Si bien se trata de uno de los últimos recursos, en ocasiones, las amputaciones resultan esenciales para preservar la vida de los pacientes. Un procedimiento quirúrgico destinado a eliminar extremidades con enfermedades o lesiones graves y evitando así la propagación de infecciones. Sin embargo, este tipo de cirugía no es exclusiva de los seres humanos, sino que también se han encontrado casos en el mundo animal. Así lo revela un estudio llevado a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Würzburg, la Universidad de Lausana y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST), publicado en la revista especializada ‘Current Biology’.
Los científicos descubrieron que las hormigas carpinteras de Florida, una especie común en Estados Unidos, son capaces de evaluar y tratar de manera selectiva las extremidades heridas de sus compañeras. Es decir, diferencian el tipo de afección y adaptan el tratamiento a esta según resulte más adecuado. El principal objetivo de estas amputaciones consiste en mejorar la supervivencia de las hormigas afectadas, algo que consiguieron con éxito, según afirman los investigadores.
Las hormigas utilizan esta técnica para evitar que se propaguen infecciones
En el estudio se detallan dos métodos de amputación empleados por las hormigas carpinteras. “Las hormigas limpian la herida solo con sus piezas bucales o realizan una limpieza seguida de la amputación completa de la pata”. Previamente se evalúa el tipo de lesión y a continuación se determina cuál es el mejor tratamiento. Los investigadores describen dos tipos de lesiones en las patas de las hormigas, las de fémur y las de tibia. Los hallazgos de esta investigación mostraron que todas las lesiones en el fémur se acompañaron por una limpieza inicial de la herida por parte de una hormiga, mientras que una segunda se encargaba de llevar a cabo la amputación completa de la pata. Por otro lado, las lesiones en la tibia solo fueron tratadas con la limpieza bucal.
Los resultados revelaron que, en ambos casos, la intervención aumentó la tasa de supervivencia de una forma significativa. “Las lesiones de fémur, en las que siempre se amputaba la pata, tenían una tasa de éxito de alrededor del 90 % o 95 %. Y en el caso de la tibia, donde no se amputaba, se lograba una tasa de supervivencia de aproximadamente el 75 %”, explicaba el doctor Erik T. Frank. En cambio, los porcentajes relativos a las hormigas que padecieron estas lecciones y no recibieron estos tratamientos fue del 40% y del 15%, respectivamente.


