Marta Susana, psicoterapeuta, sobre cómo desconectar de las pantallas: “Salimos a caminar, pero no escuchamos los pájaros”
Pantallas y desconexión
Quienes creen desconectar a menudo siguen enganchados al móvil, incluso en sus ratos de ocio
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Marta Susana es psicóloga
En una sociedad hiperconectada, desconectar de las pantallas parece más una utopía que una posibilidad real. Aunque cada vez son más las voces que advierten de los efectos del uso excesivo del móvil o el ordenador en la salud mental, muchos aún no perciben hasta qué punto siguen “enganchados”. Una de esas voces es la de Marta Susana, psicoterapeuta, quien lanza una advertencia directa: “Salimos a caminar, pero salimos con los auriculares. No escuchamos el canto, no hablamos. No observamos a la gente, no. Vamos como autómatas, escuchando quién sabe qué”.
Vivimos con ansiedad digital
Su reflexión forma parte de una crítica más amplia al ritmo de vida actual, donde lo urgente desplaza a lo importante. “Estamos conectados 24 horas al día en la pantalla”, afirma. Y añade con orgullo: “El viernes a la noche apago el teléfono, se acabó. No quiero saber a nadie. Y no saben cómo disfruto”. El problema va más allá de los momentos puntuales de conexión. La dinámica de estar disponibles todo el tiempo, responder de inmediato a cualquier notificación o correo, y la sensación de que algo importante podría estar pasando, ha llevado a una fatiga digital sostenida.
Los datos del IESE Standout son claros: la salud mental se ve afectada de forma constante por el entorno digital en el que vivimos. Basta con observar cuántas personas a nuestro alrededor padecen estrés, insomnio o síntomas de ansiedad. “El contexto digital actual (con dispositivos que permiten estar en contacto en todo momento) supone una fuente constante de estrés, ansiedad e insatisfacción”, señalan desde IESE.
Volver al contacto con lo real y recuperar una mirada atenta sobre lo cotidiano no parece sencillo. Marta Susana lo ejemplifica con una anécdota personal: “Salgo a caminar no he llegado al auricular. Que observo a la persona que saludo en el autobús, a la señora que pasea el perro, le digo adiós”. Porpone reservar un día a la semana para no tocar el móvil, para simplemente estar. La psicoterapeuta insiste en que no se trata de eliminar por completo la tecnología, sino de poner límites reales, con conciencia. “Créame que yo lo hago el fin de semana, yo me desconecto completamente”, remarca.
Claves para recuperar la calma digital según IESE Standout
1Apagar todas las notificaciones que no sean urgentes.
2Reservar momentos concretos para revisar el email.
3Establecer zonas y tiempos sin móvil, como en la cama, durante las comidas o en reuniones.
4Borrar aplicaciones que ya no se usan y evitar el scroll infinito.
5Respetar las vacaciones y desconectar también en los fines de semana.
Marta Susana va más allá y sugiere que el problema no es sólo la adicción al dispositivo, sino lo que nos impide detenernos: el ruido mental, las obligaciones, la falta de modelos a seguir. Aunque las pantallas son herramientas indispensables para trabajar y comunicarse, también pueden robarnos lo esencial: el tiempo, la presencia, el silencio. La propuesta no es huir del mundo digital, sino aprender a utilizarlo con más equilibrio.