El quinto aniversario del Brexit, que se cumplió ayer con el día de su entrada en vigor, llega en un momento de mucha incertidumbre por la tensa situación de la geopolítica mundial. Gran Bretaña está más sola que nunca y confía en tener una relación privilegiada con la nueva Administración de Donald Trump, como sucedió en la primera etapa de éste como presidente. Pero la presencia de Elon Musk, haciendo las veces de Rasputin de la Casa Blanca, no es para tomárselo a broma. Lleva semanas monitorizando una intensa campaña en su red de X contra el primer ministro Keir Starmer, de quien ha dicho que debería estar en la cárcel, y también se ha mostrado favorable al ultraderechista Nigel Farage, aunque ahora se ha vuelto a distanciar de él.
En estas circunstancias, es lógico que el Gobierno laborista no quiera jugárselo todo a la carta Trump y Starmer ha aceptado la propuesta de la UE de asistir como invitado a la cumbre que
se celebrará este lunes para discutir sobre la ampliación de la defensa europea. Es todo un gesto que Gran Bretaña participe en este encuentro con los Veintisiete, más allá de la colaboración que mantiene con muchos países europeos en la OTAN.

El primer ministro británico, Keir Starmer, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
Cinco años después del Brexit, la opinión pública mayoritaria considera un error el resultado de aquella votación. El embajador del Reino Unido en España, Alex Ellis, en una entrevista a La Vanguardia que publicamos hoy, se muestra más diplomático y considera que los británicos quieren mirar hacia adelante y no detenerse en discutir ya sobre el Brexit. Y tiene muy claro que su Gobierno “quiere rehacer la relación con la UE”.
Seguramente tiene razón y después de cinco años de intensos debates sobre la idoneidad o no de aquella decisión y sus consecuencias, toca ser práctico y mirar hacia el futuro de la única manera posible: con el fomento de la colaboración entre los británicos y la UE. Gran Bretaña no volverá a Bruselas, pero hay muchos campos, más allá de la defensa, donde los intereses de ambas partes pueden convergir. Más que pensar en lo que pudo haber sido en el pasado, se trataría de sacar la mayor ventaja a una colaboración en el futuro.