¡Adiós Luz de Gas!

Con honda consternación, siempre en nuestro corazón –y algún que otro órgano–, cariño y gratitud eterna, me veo en la obligación de informar que la sala Luz de Gas dejará después del verano de acoger a los últimos de Filipinas: la nueva propiedad quiere remodelar la sala y rejuvenecer la clientela, por lo que hará lo humanamente posible para que los mayores de 50 años –o alguno menos– vayan con sus tonterías, su música de ayer, hoy y ayer y sus camisas del equipo de polo de Argentina a otra parte.

Celebración de fin de año en la discoteca Luz de Gas. Barcelona, 1 de Enero de 2023

  

Pau Venteo / Shooting

Teatro de los sueños, hogar del divorciado y refugio de los casados y sin compromiso de Barcelona y comarcas, Luz de Gas se reinventa y no tiene entre sus planes mantener una clientela menguante, madura y obsesionada con tirar la caña mientras fingía que estaba allí por el baile, el sonido y no dejar solo a un amigo de Calamocha.

El cambio radical cierra una era de la noche de Barcelona. Y abre un debate muy de los tiempos: ¿es edadismo tratar de que los muy adultos no entren en las discotecas que se edificaron sobre los cimientos de sus sacrificios conyugales, sus copas aspiracionales y sus cenas laborales?

No nos pongamos, sin embargo, solemnes y aceptemos la derrota con esos valores que nos ha transmitido la noche: no era tan guapa (se ha ido con otro), ella se lo pierde (ha vuelto con las amigas), yo no soy como estos buitres (soy peor).

La sala se reorienta, como otras discotecas que ya no quieren clientes de más de 45...

En otras palabras, todo menos hacer el ridículo en la puerta.

–Va, dejen entrar a mi padre...

Los nacidos en pleno boom demográfico –entre 1960 y 1980– matamos a hierro y a hierro moriremos. El mundo post-Mayo del 68 valoraba la juventud y ahora que se escurre nos pasa ciertas facturas, empezando por este reservado el derecho de admisión para los mayores de 45 años.

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–Lo suyo es el tardeo, buen hombre. Y a las doce en la cama.

Yo ya sé que el tardeo es el presente para los que carecemos de porvenir, pero donde esté aquella atmósfera de una discoteca al entrar, todo ilusión, todo entusiasmo y toda la noche por delante...

Se empieza luchando para poder entrar en el Up&Down y se termina diciendo adiós con el corazón y el DNI a Luz de Gas.

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