Prácticamente todos los emprendedores tienen el mismo discurso: sacrifícate hoy para disfrutar mañana. Es algo que habrás oído muchas veces si conoces lo que dicen los “grandes genios” de las empresas más conocidas, particularmente los estadounidenses. El resumen es claro: trabajar ocho horas diarias, buscar el equilibrio entre la vida personal y laboral, y evitar los riesgos son incompatibles con el éxito. Unas ideas, como poco, no demasiado aconsejables para el común de los mortales.
Pero este no es un discurso exclusivamente estadounidense. De hecho, es incluso más común en China. Y quizás hay un hombre que ha trabajado, más que nadie, por hacerlo popular. Su nombre es Ma Yun, aunque es más conocido como Jack Ma, y es el cofundador del grupo Alibaba: el segundo comercio online más grande del mundo, solo por detrás de Amazon.
Tardó dos años en entrar en el instituto, incapaz de aprobar la prueba de acceso; tenía especiales problemas con las matemáticas
Nacido el 10 de septiembre de 1964, Ma Yun demostró un gran interés por el inglés desde muy temprana edad. Demostrando una gran tenacidad, impropia de muchos adultos, ya desde niño comenzó a visitar el Hangzhou International Hotel para practicar el idioma con los visitantes del lugar. Y, a los 12 años, se compró una radio de bolsillo para poder escuchar emisoras internacionales allá donde fuera.
Eso solo fue el comienzo de su obsesión con el aprendizaje del idioma. Durante nueve años, hacía 27 kilómetros en bicicleta diarios para trabajar como guía turístico en Hangzhou. Y su objetivo no era otro que practicar inglés de forma regular. También fue en esta época cuando cambio su nombre a Jack, ya que se convirtió en un amigo por correspondencia de uno de estos turistas, que encontraba difícil pronunciar su nombre chino, Yun. Por eso empezó a hacerse llamar Jack: para facilitar la comunicación con los extranjeros.

Jack Ma, fundador de Alibaba.
Con semejante perseverancia, sería fácil imaginar que Ma era un auténtico prodigio académico. La realidad es todo lo contrario. Tardó dos años en entrar en el instituto, incapaz de aprobar la prueba de acceso, teniendo especiales problemas en matemáticas. Algo que se repetiría cuando llegó el momento de hacer el Gaokao, el Examen Nacional de Acceso a la Universidad, que suspendió dos veces. Fue finalmente aceptado tras el tercer intento, incluso sin haber cumplido los requisitos necesarios.
En la Universidad Normal de Hangzhou se graduó en Inglés, llegando a estar en el top 5 de estudiantes de su promoción. Algo que le llevaría, tras su graduación, a aplicar a la Harvard Business School. Allí le rechazaron hasta en diez ocasiones consecutivas. Pero esto no le impidió conseguir una posición como profesor de Inglés y Negocios Internacionales en la Universidad de Hangzhou Danzi.
Su persistencia le llevó a una posición donde consiguió acabar destacando, a pesar de sus múltiples sacrificios
Si la historia de Jack Ma acabara aquí, ya tendría todo lo que necesita para vendernos lo que quiera. Su persistencia le llevó a una posición donde consiguió acabar destacando, a pesar de sus múltiples sacrificios. Llegó hasta el lugar donde quería estar gracias a la consciencia de lo que quería hacer y de lo que necesitaba para ello.
Pero esto es solo el comienzo. Porque, para llegar a ser el cofundador de la segunda empresa de comercio online más grande del mundo, hace falta mucho más que eso.
Seis años después de graduarse, en 1994, Ma escuchó por primera vez la palabra “Internet”. En ese momento, se obsesionó tanto por este nuevo concepto que creó Hangzhou Haibo Translation Agency, una agencia de traducción online. Este sería su primero de muchos negocios, que empezarían a multiplicarse en 1995, cuando viajó a Estados Unidos en nombre del gobierno municipal de Hangzhou. Allí descubriría algo sorprendente: no existe ninguna clase de información sobre cerveza china en Internet. Y apenas casi nada sobre China en general. Algo que le daría una idea de un posible negocio creativo.
Junto con un amigo, decidió crear una página web en inglés explicando las bondades de la cerveza china. Nada glamuroso ni vistoso, pero sí funcional e informativo. La web fue lanzada a las 9:40AM. A las 12:30PM ya tenía emails de inversores chinos que querían saber más sobre él y sobre su proyecto.
A partir de ese momento, el negocio de Ma pasaría a ser el de crear páginas web. Durante los siguientes cuatro años, estableció varias empresas donde su principal modelo de negocio era crear dominios que establecieran la identidad de compañías chinas en Internet, gracias a la ayuda de sus amigos en EE. UU. Pero de nuevo, la ambición de Ma era mucho mayor. Y por eso, con todo el capital acumulado, decidió ir un paso más allá.
