El Gobierno de España continúa con su lucha contra una molestia que la gran mayoría de los ciudadanos ha sufrido alguna vez: las insistentes llamadas comerciales y los intentos de estafa telefónica que recibimos frecuentemente en nuestros dispositivos. Hace dos meses, se implementaron una serie de medidas que, según el ministro Óscar López, han bloqueado ya 14 millones de comunicaciones falsas: una media de 235.600 llamadas y 10.000 SMS al día.
Además, a partir de este mes, las empresas legítimas que ejecuten llamadas comerciales ya no podrán hacerlo desde teléfonos móviles, y en lugar de eso se verán obligadas a usar prefijos de provincia o números que comiencen en 900 o 800. Las operadoras que no acaten estas nuevas normas y permitan ese tipo de llamadas se exponen a multas de hasta dos millones de euros.
Pero, incluso si todas estas medidas están, poco a poco, reduciendo la cantidad de SPAM y llamadas fraudulentas cada día, lo más probable es que no las erradiquen por completo. El 92% de los españoles sufre llamadas spam cada mes, según la OCU, y a pesar de las medidas gubernamentales, no hay garantías de nada.
“Ya tengo el teléfono fijo desconectado porque solo sirve para que te despierten de la siesta. Ahora te llaman también al móvil, y aunque les digo que no quiero nada y no me llamen más, lo siguen intentando”, explica Manolo G. G., uno de los afectados.
Las llamadas más crueles son las que te dicen que te han seleccionado para un trabajo
Además, cualquiera puede ser víctima de una estafa telefónica: según datos de la Fiscalía, este tipo de delitos han aumentado un 500% en los últimos diez años. Y su incremento de efectividad es lógico, ya que utilizan estrategias personalizadas para dar donde más duele.
“El miedo que tengo es que me llamen del médico o del colegio de los niños, así que lo cojo siempre... Y al final te contesta un robot o alguien ofreciéndote algo que es mentira”, explica la afectada Julia L. M. “Las más crueles son las que te dicen que te han seleccionado para un trabajo”.
Las estafas telefónicas ya no solo buscan venderte un producto falso. Ahora quieren tus datos, y para ello recurren a la desesperación de personas que buscan trabajo o piso para dar falsas esperanzas. No hay empatía en estos estafadores; solo maldad. Pero, afortunadamente, hay algunos métodos que podemos usar para protegernos.
No es recomendable coger el teléfono a números desconocidos.
Ciberseguridad
¿Cómo podemos protegernos ante las llamadas y comunicaciones fraudulentas?
Una de las preguntas más frecuentes que el ciudadano se hace cuando recibe una llamada de SPAM o fraudulenta es: “¿cómo han conseguido mi número?”. Y lo cierto es que hay muchas maneras en las que los hackers o estafadores pueden obtener nuestro número de teléfono: registros en páginas web sin la debida verificación, filtraciones masivas de contraseñas y datos personales o participación en falsos concursos o sorteos.
Según explica Adrián Vargas, experto en ciberseguridad de la agencia Onbranding, “Recibir múltiples llamadas o mensajes de texto de carácter spam no implica necesariamente que se haya producido una filtración de nuestros datos personales. Pero sí puede ser indicativo de que nuestro número de teléfono ha sido incluido en bases de datos que se comercializan o distribuyen con fines publicitarios o fraudulentos.”
Aunque, en ocasiones, es posible que simplemente no hayamos hecho nada: los delincuentes utilizan técnicas automáticas y bots que generan combinaciones de números a los que se llama hasta que se encuentra un número válido. Por eso, en ocasiones, contestamos una llamada pero nadie nos contesta. Nuestro número se ha marcado automáticamente, pero, al responder, no había ningún operador disponible con el que conectarnos, y la llamada se cuelga.
En el caso de las llamadas sean tan abundantes que sospechemos haber sufrido una filtración de datos, podemos mitigarlo “no contestando llamadas de números desconocidos, bloqueando los números que realizan las llamadas y reportándolos como SPAM, y utilizar aplicaciones de terceros especializadas en la identificación y bloqueo de llamadas y SMS fraudulentos.”
Los teléfonos móviles Android e iOS suelen contar con funcionalidades integradas que nos permiten bloquear llamadas de números desconocidos o sospechosos en su menú de ajustes. Además, existen aplicaciones como Truecaller, que utiliza la Inteligencia Artificial y una base de datos de números fraudulentos para bloquear automáticamente las comunicaciones sospechosas. O Hiya, que nos muestra en pantalla los números identificados como fraudulentos cuando intentan contactar con nosotros y nos permite bloquear ciertos prefijos.
El phishing es un tipo de ataque cibernético que utiliza técnicas de engaño para inducir a los individuos a revelar información.
No existe un sistema infalible que garantice la erradicación total del SPAM
Vargas acepta que “no existe un sistema infalible que garantice la erradicación total del SPAM”, pero insiste en que “es posible reducirlo de forma significativa mediante una combinación de buenas prácticas y herramientas de protección.” En general, la principal recomendación es la de no interactuar: no coger el teléfono si no reconocemos el número y, sobre todo, “no hacer clic en enlaces ni descargar archivos adjuntos” que nos lleguen por e-mail o por SMS.
