En medio del Atlántico Sur, una grieta invisible en el escudo magnético de la Tierra preocupa a científicos de todo el mundo. Se trata de la Anomalía del Atlántico Sur (SAA, por sus siglas en inglés), una región donde el campo magnético se debilita de forma notable, permitiendo el ingreso de radiación solar a niveles inusuales.
La NASA investiga este fenómeno por su impacto creciente en satélites, astronautas y la propia dinámica del núcleo terrestre, y no descarta su vínculo con un posible cambio de polos magnéticos, un evento geofísico de enormes implicaciones.
Una grieta invisible en el escudo de la Tierra
Consecuencias para el espacio y para la Tierra
El campo magnético de la Tierra funciona como un escudo natural que protege al planeta de las partículas cargadas del viento solar. Sin embargo, sobre Sudamérica y parte del Atlántico Sur, esta barrera se debilita de forma alarmante. Los datos satelitales de la NASA revelan que la anomalía se está desplazando hacia el oeste y se ha dividido en dos centros de mínima intensidad, lo que sugiere una reorganización profunda en las capas internas del planeta.
Este “corredor de radiación” obliga a la Estación Espacial Internacional (ISS) y a muchos satélites a apagar temporalmente sistemas electrónicos al cruzar la zona, para evitar daños por sobrecarga. Pero el riesgo no termina ahí, ya que el fenómeno también afecta la ionosfera, con efectos colaterales en la atmósfera y el clima espacial.
Investigadores del Servicio Geológico Británico y la Universidad de Bangalore, dirigidos por la geofísica Attreyee Ghosh, han rastreado el origen de la anomalía a una combinación de factores internos. Entre ellos destaca la influencia de la superpluma africana, una gigantesca masa de material caliente y menos denso que asciende desde el manto profundo, entre 300 y 900 kilómetros bajo el océano Índico.
Este desequilibrio térmico y composicional altera el movimiento del hierro fundido en el núcleo externo, el motor del campo magnético terrestre. La interacción entre estas estructuras internas podría ser la clave para entender la anomalía actual y los ciclos de inversión de polos que han ocurrido periódicamente en la historia geológica del planeta.
Aunque no existe evidencia concluyente de que la anomalía esté desencadenando una inversión inminente de polos, su evolución constante mantiene en alerta a la comunidad científica. Para los investigadores, el fenómeno representa tanto una amenaza tecnológica como una oportunidad única para comprender los mecanismos ocultos del interior del planeta.