Con un grupo de 17 amigos en su apartamento de Hangzhou y 500.000 yuanes, decidió comenzar su nueva aventura empresarial en 1999. Esa empresa fue Alibaba.

Alibaba, empresa de Jack Ma.
Aprovechando el auge de Internet: la historia de Alibaba
Alibaba nació como un mercado B2B, de venta entre negocios, el 28 de junio de 1999. El nombre surgió cuando Jack Ma estaba en una cafetería en San Francisco dándole vueltas al coco. En ese momento pensó en la historia de Alibaba y en la universalidad del mismo. Pensó que todo el mundo reconoce este nombre, independiente de su idioma y su cultura, así que era fácil y reconocible para cualquiera.
Aunque Alibaba se fundara en junio, no recibiría las grandes inversiones necesarias hasta octubre de 1999. Es entonces cuando recibió 25 millones de dólares de la familia Wallenberg, de Investor AB, Goldman Sachs y Softbank. A partir de ese momento echó a andar, con Ma siendo su presidente y CEO y cara visible de la empresa, permaneciendo en esa posición hasta hoy.
No somos una compañía de comercio online. Ayudamos a otras compañías a convertirse en comercios online, a convertirse en Amazon
El ascenso de Alibaba, a partir de este punto, sería meteórico. En 2002 ya era una empresa que aportaba beneficios, y a partir de 2003, Ma decidió centrarse en mejorar su sistema global de comercio en Internet. Así nacería en 2003 Taobao, una tienda de venta entre usuarios; en 2004 Alipay, una aplicación de pago equivalente a Paypal; y en 2010 Aliexpress, una tienda de venta entre empresas y usuarios. Por nombrar solo aquellas más conocidas en occidente y cuya expansión resulta más rotunda y evidente fuera de la esfera comercial asiática.
¿Cuál es la diferencia entre Alibaba y Amazon? Según el propio Ma, “no somos una compañía de comercio online (…). Ayudamos a otras compañías a convertirse en comercios online, a convertirse en Amazon”. Por eso, si bien muchas personas consideran que Alibaba es la Amazon de China, en realidad es otra cosa. Es lo que siempre ha hecho Ma: ejercer de intermediario entre las empresas y la posibilidad de ofrecer sus servicios a través de Internet.
Y lo ha hecho con mucho éxito. Por eso, no debería extrañarnos que muchas empresas estadounidenses hayan intentado adquirir Alibaba en varias ocasiones. Algo que ha fracasado siempre.
eBay inició su expansión en China en 2003, pero Ma veía en ellos un competidor y rechazó su oferta de compra de Taobao. Eso llevó a una guerra comercial donde, tras seis años, Google acabaría saliendo del mercado chino, aceptando que Alibaba tenía completamente dominado el espacio, no dejando lugar para eBay en el mismo.
Dos años después, en 2005, Yahoo! se hizo con un 40% de las acciones de la empresa con una estructura de entidad de interés variable por mil millones de dólares. Algo que llevó a una respuesta por parte de China Investment Corporation, ya en 2012, para que inversores chinos compraran la participación del 40% de la participación de Yahoo!, haciendo que volviera a estar en total control de inversores chinos.
Esa es la política no solo de Ma, sino del tejido empresarial chino. Defender los intereses de los inversores y las empresas nacionales por encima de todo es su prioridad. Algo que hace muy difícil que una empresa extranjera entre en el mercado chino, y mucho menos que se haga con el control de una empresa nacional.

Jack Ma, fundador de Alibaba, en la salida a bolsa de su compañía en el New York Stock Exchange.
El mayor problema al que se ha tenido que enfrentar Jack Ma desde la fundación de Alibaba ha sido, precisamente, la confianza nacional. En noviembre de 2020, el presidente chino Xi Jinping frustró personalmente la salida a bolsa de Ant Group, propiedad de Ma. Esta empresa era el modo en que Ma seguía teniendo control sobre el grupo, ya que había dejado de ser CEO de la misma en 2014, centrándose en sus otros proyectos. Eso no evitó que, pocos días después, el gobierno publicara un borrador que otorgaba a las autoridades reguladoras un mayor margen de maniobra para regular a las empresas tecnológicas. Algo que se leería como dirigido específicamente contra Ma.
En diciembre de ese mismo año, el Grupo Alibaba sufrió una caída historia en bolsa, siguiendo una investigación antimonopolista de los reguladores chinos. Afirmando que podrían también hacer lo mismo con Ant Group, Alibaba perdió prácticamente todas sus ganancias de 2020. Algo que hizo que Jack Ma desapareciera de la vida publicada durante cuatro meses y, hasta muy recientemente, permaneciera en un exilio autoimpuesto donde hiciera muy pocas apariciones públicas en su China natal.
