¿Y si los sueños no se desvanecieran al despertar? ¿Y si pudieran verse, como quien revisa un vídeo de la noche anterior? Aunque parezca ciencia ficción, la empresa Modem Works ha dado un paso sorprendente en esa dirección con Dream Recorder, un dispositivo que utiliza inteligencia artificial para recrear en vídeo los sueños relatados por sus usuarios.
Álvaro Luzón, experto en tecnología e inteligencia artificial, no duda en calificar este avance como una auténtica revolución en la expresión personal. Se va a poder volver a ver tus sueños en vídeo como si fuese un reel, y eso cambia por completo la relación que tenemos con nuestro subconsciente.
Cómo funciona Dream Recorder
La idea es sencilla en apariencia: uno se despierta, enciende el dispositivo y le narra el sueño. A partir de esa descripción, el sistema convierte el relato en imágenes. Pero detrás de esa aparente simplicidad, se esconde una compleja red de algoritmos entrenados para interpretar lenguaje natural, generar prompts visuales y construir clips audiovisuales con una estética difusa, muy próxima al universo visual del dreamcore.
El funcionamiento del Dream Recorder combina distintas capas tecnológicas de vanguardia. Primero, convierte la voz del usuario en texto mediante modelos de transcripción automática. Después, con ayuda de la inteligencia artificial desarrollada por OpenAI, transforma esa narración en prompts detallados, diseñados para inducir imágenes coherentes con el relato del sueño.

Dream Recorder de Modem Works
Luego entra en juego la tecnología de LumaLabs, que se encarga de generar el vídeo. A diferencia de otras plataformas de imagen hiperrealista, aquí se busca lo contrario: imágenes de baja resolución con una estética deliberadamente borrosa, evocadora y desestructurada. La intención, como explican desde ModemWorks, es imitar la naturaleza nebulosa y fragmentaria de los recuerdos de los sueños. No se trata de reproducir exactamente lo soñado, sino de construir una interpretación visual poética, cercana a la sensación original. Es decir, no un espejo, sino un eco. Por ello, los clips suelen estar cargados de efectos de sonido difusos, cromatismos suaves y escenas que parecen salidas de una ensoñación digital. Por ahora, el dispositivo sigue en fase experimental, aunque es open source y cualquiera con los conocimientos adecuados puede participar en su evolución.
Este dispositivo no es solo una herramienta técnica: se inscribe en una tendencia creciente que Luzón identifica como tecnología silenciosa, aquella que no grita, no interrumpe, sino que acompaña. ModemWorks lo define como crear un archivo del subconsciente. Lejos del consumo digital compulsivo, este aparato propone una pausa: registrar, revisar y reflexionar. Y ahora, además, se pueden compartir. Esto podría ayudar a quienes trabajan con sueños, como terapeutas o artistas, a tener un material visual más evocador, más rico y detallado. En un entorno controlado, incluso podría convertirse en una herramienta para mapear patrones del subconsciente, visualizar traumas o alimentar narrativas personales con base en experiencias nocturnas.