Neo

Horacio Trapassi, un médico clínico, aborda la problemática de las adicciones tecnológicas entre los jóvenes: “Puede afectar al desarrollo de la paciencia”

Sobreestimulación infantil

La exposición prolongada a dispositivos electrónicos puede afectar negativamente capacidades cerebrales esenciales, incluyendo la planificación, la paciencia y el control de las emociones.

Cristina Martínez, who works as a psychologist, points out the possible risks associated with screen time for extremely young kids: “Los niños se vuelven impulsivos”

Horacio Trapassi es médico clínico

Horacio Trapassi es médico clínico

LinkedIn de Horacio Trapassi

El doctor Horacio Trapassi advierte sobre cómo ciertas tecnologías impactan el crecimiento infantil y adolescentes: “Puede afectar al desarrollo de la paciencia”. Sus afirmaciones se basan en su experiencia clínica y en su comprensión de la actividad cerebral durante las etapas de desarrollo. Trapassi explica que la corteza prefrontal, responsable de funciones como la paciencia, la organización y la moderación de impulsos, no alcanza su plena madurez hasta los 25 años. En este contexto, las pantallas, particularmente aquellas con estímulos veloces y de alta recompensa como videojuegos o animaciones, provocan una sobreexcitación que habitúa al cerebro a obtener gratificaciones al instante.

Consecuencias neurológicas y emocionales duraderas

“Esto va forzando al cerebro a esperar siempre una gratificación instantánea, anulando el desarrollo de la anticipación de resultados y de la planificación de actos”, explica el especialista. La consecuencia es clara: si se debilita la capacidad de espera, también lo hace la paciencia, una habilidad indispensable para la vida adulta. Este patrón de búsqueda de satisfacción instantánea podría extenderse en el futuro a otro tipo de estímulos como sustancias psicoactivas. El riesgo, por tanto, no se limita al tiempo de pantalla: se trata del modo en que esos contenidos moldean un cerebro aún en construcción.

From the SOM Salud Mental 360º project, they present a similar view supported by scientific evidence. As explained, “la sobreexposición a las pantallas provoca alteraciones en el cerebro”. It directly impacts attentional, cognitive, and emotional processes, particularly in children under six years old, whose brain structure is still developing.

“Esta estimulación dopaminérgica hace que después el mundo natural resulte aburrido”, they indicate. This results in more irritable children, who are less patient and have a reduced tolerance for waiting. The consequences are significant: sleep disturbances, difficulties with self-regulation, low self-esteem, and increasing anxiety are among the symptoms more frequently observed in those who have been overexposed from early ages.

Tanto Trapassi como las voces del modelo SOM concuerdan en que la respuesta no reside en estigmatizar las pantallas, sino en instruir acerca de su utilización. La dificultad surge con la exposición excesiva y la ausencia de supervisión adulta. Existen investigaciones que evidencian un impacto neurológico genuino: se han identificado cambios en áreas cerebrales asociadas con la gestión de las emociones y las capacidades cognitivas en jóvenes que hacen un uso intensivo de redes sociales o videojuegos.

Según Trapassi: “Esto puede ir afectando el desarrollo de la espera necesaria para obtener la gratificación de forma natural”. Y esto, a la larga, podría tener consecuencias complicadas de reparar si no se actúa pronto. Los especialistas sugieren, entre otras cosas, organizar el tiempo de pantalla en el hogar, promover actividades no digitales y revalorizar el aburrimiento como vía hacia la inventiva. Pues, como señalan, el cerebro de los niños requiere restricciones al igual que estímulos.