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La cumbre del clima lanza la propuesta de “superar la dependencia de los combustibles fósiles”

COP30

Una coalición de más de 60 países, entre ellos España, se muestra a favor de una hoja de ruta para dejar atrás la energía fósil, aunque el acuerdo está aún lejano

Participantes en la Marcha Global por el Clima en defensa de los bosques, los derechos territoriales indígenas y la justicia climática global

Andre Borges / EFE

La siempre hábil diplomacia brasileña, ya bajo la consigna de mutiräo (esfuerzo colectivo), da muestras de que puede conseguir resultados inesperados en la apuesta del país anfitrión por pactar una hoja de ruta para el abandono paulatino de los combustibles fósiles, la gran asignatura pendiente de la estrategia de la ONU para reducir emisiones de CO₂.

El llamamiento del presidente brasileño Luiz Inácio da Silva al inicio de la cumbre para que los 190 países participantes de la cumbre pacten un camino hacia el fin de los combustibles fósiles cuenta con el apoyo de muchos más países de los que se pensaba inicialmente. Un borrador provisional de la declaración final de la cumbre, previsto para el viernes, pide la creación de una “mesa redonda ministerial de alto nivel” para ir apoyando a países en la “superación progresiva de su dependencia de los combustibles fósiles y la detención y reversión de la deforestación”.

Una coalición para abrir camino

Los ministros de una coalición de 16 países, tanto desarrollados como en desarrollo, liderados por las amenazadas Islas Marshall, ayer instaron a la COP30 a elaborar una “hoja de ruta para una transición justa, equitativa y ordenada fuera de los combustibles fósiles” con el fin de cumplir la meta de detener  la subida de temperaturas a 1,5 ºC (un umbral cuya superación resulta inevitable según  la propia ONU. España y los principales países se incluyen en la coalición.

“La mayoría de los países europeos coinciden en que tenemos que librarnos de los combustibles fósiles”, dijo el ministro alemán Carsten Schneider. Dada la crisis de suministro energético que se sufre en Europa, el fin de la era de combustibles fósiles “es una cuestión no solo de cambio climático sino de seguridad energética”, afirmó Ed Miliband, el ministro de medio ambiente británico. 

En total son ya 62 países los que apoyan la idea frente a solo ocho nacionales que la secundaban hace cinco días, según una encuesta de delegados realizada por la ONG 350.org.

Belém puede consolidar la senda iniciada hace dos años en la cumbre de Dubái

Si esta dinámica se mantiene en los cuatro días que faltan antes del cierre de la cumbre, es probable que la COP30 de Belém consolide el proceso iniciado hace dos años en Dubái, cuando en la COP28 se instó a los países a realizar una “transición hacia fuera de los combustibles fósiles” tras un acuerdo entre Estados Unidos, los Emiratos Arabes y Arabia Saudí.

Estados Unidos, ya bajo la administración negacionista de Donald Trump, se ha excluido desde entonces de las negociaciones sobre la crisis climática de la ONU y en la COP29, en Azerbaiyán —otro petro-Estado—, se intentó dar marcha atrás,y ese acuerdo no se ratificó. 

Belém parece estar a punto de recuperar la iniciativa, aunque la reacción en los mercados energéticos —una ligera subida del precio del crudo— demuestra que las declaraciones de intención de las cumbres del clima no se toman muy en serio en los centros financieros.

El presidente Lula da Silva

Antonio Sciza/COP30/dpa / Europa Press

En Brasil, se proyectan nuevos yacimientos de petróleo

El plan tímidamente esbozado para desengancharse del petróleo. Que se anunció en el Golfo Pérsico hace dos años, llega  a Belém cuando se da la luz verde, tras décadas de restricciones medioambientales, a proyectos de explotación petrolera offshore en la misma Amazonia. 

Pactar en Belém la hoja de ruta para poner fin a la era de los combustibles fósiles a la vez que se conceden concesiones petroleras en el Amazonas “se percibe aquí como algo bastante extraño, contradictorio; no se puede liderar la transición energética y seguir produciendo petróleo”, dijo  Joubert Soares de la oenegé Arayara en Belém.

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Marina da Silva, la ministra ecologista está en minoría

La ministra de Medio Ambiente de Lula, Marina da Silva, nacida en la Amazonia brasileña, luchadora medioambiental de largo recorrido, ha sido derrotada en su pulso sobre la producción petrolera en el Amazonas con los ministros pro-petróleo del Gobierno y del propio Lula. Como consuelo, ha logrado abanderar la causa global contra los combustibles fósiles en Belém con el pleno apoyo del presidente.

“Lula está diciendo que si todos se ponen de acuerdo él se sumará a un compromiso sobre la eliminación de combustibles fósiles, pero no lo hará solo”, dijo Marcio Astrini, director del Observatorio del Clima.

España, rema “a favor de la mayor ambición” 

La coalición forjada en torno a las Islas Marshall -cuya existencia está amenazada en el Pacífico debido a las subidas del nivel del mar coincidentes con las subidas de temperaturas- es parte de una política española que “sigue apostando y remando por esa mayor ambición”, dijo la vicepresidenta tercera y ministra para la e Transición Ecológica, Sara Aagesen.

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Colombia, otro país amazónico cuyo presidente Gustavo Petro es la cara opuesta en la izquierda latinoamericana del petro desarrollismo de Lula, ha convocado una conferencia sobre el abandono de combustibles fósiles en Santa Marta (Colombia) en abril. “Queremos una Amazonia libre de hidrocarburos”, dijo Irene Vélez Torres, la ministra de medio ambiente colombiana ayer en Belém.