La inteligencia artificial ha revolucionado el mundo en un sinfín de aspectos. Cada vez más empresas incorporan estas herramientas en su dinámica, pensando que el trabajo asistido por IA acabaría disparando la productividad de aquellas compañías que lo aplican. Sin embargo, la realidad no puede ser más distinta.
Los datos del estudio 'Impacto Económico Total de Forrester Consulting 2023' de IBM muestran un aumento de la productividad asociado a una reducción del 30% en el tiempo de resolución de incidencias. Sin embargo, el informe no evalúa la calidad de esa gestión, y es precisamente ahí donde la IA, en lugar de impulsar la productividad, podría estar deteriorándola.
El efecto 'workslop': cuando la IA genera más trabajo del que ahorra
Revisar el contenido generado por IA puede llevar a una pérdida de la productividad
Aquí es donde entra en juego el concepto workslop. Tal y como explica Harvard Business Review, muchas empresas adoptan herramientas de IA sin saber que este gesto esconde un problema creciente: la proliferación de contenido mediocre generado por IA, conocido como workslop o en español “basura de trabajo”.
Este fenómeno aparece cuando las herramientas de IA producen documentos, informes o presentaciones que lucen bien a primera vista, pero son superficiales y obligan a los equipos a invertir más tiempo revisándolos y corrigiéndolos que si se hubieran hecho desde cero.
Asimismo, un estudio de BetterUp Labs y Stanford Social Media Lab muestra que el 40% de los empleados en EE.UU. ha recibido contenido workslop en el último mes, y que el 15,4% del material que circula en el trabajo pertenece a esta categoría. De esta forma, cada empleado pierde en promedio una hora y 56 minutos revisando estos contenidos, lo que se traduce en un coste anual de 186 dólares por persona.
Si bien es cierto que la IA resulta útil para liberar a los trabajadores de tareas rutinarias -como enviar correos, resúmenes o informes básicos-, la realidad cambia cuando se trata de proyectos complejos: el 90% de empleados prefiere a profesionales humanos a la hora de iniciar proyectos que requieren memoria, juicio y adaptación.
La IA, un arma de doble filo
Otro dato llamativo es el porcentaje de personas que se sienten frustradas al recibir generado por IA, nada menos que un 53%. Tal y como asegura Forbes, muchos consideran a los trabajadores que envían workslop como menos creativos, capaces o confiables, lo que deteriora la colaboración y la confianza dentro de los equipos.
En conclusión, el uso indiscriminado de la IA puede terminar reduciendo la productividad en lugar de potenciarla. En tareas complejas, la IA no sustituye el trabajo humano: simplemente traslada la carga a otros niveles del proceso, consumiendo tiempo, recursos y confianza dentro de una empresa.