Incluso si parecen proceder de fuentes fidedignas, como el banco, Correos o nuestra compañía de teléfono, es mejor no pulsar ningún link si no estamos totalmente seguros. En el caso de los mensajes que llegan por parte de empresas de mensajería o paquetería, es mejor utilizar el número de seguimiento que se nos ofrece e introducirlo en la página web oficial del proveedor que pulsar en los enlaces que se nos facilitan.
Uno ya no sabe muy bien si fiarse. Igual me están ofreciendo una oferta buenísima, pero ya no me lo creo
A todo esto se le pueden sumar, también, una lista de buenas prácticas habituales a la hora de navegar por Internet y ofrecer nuestros datos a aplicaciones. Vargas recomienda “revisar la configuración de privacidad en redes sociales y plataformas online, evitando especialmente la exposición pública del número de teléfono, y dar de baja suscripciones a listas de correo no deseadas.” Además, siempre es aconsejable utilizar correos electrónicos alternativos y diferentes contraseñas para inscribirnos o iniciar sesión en plataformas menos esenciales, como las de las redes sociales.
Lo bueno es que, de algún modo, este fenómenos nos está volviendo más precavidos frente a estafas. Tal y como explica Manolo G. G., “Uno ya no sabe muy bien si fiarse. Igual me están ofreciendo una oferta buenísima, pero ya no me lo creo.”
El Gobierno de España ha puesto medidas para acabar con las llamadas de SPAM.
Inscribirse en listas anti-publicidad: la opción más clásica, pero con limitaciones
Pero, incluso tomando todas las medidas citadas, puede existir otra situación: que simplemente no queramos recibir llamadas comerciales. Este tipo de márketing es intrusivo e interrumpe nuestras rutinas y ritmos de vida. Las llamadas comerciales son especialmente frustrantes cuando estamos esperando una comunicación importante o una llamada de un familiar, por ejemplo, y muchas personas preferirían simplemente eliminarlas por completo. Y, ante esto, también tenemos opciones.
La más conocida es la Lista Robinson. Un servicio de exclusión publicitaria gestionado por la Asociación Española de la Economía Digital que se fundó en los años 90, al amparo de la primera Ley de Protección de Datos que se aprobó en nuestro país. La propia Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha ido supervisando la evolución de este servicio, que poco a poco se ha ido adaptando a la era digital, y que ya cuenta con más de 5 millones de ciudadanos inscritos.
La inscripción es gratuita a través de la página web https://www.listarobinson.es/. Su funcionamiento es sencillo: las empresas están obligadas por la normativa vigente de protección de datos a consultar la Lista Robinson para realizar campañas publicitarias que no hayan sido previamente solicitadas. Es decir: no pueden enviar publicidad personalizada a aquellas personas que estén inscritas, salvo que estas les hayan dado su consentimiento previo.
Hay una pequeña “trampa” aquí, y es que muchas veces las empresas utilizan estratagemas sutiles para obtener nuestro consentimiento para estas comunicaciones. Por ejemplo, al registrarnos en una página web o suscribirnos en una lista de correo podríamos estar marcando, sin darnos cuenta, una opción que registre que aceptamos recibir comunicaciones con fines comerciales por parte de la empresa. Por eso, incluso aunque nos hayamos inscrito en la Lista Robinson, es importante revisar con cuidado las condiciones de las cuentas que creamos y los servicios que contratamos.
Adrián Vargas, experto en ciberseguridad.
Las llamadas con fines comerciales no son ilegales por sí mismas, pero pueden ser ilícitas si se incumple la normativa
Pero muchos usuarios afirman no haber notado una disminución de las llamadas fraudulentas después de inscribirse. Laura Ruiz, representante de la Lista Robinson, nos explica que es una confusión habitual. Las llamadas comerciales y las estafas telefónicas no son lo mismo, aunque las segundas intenten disfrazarse de las primeras para ganarse nuestra confianza: “Las llamadas con fines comerciales, procedentes de empresas que quieren ofrecernos productos o servicios, no son ilegales por sí mismas, pero pueden ser ilícitas si se incumple la normativa que regula cómo deben realizarse o no se respeta la voluntad del usuario si ha solicitado no recibir publicidad.”
En cualquier caso, la Lista Robinson también puede ayudarnos a identificar mejor las llamadas fraudulentas. Si estamos inscritos, no deberíamos recibir comunicaciones comerciales; si seguimos recibiéndolas, eso quiere decir que o bien la empresa que las realiza está cometiendo una irregularidad, o bien que las propias llamadas son falsas.
De manera más reciente, la AEPD ha comenzado a recomendar el uso de una nueva lista, la Lista Stop Publicidad, que aunque funciona de manera similar a la Lista Robinson, opera de manera privada. La idea es que sean listas complementarias: la Robinson se centra en las comunicaciones telefónicas, mientras que la Lista Stop Publicidad amplía su área de vigilancia a las comunicaciones por correo electrónico y redes sociales, que también son un blanco frecuente para este tipo de publicidad intrusiva. De nuevo, la Lista Stop Publicidad también es gratuita: uno puede inscribirse a través de este enlace para que las empresas se vean obligadas a excluir sus datos de sus listas de correo y publicidad automática.