Antes de su desaparición de la vida pública en 2020, Mr. Ma era el 'poster boy' de la industria tecnológica China
En palabras de João da Silva, periodista especializado en negocios en BBC, “antes de su desaparición de la vida pública en 2020 (...) Mr. Ma era el poster boy de la industria tecnológica China”. Pero, en ese momento, dejó de ser intocable. Se esfumó del foco público. Y, durante meses, comenzaron a correr por la prensa extranjera todo tipo de teorías sobre la “huida” del multimillonario más famoso de China.
Finalmente, todo se saldó en una multa de 2.800 millones de dólares a Alibaba por prácticas anticompatitivas y la obligación de hacer reportes de autoexaminación y cumplimiento a la SAMR durante tres años. Algo que Alibaba aceptó de mala gana.
A partir de ese momento, con una gran estructuración el pasado 2023, el Grupo Alibaba no ha parado de crecer con Ma siempre observando en las sombras. Incluso si no está involucrado directamente en el imperio que creó —está centrado en Ant Group, que se dedica a gestionar toda clase de plataformas bancarias y de información biométricas—, Ma está siempre presente.
Quizás lo más interesante de Jack Ma es que no es como los otros billonarios. Donde la mayoría de ellos siguen trabajando y acumulando riqueza o se dedican a hacer cosas extravagantes imposibles para el común de los mortales, simplemente porque pueden, Ma tiene claro que llegar hasta donde ha llegado debe servir para algo: para cumplir sus deseos.
¿Qué significa eso? Por ejemplo, que ha sido el protagonista de una película de kung-fu, de nombre Gong Shou Dao, producida por Jet Li y dirigida por Wen Zhang, considerada una de las mayores celebridades del mundo del entretenimiento en China. También ha aparecido en festivales de canto y baile. Ha hecho de jurado en programas de televisión y, en general, se ha mostrado dispuesto a ser una figura de la cultura pop del país asiático. Algo que, sin duda, también le ha valido una posición de leyenda entre sus coetáneos.
También, desde sus inicios, ha puesto un particular peso en sus labores filantrópicas. Interesándose en mejorar la educación, el medioambiente y la salud pública, ha destacado por hacer una labor constante con la Jack Ma Foundation, pero también por algunos grandes gestos, algunos de ellos particularmente inusuales, o importantes a nivel global.

Jack Ma junto a Scarlett Johansson
Ma es un gran partidario del sistema 996: trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche 6 días a la semana. 72 horas a la semana, 12 horas al día
En 2008 donó 808.000 dólares a las víctimas del terremoto de Sichuan, y en 2015 financió la reconstrucción de 1.000 casas dañadas en un terremoto de Nepal y recaudó fondos para otras 9.000. Ese mismo año estableció una organización sin ánimo de lucro, Alibaba Hong Kong Young Entrepreneurs Foundation, para ayudar a jóvenes emprendedores a hacer crecer sus negocios, a la vez que fundaba la Hupan School, una escuela de negocios. Y en 2020, cuando se desató la pandemia del COVID-19, Ma comenzó varias iniciativas para donar suministros médicos a varios países de Asia, África y Europa, además de EEUU.
Además de eso, Ma es un hombre de contrastes. Se declara budista y taoísta, pero admira la herencia judeocristiana de la sociedad americana. Critica la revolución cultural, pero declara que la IA es el futuro por cómo ayudará a rellenar los huecos necesarios para que triunfen los modelos de economía planificada. Se identifica como miembro del partido comunista, pero es claramente capitalista. Especialmente con sus ideas sobre los derechos laborales.
Porque Ma es un gran partidario del sistema 996: trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche 6 días a la semana. 72 horas a la semana, 12 horas al día, lo cual es en palabras de Ma, “una gran bendición”. ¿Por qué? Porque “si no pones más tiempo y energía que los otros, ¿cómo podrías conseguir el éxito que buscas?” Siendo ese éxito que busca la posibilidad de que la gente trabaje exclusivamente 12 horas a la semana, cuatro horas al día, tres días a la semana, gracias a la automatización a través de la IA. Algo para lo que cree que es necesario el 996.
Esa es la ideología de Ma. Todo lo que le ha definido desde su más tierna infancia. Ten un objetivo claro, descubre qué necesitas para conseguirlo, sacrifica todo lo que haga falta para conseguirlo y ve a por él sin descanso.
Por eso no debería sorprendernos que defienda a la vez trabajar 72 y 12 horas a la semana. Porque cree genuinamente que, para conseguir lo segundo, primero debemos hacer lo primero. Algo cuestionable, sin duda, pero que en la cabeza de Ma está claro y que no debería ser cuestionado. Porque si algo quiere Ma es lo mejor para China. Y cree que lo mejor para China, y por extensión, para toda la humanidad, es sacrificarnos hoy para disfrutar mañana.