Para que digan que Trump no tiene peligro: todo fue mosquearse por la cantidad del bizum que hay que hacerle a la OTAN y que los presentadores del tiempo anunciaran una ola de calor (más). Un golpe de efecto, a ver si se va a creer Pedro Sánchez que el factor sorpresa solo lo domina él.
Nos imaginamos al presidente norteamericano sentado ante una máquina de la organización Spectre, un poco chunga porque con lo que pagamos los españoles no da para renovarla, un malvado a lo James Bond, Ernst Stavro Blofeld con pelo y sin gato, porque ya se sabe que los inmigrantes se los comen en Springfield, Ohio, menos mal que las películas son más normales.

Donald Trump parece enfadado
Imaginamos a Trump apretando los botones de las temperaturas para de paso apretarnos las tuercas y ver si en lugar de calderilla dejamos un par de billetes en el cepillo de la Alianza Atlántica, como si nos sobraran. Españoles, os vais a enterar.
Debe de ser el efecto de la canícula, pero la antigua Twitter no se pone de acuerdo en lo que hemos firmado, si poco, mucho, nada o todo, si es un aumento hasta el 5% del PIB con derecho a pataleo o se dejará en un 2% con riesgo de que nos pateen. Trump debe de pensar que nos hemos quedado en el 2,1, porque amenaza con subirnos los aranceles para bajarnos los humos. La cuestión es si nos los podemos permitir, esos humos.
Imaginamos a Trump apretando los botones de las temperaturas para de paso apretarnos las tuercas y ver si en lugar de calderilla dejamos un par de billetes en el cepillo de la OTAN
El recuerdo de Rodríguez Zapatero y su sentada ante la bandera norteamericana y cómo nos tuvimos que levantar después como un solo hombre, o mujer, o persona, animal o cosa, hace pensar que estas euforias no suelen acabar bien, por bien que suenen.
Menos mal que no pueden subir los aranceles a las botellas de agua embotellada ni a los pantanos, porque se acercan los 40 a la sombra. A medida que sube la calentura baja nuestra capacidad neuronal y entramos en un estado de sopor del que ya no nos sacan ni las noticias sobre la Jésica ni la Carlota. ¿Será que la máquina del clima la controla en realidad Pedro Sánchez?
Una vueltecilla por Bluesky parece dar la razón a quienes piensan, como @ftarrio en X, que “Trump le va a hacer la campaña electoral en España a Pedro y su banda (ya tienen su añorado enemigo exterior)”: abundan los comentarios tipo “OTAN de salida SÍ” (@listo.bsky.social), “Que nos eche de la OTAN si tiene huevos” (@prendente.bsky.social), o ”¿Y si nos salimos de la OTAN?” (@srpacotomas.bsky.social”. Aquí, dando ideas.
¿Durante cuántos días las tendencias #OTAN, #Trump y #5% del PIB superarán a las #Ábalos y etcéteras? Eso dará idea de qué pesará más finalmente, si las declaraciones patrióticas, que no se veía nada igual desde los JJ.OO. del 92, o el persistente aroma de la corrupción. ¿Qué les cuesta más a nuestros bolsillos?
Si el paseíto nos lo damos por la antigua Twitter, uno corre el riesgo de volverse loco: Meloni dice que España ha firmado lo mismo que Italia, Trump acusa a España de no cumplir lo que ¿firma? ¿no firma? ¿Ha mentido Sánchez? ¿Miente Trump? ¿No ha mentido ninguno y se limitan a cambiar de opinión? Si España no va a llegar al 5%, ¿por qué lo firma? ¿Qué opinarán los países que sí lo paguen? ¿De verdad nos van a defender a capa y espada mientras sacan la billetera que España se guarda?
¿Somos listos o somos listillos? Que no es lo mismo. En una cosa sí estamos de acuerdo: “Incrementar el gasto militar hasta el 5% del PIB significa un aumento considerable de los impuestos, normalmente de las clases medias, que son los que suelen llevar el peso de la carga fiscal”. Pues nada, a comprarse ventiladores.