Adam Mosseri, director de Instagram, ha anunciado una batería de medidas pensadas para reforzar la seguridad de los adolescentes en la plataforma. En palabras del propio Mosseri: “Hemos añadido límites a las transmisiones en vivo para adolescentes, más restricciones en los mensajes directos y hemos mejorado nuestra capacidad para asegurarnos de que las personas tengan experiencias apropiadas para su edad”. Esta declaración, incluida en un artículo publicado por Meta, refleja la firme intención de la compañía de ofrecer un entorno más controlado para los jóvenes usuarios, al tiempo que ofrece mayor tranquilidad a padres y educadores.
Más restricciones para proteger la privacidad de los adolescentes
La Generación Z está cambiando Google por ChatGPT y las redes sociales.
Desde su lanzamiento hace un año, las llamadas “cuentas de adolescente” han sido clave en este proceso, como indican desde Instagram. Se trata de un tipo de perfil con protecciones integradas que restringen los contactos, el contenido que se muestra y el tiempo que los menores pasan en la aplicación. Estas cuentas están ya activas para cientos de millones de jóvenes en Instagram, Facebook y Messenger, y se irán implementando progresivamente en todo el mundo.
Una de las novedades más destacadas es la prohibición para los adolescentes de iniciar transmisiones en directo, una funcionalidad que, si bien permite conectar en tiempo real con otros usuarios, también puede suponer una exposición innecesaria y en ocasiones peligrosa. La medida responde a una preocupación reiterada por parte de padres y expertos: el riesgo de interacción con desconocidos.
A esto se suma una mayor restricción en los mensajes directos. Ahora, los menores sólo pueden recibir mensajes de personas que ya siguen o con las que están conectados previamente. “Queremos que los padres sientan que sus hijos están seguros incluso cuando usan nuestras apps de forma independiente”, explicó Mosseri en el artículo oficial de Meta.
Además, se han reforzado los filtros de contenido sensible. En secciones como Explorar o Reels, los adolescentes tendrán activada por defecto la configuración más estricta, que limita la visualización de contenidos relacionados con cirugía estética, violencia o temáticas autolesivas.
Los menores de 16 años necesitarán ahora el consentimiento de sus padres para desactivar o modificar estas protecciones. La herramienta de supervisión parental, ya disponible en Instagram, permite a las familias establecer límites de uso, conocer con quién interactúan sus hijos o impedir el uso de la app durante ciertas franjas horarias. Una opción que, lejos de invadir la privacidad de los menores, busca crear un espacio digital más adaptado a cada etapa del desarrollo adolescente. Estas medidas buscan un difícil equilibrio entre proteger y permitir explorar. En un entorno digital tan cambiante, esa balanza será siempre delicada, pero necesaria.


