Guadalajara, en Castilla-La Mancha, tiene un clima mediterráneo continentalizado, con veranos calurosos y muy secos. Durante gran parte del año, muchos de sus paisajes se transforman en secarrales. En Alovera, uno de sus municipios, se construirá la playa urbana más grande de España. Una gigantesca laguna artificial con 20.000 metros cuadrados para baño y navegación. Para el Ayuntamiento y la empresa promotora, el parque de ocio acuático generará inversión, atracción turística y empleos. Para las organizaciones ecologistas, se trata de una “aberración ambiental” en un país que se desertifica.
El proyecto “Alovera Beach” no es nuevo. Desde el 2017 que distintos grupos empresariales intentan conseguir el aval político para poder construir una de las playas urbanas más grandes de toda Europa: 104.000 metros cuadrados de superficie, una enorme laguna con una zona navegable y otra apta para el baño, una playa de arena de 16.000 metros cuadrados y una amplia oferta de servicios: aparcamiento para 1.000 coches, restauración, atracciones deportivas y eventos.
¿Disfrutar de la vida de playa y de agua cristalina a 300 km del mar? Es posible. En el Corredor del Henares. Una playa idílica donde nunca nadie imaginó
El parque acuático, con una capacidad máxima de 8.000 visitantes, se construirá en terrenos municipales, en la zona del polígono Las Suertes de Alovera, a poco más de 30 minutos de Madrid. El Ayuntamiento firmó una concesión del suelo por 40 años. Semanas atrás, en una votación plenaria se aprobó la licitación definitiva. El proyecto contó con el respaldo de cuatro de los cincos partidos que integran la Asamblea, Alternativa Alovera, formación que representa la alcaldesa Purificación Tortuero, PSOE, PP y Vox.
El apoyo del grupo socialista ha sido clave para que finalmente la propuesta presentada por la firma Quabit Construcción S.A. Saliese adelante. En anteriores votaciones, los ediles del PSOE se habían abstenido. La primera licitación (2022) quedó trunca por los reparos de los técnicos municipales en materia de edificación y pavimentación. Tres años después, con la alianza política conformada por Alternativa Alovera y el PP y la renovación de los inspectores, se presentó una segunda licitación sin ninguna objeción técnica.
Los primeros trabajos de excavación ya han comenzado. Se espera una apertura parcial del parque en la primavera de 2027. “Alovera es un municipio abierto y acogedor. Ahora es el momento de sumar iniciativas que favorezcan el crecimiento del municipio, el bienestar de los vecinos y que fortalezcan el empleo y el dinamismo, porque en eso hemos estado luchando ocho años”, ha celebrado la alcaldesa tras la llegada de las primeras máquinas.
Una playa a 300 kilómetros del mar
Los terrenos municipales del polígono Las Suertes de Alovera donde se proyecta construir la laguna
“¿Disfrutar de la vida de playa y de agua cristalina a 300 kilómetros del mar? Sí. Ya es posible. En el Corredor del Henares. Una playa idílica donde nunca nadie imaginó”. Con ese slogan, la empresa ha promocionado su proyecto a los vecinos de Alovera y a todos los ciudadanos de las zonas colindantes. Desde la compañía aseguran que el parque acuático tiene “un respaldo institucional y ciudadano rotundo”.
Además del apoyo municipal, la empresa se jacta de tener los informes favorables de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Mancomunidad de Aguas del Sorbe y la Confederación Hidrográfica del Tajo, entre otros organismos.
La obra cuenta con un informe de impacto ambiental favorable emitido en 2020, hace cinco años, por la Dirección General de Economía Circular, en el que no se detectaron “efectos significativos sobre el medio ambiente”. El documento contaba con una vigencia de cuatro años desde su publicación con la posibilidad de una prórroga de dos años adicionales. En octubre del año pasado, la empresa pidió aplicar esa cláusula, que fue concedida por el Ayuntamiento.
“El proyecto es sostenible y respetuoso con el entorno”, insisten los portavoces de la compañía. Adelantan que la obra contará con la tecnología de Crystal Lagoons, una empresa internacional con más de 1.000 proyectos similares repartidos en 60 países.
El consumo de agua
Las organizaciones ecologistas denuncian que el parque acuático es una “aberración ambiental” por donde se lo mire. Cuestionan que se destinen 25.000 metros cúbicos de agua por año a un proyecto de ocio en una zona de España muy seca cuyo único fin es “fomentar la especulación urbanística”.
“No podemos avalar semejante despilfarro de agua”, plantean Ecologistas en Acción y Seo Birdlife, dos organizaciones que presentaron alegaciones al proyecto. Preocupa tanto el abastecimiento necesario para el llenado inicial de la laguna como el consumo anual estimado para el funcionamiento del parque. El temor es que, cuando las lluvias sean escasas, la laguna entre en “competencia con las necesidades básicas de la población y la agricultura”.
La evidencia científica avala esta preocupación. España es el país europeo con mayor riesgo de desertificación. La Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (CNULD) define este fenómeno como “la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas” como consecuencia de “las variaciones climáticas y las actividades humanas”.
Las zonas que concentran el riesgo de desertificación ocupan el 74 % del territorio español, según datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), que además advierte de su incremento en los últimos seis decenios fruto del aumento de las temperaturas, la evapotranspiración y las sequías.
La empresa rechaza las críticas al alegar que la “eficiencia medioambiental” será un pilar del parque acuático. Explican que la laguna funcionará en circuito cerrado, consumiendo un 60% menos de agua que un parque verde equivalente. Se detalla también que el sistema de desinfección por pulsos reducirá hasta 100 veces el uso de productos químicos respecto a las piscinas tradicionales.
Un parque de ocio artificial no es una necesidad primaria que deba ser atendida con la red municipal de agua potable
Esta eficiencia, defiende la compañía, cuenta con el respaldo de la firma tecnológica contratada para el proyecto, con resultados demostrables en países como Egipto y Emiratos, donde hay lagunas similares funcionando en el desierto, con unas condiciones climáticas extremas y manteniendo un mínimo consumo de agua. Según, Francisco Matte, Director General Europa de Crystal Lagoons, la laguna se va a llenar una sola vez, siendo su consumo de agua 30 veces menor que un campo de golf y la mitad que cualquier parque convencional de estas dimensiones.
El llenado inicial -aclara el empresario- provendría de los suministros naturales de la zona y se realizaría en los meses de invierno, cuando las necesidades de riego agrícola son menores. “En cualquier caso, nunca afectaría al suministro normal de los vecinos”, justifica.
Sin embargo, las “promesas tecnológicas” no convencen a los ambientalistas. Desde Ecologistas en Acción recuerdan cómo en los últimos veranos, a muy pocos kilómetros de Alovera, en los municipios ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía, cabecera del Tajo, los vecinos han tenido que abastecerse con camiones cisterna por la falta de agua a consecuencia de los trasvases al Levante y la sequía. “En el actual contexto de cambio climático, un parque de ocio artificial no es una necesidad primaria que deba ser atendida con la red municipal de agua potable”, reprochan.


