José Elías, empresario multimillonario: “La tele está muerta, creo que no hay gente de 30 años para abajo que la vea, de hecho, algunos chavales no saben ni poner un canal”
Futuro de la televisión
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José Elías durante el podcast
Según el último informe de Barlovento Comunicación recogido por AVPasión, el tiempo diario dedicado a la televisión tradicional cayó en noviembre de 2025 a 176 minutos por persona, una cifra significativamente inferior a los 229 minutos totales frente al televisor, que incluyen actividades como videojuegos, plataformas de streaming y YouTube. Esto quiere decir que el 23% del tiempo que pasamos frente a la pantalla ya no tiene nada que ver con los canales convencionales. Motivo por el que el empresario José Elías afirma: “La tele está muerta. O sea, yo creo que no hay gente de más de 30 años para abajo que vea la tele. De hecho, a algunos chavales le dices que juegan un canal, no saben ni ponerlo”
Datos que apuntalan la caída libre del formato tradicional
Los menores de 30 utilizan la tele para ver YouTube, pero no entienden que existen los canales digitales en la tele. Las generaciones más jóvenes han desactivado por completo el mando a distancia de su vida. No sólo abandonan el medio, sino que lo ignoran. Para ellos, la televisión no es un aparato sagrado del salón, sino sólo una pantalla más para proyectar Twitch, Netflix o TikTok.
En comparación con noviembre del año anterior, el consumo de televisión convencional cayó un 3%. Puede parecer poco, pero se suma a una tendencia de descenso que no ha hecho más que acelerarse con los años. En términos de penetración, el 92,9% de la población aún se conecta al menos un minuto con la televisión, pero la cifra es engañosa.
Las cifras más contundentes vienen de AVPasión: más de 3,15 millones de personas en España ya usan su televisor sólo para ver plataformas o jugar a videojuegos. Para ellas, los canales son un vestigio del pasado, un ruido de fondo que ha dejado de tener sentido. Elías lo resume sin florituras: “Hay un agujero de contenido y de entretenimiento mainstream. O sea, la gente necesitamos ver a Homer Simpson llegar a casa y ponernos una cerveza y... Que nos martillen la cabeza con gilipolleces”. Ahí entra su otro negocio: Lo que tú digas, un pódcast sin pretensiones, de encefalograma plano, que acompaña mientras se cocina o se recoge la casa. Ese contenido ligero, cercano, sin guion cerrado, parece tener más tirón que los programas formateados de la televisión de toda la vida.
El futuro es personalizado, por eso, plataformas como Netflix, Twitch, YouTube o incluso los pódcast permiten elegir el tono, el momento y la duración. No hay que esperar al prime time, ni aguantar bloques de publicidad. Y no basta un partido de futbol para salvar este modelo. La televisión tradicional no morirá del todo, al menos no pronto. Pero está claro que su hegemonía ha terminado. Ahora manda el algoritmo, la multitarea y ese fondo sonoro que nos hace compañía sin pedirnos atención total.