Hemos entrado en una fase en la que los móviles plegables son tanto o más utilizables que uno convencional, en tanto que nos permiten abrirlos y disponer de una pequeña tablet en cualquier momento. De hecho, en mi caso, cuanto más uso este tipo de smartphone, más utilidad le encuentro a la pantalla interior.
Especialmente, siempre que tengo que ampliar algo que estoy visualizando en la pantalla exterior, ya no hago el gesto de separar los dedos como en mi teléfono personal, sino que abro la pantalla y dispongo de una tablet para ver las cosas con más detalle. Lo mismo me ocurre cuando quiero ver una página web en versión de escritorio: abro y disfruto.
Todavía generan curiosidad
He estado varias semanas probando el Honor Magic V5, el plegable que puede presumir de ser el más delgado del mundo, con un grosor de 4,1 milímetros en su variante de color blanco. El de color negro y el dorado-marrón (el más bonito, con diferencia) son de 4,2 milímetros, porque los materiales del panel trasero son más gruesos. Teniendo en cuenta que la primera generación de este teléfono superaba los 14 mm de grosor, la evolución es notable.
Nos encontramos ante un dispositivo de casi 16 centímetros de alto, con una pantalla exterior AMOLED antiarañazos de 6,43 pulgadas (20:9) y de casi 8 cuando está abierto. Las proporciones se acercan al cuadrado perfecto, pero se quedan en 10:9, con un refresco dinámico LTPO de 120 Hz.

Cuando está cerrado, se usa como un móvil normal.
La atenuación antifatiga ocular es también destacable: 4.320 Hz. Pero lo que en verdad llama la atención es el brillo de las pantallas: tanto la interior como la exterior pueden llegar a dar picos de 5.000 nits, un dato que supera con creces a sus competidores. También me fijé que la hendidura que marca el pliegue sigue ahí, como en todos los plegables de este tipo. Molestar, no molesta, pero ahí está.
Con más de un millón y medio de puntos en el test AnTuTu, 16 GB de RAM, 512 de almacenamiento y el procesador SnapDragon 8 Elite, es capaz de soportar cualquier juego a altas tasas de fotogramas.
Honor Magic V5
Teleobjetivo periscópico con 3 aumentos ópticos
Uno de los puntos más fuertes del V5 es la fotografía. El módulo de cámaras es gigante, pero a cambio gozamos de un teleobjetivo periscópico de 64 megapíxeles que no se encuentra en otros móviles plegables por falta de espacio.

Imagen tomada con el Honor Magic V5.

Imagen tomada con el teleobjetivo del Honor Magic V5.
Gracias a esto, tenemos la capacidad de hacer fotos con tres aumentos ópticos y 6 híbridos, y llegar hasta un máximo de 100x. Desde hace casi un año, los smartphones insignia de Honor incluyen una ayuda especial de la inteligencia artificial. Sabiendo que a partir de cierto acercamiento, las fotos casi no son utilizables, al llegar a los 30 aumentos entra en juego una IA que interpreta lo que hay en la foto y lo mejora. Hay que reconocer que en los últimos meses ha mejorado bastante esta función, ya no alucina tanto. Cabe destacar que el teleobjetivo tiene unas capacidades macro muy interesantes.

Módulo de cámaras del Magic V5.
El sensor principal, de 50 megapíxeles, se desenvuelve perfectamente tanto en condiciones de baja luz como a pleno sol (si hay claridad, mejor, por supuesto). Para mejorar tanto las fotos como el vídeo, combina estabilizador óptico y electrónico, lo cual se nota especialmente en la suavidad con que graba vídeos, a pesar del movimiento. El gran angular también es de 50 megapíxeles.

El castillo de Tossa de Mar, desde el gran angular del Honor Magic V5.

El castillo de Tossa de Mar, con los 3x ópticos del Honor Magic V5.

El castillo de Tossa de Mar, con el máximo acercamiento del Honor Magic V5.
Las otras cámaras (frontal e interior) son de 20 megapíxeles. Dan muy buena calidad, pero no tanta como la lente principal. Por eso el usuario tiene la capacidad de hacerse selfies con la cámara grande, previsualizándose en la pantalla exterior si tiene el teléfono desplegado.

Imagen tomada con el Honor Magic V5.
Tengo que reconocer que he tenido serias dificultades a la hora de hacerme autofotos con el V5 abierto, por dos motivos: el primero es la localización del botón de disparo en la pantalla, que no ayuda mucho, tienes que hacer lo imposible con el pulgar para llegar a disparar o agarrar el dispositivo con las dos manos, lo cual ya te condiciona la foto. El segundo motivo es que, a raíz de la delgadez y del gran tamaño del módulo de cámaras del móvil, el centro de gravedad está muy desplazado hacia una esquina y siempre tienes la sensación de que se te va a caer de las manos. No puedes jugar con el factor equilibrio como haces con un teléfono normal, que lo dejas reposar sobre el dedo meñique y se aguanta ahí para que puedas sacar la foto. Este, no. A la que te descuidas se lanza solito al vacío.

Imagen tomada con el Honor Magic V5.
Honor Magic V5
La batería, a la altura
La nueva tecnología de silicio y carbono permite meter más capacidad en el mismo espacio. Esta característica la han aprovechado algunas marcas, como Honor, mientras que otras todavía están en el proceso. En el V5 tenemos una batería de 5.820 mAh, lo cual da para terminar el día sin preocuparse. La carga rápida de 66W e inalámbrica de 50W hace que en poco menos de 45 minutos tengamos el smartphone cargado al 100%.
En conclusión, los móviles de Honor parten de una experiencia de usuario en la que se puede confiar. Más allá de eso, las gamas más altas de su catálogo pueden competir de tú a tú con los móviles plegables y tradicionales mejor valorados del mercado. El V5, para los que se puedan permitir pagar los 2.000 euros que costará, se convertirá en un signo de distinción y estará a la altura de las expectativas durante bastantes años. La marca garantiza 3 años de calidad de batería y 7 de actualizaciones de seguridad.