propietarios el paso por la ITV es poco más que un trámite, conviene tenerlo en cuenta antes de lanzarse a la carretera. Especialmente si se ha hecho alguna reforma o añadido algún accesorio nuevo, ya que cualquier cambio no autorizado o no reflejado en la ficha técnica puede suponer una falta. Dependiendo de la gravedad, puede ser desde una falta leve, o incluso una grave que impida la circulación hasta subsanar el problema.

