Las maneras de hacer las cosas

FUTUROS IMPERFECTOS

Las maneras de hacer las cosas
Consejero editorial

El personaje que interpretaba Robert De Niro en la película Casino, de la que se cumplen 30 años, decía que había tres maneras de hacer las cosas: “La correcta, la incorrecta y la mía”. Donald Trump actúa sin encomendarse a nadie. Es lo más parecido a un elefante en una cacharrería, incapaz de entrar sin hacer gran albo­roto, gritar estruendosamente y causar serios destrozos. Y no parece importarle si la forma es correcta o no, porque su narcisismo le lleva a pensar que el mundo entiende que es su manera de manejarse. 

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Àlex Garcia / Archivo

En sus antípodas estaría Isidro Fainé, que, como los maestros del ajedrez, interioriza cada movimiento y cuando toma una determinación lo hace sin hacer ruido, buscando el momento adecuado y con una argumentación que necesita pocas explicaciones. Fainé nunca actúa por vanidad, sino por sentido de la responsabilidad. Tiene interiorizado El arte de la prudencia de Baltasar Gracián.

Trump necesita actuar desde el ruido y el alboroto; Fainé, desde el silencio y la prudencia

En una semana hemos visto como uno y otro decidían sobre dos cuestiones importantes. No pretendo compararlas, pero sí poner en evidencia cómo, afortunadamente, frente a la resolución de un matón puede funcionar la estrategia del hombre tranquilo. Trump quiso humillar en su despacho y ante los ojos del mundo a Zelenski, para que firmara un acuerdo de paz para su país. Fainé tomó la decisión del retorno de la Fundación La Caixa a Barcelona como parte indisoluble de la lógica de los hechos. No hizo falta una declaración en la que fundamentara el traslado por el retorno de la normalización política en Catalunya, porque el mensaje estaba implícito. De un día para otro la decisión había sido tomada y escaló a la portada de los medios por méritos propios al minuto siguiente.

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Lo más desconcertante ha sido la interpretación del secretario general de Junts, Jordi Turull, a la decisión del regreso de la entidad, que calificó de “la rectificación de un error”. ¿Error? El error fue improvisar una independencia fake, que tuvo un alto coste económico y social. Hagamos caso a Faulkner, que recomienda que no nos pasemos el tiempo lamentando errores, basta que no los olvidemos.

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