Elon Musk en peligro: el MIT desarrolla implantes cerebrales que no necesitan ninguna operación y “que no se limitan solo al cerebro, sino que podrían extenderse a otras partes del cuerpo”

Neurotransmisores

El MIT ha desarrollado un nuevo implante cerebral no invasivo que puede competir de tú a tú contra la tecnología de Elon Musk.

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Elon Musk, cofundador de Tesla.

Pool / Reuters

La era de los neurotransmisores comienza a asomar la patita. Aunque ahora parece que todo el avance tecnológico tiene que ver con la inteligencia artificial, uno de los siguientes pasos evidentes para el desarrollo del futuro parece tener que ver con las interfaces cuerpo-cerebro. Y aunque Neuralink tiene la primicia general, Elon Musk no está solo en esta carrera.

Cada vez hay más empresas que se están sumando al desarrollo de neurotransmisores, desde Starfish Neuroscience, de Gabe Newell, hasta otras como Synchron o Paradromics. Sin embargo, ahora le ha surgido a Musk un rival que no esperaba: el Massachusetts Institute of Technology (MIT).

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Esta entidad pionera en ciencia está trabajando en la investigación de un implante cerebral electrónico inalámbrico que, por lo que parece, puede proponer una alternativa no invasiva para esta tecnología. Es decir, no haría falta cirugía para utilizarla, lo que de momento parece ser el mayor obstáculo de Neuralink.

El sistema se llama Circulatronics y se erige más bien como una plataforma de tratamiento que como un chip cerebral único. Desde el MIT lo describen como “un implante bioelectrónico autónomo” y aseguran que “esta tecnología no se limita solo al cerebro, sino que podría extenderse en el futuro a otras partes del cuerpo”.

A Elon Musk le sale un nuevo competidor: una inteligencia artificial permite a un paralítico mover el brazo sin necesidad de una operación quirúrgica como las de Neuralink.

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Jean-Pierre Clatot/AFP via Getty

Circulatronics funciona a través de la nanotecnología, con un enjambre de diminutos dispositivos electrónicos inalámbricos —tan diminutos que son incluso más pequeños que una célula— llamados SWED. Estos microdispositivos pueden llegar a zonas inflamadas del cerebro después de ser inyectados en el torrente sanguíneo.

¿Cómo consiguen esto? Fusionando los SWED con monocitos, un tipo de célula inmunitaria. Al unirse a ellas, crean una especie de “célula cíborg” que aprovecha las rutas naturales del sistema inmune. Una vez dentro del cuerpo, estos monocitos híbridos viajan de manera natural hacia los puntos donde hay inflamación en el cerebro, algo habitual en muchas enfermedades neurológicas.

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Cuando llegan a su destino, los SWED se anclan en la zona inflamada y liberan una modulación eléctrica: pequeñas descargas diseñadas para restablecer señales eléctricas que el cerebro, por sí mismo, no está pudiendo emitir.

El MIT asegura que Circulatronics podría utilizarse para tratar enfermedades como el Alzheimer, la esclerosis múltiples, los tumores cerebrales, las lesiones medulares y los accidentes cerebrovasculares. De momento se trata de una promesa experimental, puesto que todo parece apuntar a que tardará tres años en entrar en ensayos clínicos. No obstante, puede acabar siendo un antes y un después para la medicina y la tecnología.

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