Una presencia real

Auschwitz, Buchenwald, Ravensbrück, Bergen-Belsen, Dachau, Sachsenhausen y desde luego Mauthausen, que llegó a ser conocido como el campo de los españoles. Hay más nombres de la infamia, pero la breve enumeración de los que fueron algunos de los principales campos de trabajo esclavo y exterminio diseñados y puestos en marcha por los nazis basta para que un escalofrío nos sacuda. El horror de los campos y las dimensiones colosales de su criminal actividad siguen manchando el recuerdo del siglo XX y desmintiendo la ensoñación del progreso histórico de la humanidad, una falsa certeza que se derrumba ante lo que fueron capaces de hacer unos seres humanos contra sus congéneres.

Precisamente ahora, que de nuevo opciones de ultraderecha intentan revisar la historia y no tienen empacho ciertos personajes en volver a vindicar la eugenesia como forma de mejora social, es cuando hay que recordar los extremos de crueldad y sadismo que significaron los campos. Y el uso de la hambruna como arma de guerra en Gaza no hace más que demostrar que el mal sigue estando presente y que el hombre puede seguir comportándose como un lobo con el hombre. Antes de que algún lector salte para recordarme el execrable ataque de Hamas del 7 de octubre del 2023 y todas sus atrocidades, permítanme decirles que el crimen no justifica el crimen.

A Mauthausen fueron a parar unos 7.300 españoles, la mayoría perdedores de la Guerra Civil

Hubo que matar a muchos alemanes para acabar con el régimen nazi, pero los aliados, culpables de muchas cosas (los bombardeos británicos sobre Dresde o Colonia, por ejemplo), no sometieron a sus enemigos a nada comparable a los campos nazis. Así que permítanme insistir en que, por mucho que detestemos el internamiento forzoso de descendientes de japoneses en los Estados Unidos en guerra (otro ejemplo de algo reprobable), no hay redención posible del pecado de lesa humanidad que supone la creación y la vil gestión de los campos de la muerte.

A Mauthausen-Gusen fueron a parar unos 7.300 españoles (al menos, esos son los documentados), la mayoría, perdedores de la Guerra Civil, republicanos que habían pasado, en muchos casos, por los campos de concentración franceses (Argelers y otros) y que habían combatido a los nazis enrolados en el ejército francés o en las filas de la resistencia, ese mito nacional galo que se nutrió de la experiencia y el valor de los españoles. No hay más que recordar los blindados de la Nueve, que encabezaron la liberación de París y sus pintadas con nombres de batallas y ciudades de España.

FOTODELDÍA - MAUTHAUSEN (Austria), 11/05/2025.- El rey Felipe VI y la reina Letizia (d) depositan una corona de flores en el monumento de Francia durante la conmemoración del 80º aniversario de la liberación del campo de concentración nazi alemán de Mauthausen, en Mauthausen, Austria, este domingo.- EFE/Max Slovencik

 

MAX SLOVENCIK / EFE

Provenientes en su mayoría de los Stalag, los campos para prisioneros de guerra, los españoles construyeron los primeros barracones de Mauthausen, en Austria.

Muchos (unos 5.000) murieron por hambre, frío y la extenuante labor de trabajar en la cantera de granito, con sus tristemente célebres 186 escalones, que debían subir y bajar varias veces al día acarreando pesadas piedras.

Franco no quiso saber nada de sus compatriotas en los campos, así que se les destinó el triángulo azul de los apátridas, aunque lucían también, manía clasificatoria germánica, la S de Spanier.

Allí estuvo Francesc Boix, el fotógrafo que fue testigo en el juicio de Nuremberg y cuyas fotos no solo documentaron lo que se hacía en el campo, sino que sirvieron para incriminar a Albert Speer, que había afirmado desconocer la existencia de los campos de exterminio. Y también estuvo Joaquim Amat-Piniella, el autor de K.L. Reich (1946).

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‘Aux armes, citoyens’

Daniel Fernández
16 June 2022, Ukraine, Irpin: (L-R) French President Emmanuel Macron, German Chancellor Olaf Scholz and Italian Prime Minister Mario Draghi visit Irpin. European leaders Scholz, Macron and Draghi arrived in the Ukrainian capital Kiev on Thursday morning on a special train on their first visit since the start of the Russian invasion. Photo: Kay Nietfeld/dpa 16/06/2022 ONLY FOR USE IN SPAIN

Cuando las tropas americanas liberaron el campo en mayo de 1945, se encontraron con que los supervivientes españoles habían conseguido improvisar una llamativa y larga pancarta que decía: “Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras”. Y sobre la pancarta habían izado una bandera ­republicana.

Ya no quedan supervivientes entre los supervivientes de Mauthausen, pero el otro día, para conmemorar el octogésimo aniversario de la liberación del campo, nuestros reyes, Felipe y Letizia, fueron a rendir homenaje al recuerdo de aquellos compatriotas. Hay gestos que devienen símbolos. Y el de la real pareja haciéndose presente en Mauthausen hubiera merecido mayor difusión y reconocimiento. A mí me ha gustado ver a los Reyes entre banderas republicanas…

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